La improvisación en el jazz no es magia, pero para considerarse bien lograda, debe sentirse como si lo fuera. “Bird” sentó las bases del Be Bop, que no era apreciado por artistas más clásicos, como Louis Armstrong, pero era apoyado abiertamente por gente como Duke Ellington, como una innovación de los jóvenes a los sonidos del jazz. Miles Davis y John Coltrane son considerados discípulos de Charlie.
En la postguerra, el Be Bop tomó su lugar como parte integral y creadora de lo que sería la cultura Beat (nombre que nace de la palabra Beatitud, pues agrupaba a quienes se sentían benditos, pero oprimidos por la sociedad), junto con el movimiento literario iniciado por Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William S. Burroughs, considerados los primeros hipsters: hombres que buscaban crear una realidad alterna que los alejara de la hipocresía de la política y de los odios implícitos en la religión, por lo que el jazz, y específicamente el Be Bop con su trasfondo libertario, gesta esta contracultura bohemia que se convertiría en la cultura underground y sembraría las semillas de la libertad sexual, política, social y de expresión que llegaría en las siguientes décadas, pero todo esto sucedió mientras sus exponentes escuchaban el arte libre del Be Bop, todo el tiempo.
La vida de Charlie Parker contiene episodios realmente deprimentes y terribles, como la muerte de su pequeña hija por no tener recursos económicos para atenderla de una neumonía, su constante pérdida de sus instrumentos por empeñarlos para conseguir su dosis de heroína, sus repetidas faltas a su trabajo en tocadas o en grabaciones, sus intentos de suicidio y sus varios ingresos a clínicas de rehabilitación solo para volver a recaer.
Sin embargo, todo lo anterior contrasta con las impresionantes proezas musicales que “Bird” realizó; sus colegas lo veían con miedo porque consideraban que su capacidad tan enormemente por encima de los demás para crear e improvisar era una extraña fuerza de la naturaleza que no era posible que existiera en este mundo.
En una anécdota de lo más significativo de su vida, se cuenta que en 1951, en el club Birdland de Nueva York, una noche en que tenían un lleno total y el quinteto de “Bird” cerraría la presentación, la mesa central del frente tenía un letrero de “Reservado”, inusual en el lugar; unos minutos antes de que subiera al escenario Charlie, llegaron cuatro personas.
Uno de los recién llegados era otro genio, Igor Stravinsky, muy admirado por todos los jazzistas por su aportación al modernismo de lo clásico y “Bird” fue informado de esta visita en el último momento. Sin hacer ningún gesto, simplemente inició a tocar unos de sus máximos éxitos “Koko”, que no era lo que correspondía en ese momento en el set original, porque requería que Charlie calentara un poco antes de tocar esta pieza por su construcción tan exigente, pero iniciaron y con un tempo más rápido; a la mitad de la canción, sin previo aviso a sus músicos, “Bird” incluyó en su solo el “Pájaro de Fuego”, pieza de Stravinsky, y pareció como si toda la vida hubiera formado parte de la pieza. Por la sorpresa, el maestro clásico golpeó contra la mesa su vaso y el contenido brincó hacia los comensales.
Otro genio de su nivel, Julio Cortázar, escribió el cuento largo “El Perseguidor”, influido por la vida y la muerte de “Bird”, que sucedió cuando él tenía tan solo 34 años de edad, en 1955.
Charlie Parker se considera el más innovador músico de jazz, y el mejor de todos los tiempos.
@jorgehhm
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