Cronomicón

Ofelia Medina. La memoria entrena el cuerpo para actuar

“Me da pena decirlo ahora, pero la verdad yo de niña, y luego de jovencita, consideraba que los actores no trabajaban mucho”, confiesa la actriz Ofelia Medina, quien está a punto de cumplir medio siglo de carrera por lo que fue homenajeada con el premio Mayahuel de Plata, que entregó el viernes el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) en reconocimiento a la trayectoria dentro del cine.

La confesión la hizo unos días después de su reconocimiento. Lo hizo como parte de la conferencia magistral que ofreció como parte del programa Talents, espacio en el FICG dedicado a la formación de profesionales del cine. La charla llevó por nombre “La leyenda” de Ofelia a través de la cual hizo un recorrido por algunos de los momentos más importantes de su carrera y sobre el significado de la actuación en su vida.

“Hago lo que me gusta. Sí, el personaje es pequeño, pero me gusta lo que hago, no siempre se puede hacer protagónico y eso es muy bonito. Yo no actúo por ser famosa, actúo porque me gusta y he tenido ese privilegio”, enfatizó.

Se trata de una actriz desafiante que comenzó su carrera en el teatro de la mano de Alejandro Jodorowsky cuando ella tenía apenas 11 años, “tuve el privilegio de tener una educación artística, como está en extinción en nuestro país. Fui a escuela de danza, en una escuela laica y con los mejores maestros. Cuando tenía 11 años conocí a Frida Kahlo, fui a su casa y tomé clases de pantomima con Alejandro Jodorowsky”, contó a los jóvenes.

“Él no era el que ustedes ya conocen, era joven y nos tenía a base de latigazos, decía que la actuación era una entrega mística; qué bueno que tuve esa educación, nos levantábamos a meditar, éramos disciplinados”, añadió.

Ofelia Medina dejó la danza por adentrarse al cine. “Sabía que eso no me iba a dejar de hacer una bailarina, al contrario, puedo ganar dinero e irme a estudiar algunas clases al extranjero. Yo no dejé a la danza sino la danza me dejó a mí. Porque si no eres absolutamente riguroso y constante, es una disciplina que requiere de un entrenamiento diario. Yo lo deje de hacer y ella me dijo: Adiós”, recordó.

A mediados de los años 60 conoció a Julio Castillo, con quién hizo teatro por muchos años. En 1967 empezó su vida profesional en el espectáculo H3O que dirigió Jodorowsky. Siempre profesó amor por Sor Juana Inés de la Cruz, Rosario Castellanos y Frida Kahlo (a quien conoció en su adolescencia), y a quienes homenajeó con el espectáculo Voces Mexicanas.

Su primer papel como protagonista lo realiza en la película Patsy, Mi Amor (1969), de Manuel Michel y que era una historia escrita por Gabo: “Era cuando García Márquez tampoco era el Gabo que conocemos, me ayudó esta película a entender lo que es un personaje”.

Ese mismo año debuta en la televisión en la serie Landru, de Ernesto Alonso, y su primera telenovela la hace en 1971 con Lucía Sombra. Desde ahí siguió trabajando en la televisión convirtiéndose en la favorita del público. Como parte de su trayectoria, Ofelia Medina participó en Rina en 1977, junto a actores como Rosa María Moreno, Enrique Álvarez Félix, Carlos Ancira y marcó el debut como actor de Demián Bichir. Se trató de una novela que captó la atención de todo México. A pesar de la actuación de la señora Medina, ella misma reconoce que el éxito del proyecto se debió al buen trabajo del director Dimitio Sarrás. En el cine se recuerda con mucha admiración su interpretación de Frida Kahlo en la película Frida, Naturaleza Viva (1984), de Paul Leduc.

“Conocí a Frida en una visita escolar a su casa. Tuve una reacción erótica con ella desde la primera vez que vi su pintura. Desde niña conecté con ella (…) Visitaba la casa de Frida, veía sus libros que no entendía porque ella leía en alemán, pero hablaba del comunismo y llegaba a la casa a hablar de esto. Pablo Ignacio Taibo era mi compañero de la prepa, también estaba Carlos Salinas de Gortari y discutíamos de manera interesante”, recordó.

“Cuando se estrenó la película (Frida, Naturaleza Viva) fue muy mal recibida. Mi madre me llamó y me dijo que no leyera el periódico, pero corrí al puesto, y hasta que ganó premios en el extranjero, ya la reconocieron en México. La película costó 8 mil pesos, no cobramos por hacerla, la editaron y nunca nos pagaron, pero qué importa, es un gran trabajo”, agregó.

Todas sus experiencias han nutrido a la actriz en que se convirtió a lo largo de casi medio siglo de carrera y ella considera que la mejor herramienta que tienen los actores es la memoria para poder transmitir emociones: “La vida me ha dado imágenes tan fuertes, tan dolorosas, tan duras, que las guardo, ese es mi tesoro, porque cuando necesito reflejar ese dolor, las traigo a mi memoria, y mi cuerpo ya está entrenado para expresarlo”, dijo.

Finalmente, la actriz, quien anunció que debutará como directora de cine con una historia sobre migrantes en el contexto de una comunidad maya y que arrancará su rodaje en octubre bajo el nombre de Tortilla (sobre un niño maya que busca a su papá), aprovechó el evento para presentar el libro Ofelia Medina, un retrato, sobre su historia.

FRASE:

“Hago lo que me gusta. Sí, el personaje es pequeño, pero me gusta lo que hago, no siempre se puede hacer protagónico y eso es muy bonito. Yo no actúo por ser famosa, actúo porque me gusta y he tenido ese privilegio”,Ofelia Medina, actriz

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