Columnistas Jalisco

Crónicas de Cronomicón

La ciudad de los cables

Les ha tocado, seguro, andar por la banqueta de una calle cualquiera y sentir, de pronto, que un cable roza su cabeza… Sí, cables de esos delgados de fibra óptica que cuelgan como lianas en la jungla asfáltica de la ciudad.

Algunos los atan a árboles, otros a canceles, y hay hasta quienes los trozan para que nadie se ahorque al pasar (en años anteriores eran noticia los motociclistas que, bravos por la banqueta, se enredaban con estos cables, y no hay duda de que, conforme pase el tiempo y más cables cuelguen, ocurrirá algún percance).

Una clásica es que los camiones o automóviles suelen arrancarlos si se atoran en sus llantas, y los árboles que se caen en esta temporada de lluvias suelen desprenderlos.

Pero ¿qué hacer con ello? O, como dicen para invocar al Chapulín Colorado: ¿Quién podrá ayudarnos? Pues el Ayuntamiento, ¡sí! Simplemente hay que hacerlo cumplir con los reglamentos del Código Urbano, que por ahí debe de estar escondido (porque no lo hacen valer). Se trata de que apliquen sanciones a las empresas que son muy prontas para instalar internet, pero no para remover el material que ya no sirve.

A los trabajadores les pagan por ponerlo, y que la vida, acompañada del siempre incansable tiempo o el mismísimo Dios, se encarguen de quitarlo.

Irónico, claro que sí. Ahora que en Guadalajara la consigna es “cero basura” y multar a los que no barran su banqueta o el frente de su casa, es indispensable hacerles una visita a esas compañías instalacables y, de forma pareja, ponerles el ultimátum de una santa multota de esas que no les deje más remedio que correr a limpiar los postes de la ciudad de su mugrero.

Que les salga más caro ensuciar que limpiar, así de simple.

Esto es parte de lo que debe exigir un buen ciudadano, en particular en esta época en la que se aproxima el Mundial de Futbol 2026, un evento que vendrá a “embellecer” la Zona Metropolitana: por un lado, arreglar y restaurar, crear nueva infraestructura que sirva por muchos, muchos años, y por otro, hacer cumplir las normas que van desde no tirar basura, barrer (so pena de multas o servicio social, que también duele) y, por el amor de Dios, obligar a las empresas de telecomunicaciones (y a veces hasta a la compañía eléctrica) a cumplir con el reglamento y quitar los cables obsoletos que cuelgan cual vegetación muerta en la ciudad… A ver si lo hacen antes del Mundial.

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