En punto de las seis de la tarde, los zapopanos y sus visitantes tienen una cita con el danzón. Se colocan 100 sillas que resultan insuficientes para los más de 200 espectadores que acuden a ver a los valientes y gozosos bailadores, pero también les parecen pocas las dos horas que dura la convivencia de niños, jóvenes y adultos mayores en el corazón del municipio, la Plaza de las Américas. Benjamín Bautista, músico tapatío con una amplia trayectoria y actual director del Coro de Niños de Zapopan, es el encargado de mostrar los pasos y contagiar de danzón.“Los Domingos de Danzón comenzaron con la Administración de Héctor Robles, y la dirección de cultura de Gabriela Serrano, ambos conocían su trayectoria dentro del danzón, y ellos buscaban una actividad que sirve para integran, generalmente cuando se presenta un grupo de baile en una plaza pública el espectador sólo observa, pero con el danzón se integra, es algo dinámico en lo que la gente se involucra”, recuerda Bausitas, un entusiasta promotor cultural.Hacia mediados del decenio pasado, Benjamín comenzó la promoción de este baile en el Jardín del Carmen de Guadalajara y ahora ya son un par de años de seguir con la labor en Zapopan. “Si pudiera pondría a bailar danzón a todas las plazas públicas del la Zona Metropolitana de Guadalajara y del estado”, confiesa.Como no puede dividirse en tanto, previo a los domingos recientemente comenzó un taller de seis semanas en La Huizachera, en El Salto. “Es un programa federal a nivel nacional, que tiene su arranque en Puebla y busca llevar actividades a colonias con problemas de integración, pero son actividades que las propias personas solicitan, se les hace un sondeo y deciden. Pidieron danzón, presenté un proyecto y me eligieron, así que estoy muy emocionado por llevar este baile a este lugar”, afirma.Una actividad para todos
Bautista asegura que son unas 30 parejas las que llegan a la plaza a bailar. Niños, jóvenes, pero lo más importante está en la labor que hacen con los adultos mayores. “Nos damos cuenta de que llegan solos, es decir, no llevan pareja porque seguramente no la tienen, y sus familias no los involucran en sus actividades, además que no hay muchos programas en los que se piense en el adulto mayor, más bien se les excluye y el danzón contribuye mucho a la salud integral de ello, desde fomentar la sociabilización, la convivencia, eleva su autoestima, los saca de la depresión, les ayuda a la memoria, la retención y la coordinación psicomotriz, les crea una necesidad de arreglarse, de elegir su vestimenta, por donde se le vea el danzón tiene muchas ventajas para el adulto mayor”, afirma Bautista, y añade que es un excelente ejercicio, que además les da un sentido de identidad y de pertenencia a un grupo.Benjamín es poco ortodoxo en sus clases, lo confiesa, y esto es porque su consigna es que el danzón se goza. “No soy maestro de danzón, son músico, pero me divierto mucho, les hago bromas, chistes, me río de mí mismo, es decir les hago ameno el rato. Me gusta que la gente entienda que no es una competencia, es un goce, se debe ser libre al bailar”.El músico afirma que el danzón no compromete, no es un baile que requiera de un idilio como el tango, por ejemplo, que es muy pasional, y por lo tanto no compromete, se puede tener una pareja de baile sin que afecte las relaciones e incluso “puedes bailar con alguien sin saber ni su nombre. Pero sí conoces mucho de su personalidad, desde que le tomas la mano a una mujer y la cintura, sabes cómo es su carácter”, comenta.Y así es como invita a la gente a sumarse. “Ojalá que se convierta en una tradición de Zapopan cuando se termine la Administración, no importa si no soy yo quien da las clases, sería muy bueno continuar con algo que le gusta tanto a la gente, que se lo apropien”. Si solo quiere observar, lleve su silla, pero si se anima a intentarlo, de 18:00 a 19:00 horas son las clases, momento en que se escoge una pareja y se marcan los pasos, y después una hora más de baile libre.
El datoBenjamín Bautista es director del Coro de Niños de Zapopan, y baila danzón desde 2005. En ese año asistió como espectador al Festival Internacional de Danzón en La Habana, Cuba, y casi sin querer se trajo el segundo lugar, lo que lo motivó a meterse más en serio en este baile, tanto fue así que en 2006 se trajo el primer lugar. Tiene una pareja de baile para los domingos, Irma López Amador, y hace poco conoció a una estadunidense radicada en Ajijic, Susana, con quien baila en el programa de los sábados en La Huizachera, en El Salto.
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