Las propuestas que llegan de otros museos suelen ser interesantes; algunas, al ser tan significativas son tomadas en cuenta para su valoración, tratamiento y ejecución de la misma. Algo así ocurrió cuando el artista César Castillo planteó directamente a la directora del Museo de la Ciudad de Guadalajara, Alejandra Jaimes Portugal, un proyecto que llenaría las expectativas y que llamarían “Resignificación de la pintura, Reconstrucción de la imagen”.
El proyecto consistió en que, Castillo, junto con Miguel Ángel Cisneros, Pablo H. Cobián, Julio Cruza, Eliel Vázquez y Marita Terriquez, seleccionaran una obra individual de las 318 piezas de los siglos 17, 18, 19 y 20, que el Museo de la Ciudad resguarda; son objetos, ropa y pinturas que los artistas seleccionaron por sus características estéticas y simbólicas.
Comenzaron a trabajar en sesiones donde cada uno de ellos planteó su propuesta para identificar por qué medio comenzaría a intervenir la obra con base en teorías del lenguaje y semiótica.
Algunos elementos clave para comenzar el análisis y la resignificación de la pintura fueron los colores, las formas, la temática y la historia, partes simbólicas para desmenuzar y reconstruir una obra propia que genere un nuevo lenguaje y nuevas propuestas de lectura hacia el arte, propósito principal de esta exhibición.
Para contextualizar, Marita ofreció un panorama pictórico. Por ejemplo, “Pablo seleccionó una obra del Papa San Gregorio, de la cual hizo una serie de abstracciones que resultó en un políptico; otra es la de Miguel, quien seleccionó una pieza que es un bautizo de Jesucristo, retomó ciertos elementos que detonaron en una instalación de pintura”.
En cambio, Terriquez eligió un cuadro de la Asunción de la Virgen, quien tomó la obra para descontextualizarla del museo, “colocada en un espacio especial donde la gente, si así lo desea, puede venir a orar o rezar, para regresarle ese carácter religioso”.
“Mi obra trata un poco de abrir las ventanas al tiempo donde la gente que asiste pueda volver a tener nuevamente esa función religiosa y de culto a la imagen; al mismo tiempo, invité a un grupo de misioneros que harán la acción de orar para quienes gusten sumarse al rito”.
Muy lejana a la promoción de la religiosidad, para Marita es escrutar una obra de arte y quien la observa “cómo puede identificarse, sentir emoción y encontrarle nuevos o viejos significados de formas de aproximarse a esos objetos”.
Texto de apoyo
Marita, quien lleva más de 15 años trabajando como artista profesional, reconoció la dificultad de comprender el arte, por lo que las obras están acompañadas de textos que permita al espectador entender la obra que tiene de frente o la instalación que observa.
Y como se trata de generar nuevos diálogos y lecturas a través de las piezas expuestas, los siguientes extractos proporcionados por los mismos artistas ayudarán, si asistes, a comprender mejor su obra.
Cronotipia
Cuando se toma la decisión de trasladar un objeto a un museo, el objeto se descontextualiza, se aísla del ámbito en el que fue creado y consumido, va adquiriendo nuevos valores (históricos, artísticos, científicos o culturales), pero esta nueva ubicación lo distancia de su función original y de las personas que interactuaban de manera común con él, lo que modifica inevitablemente su significado.
Interpretación mística de San Gregorio El Magnífico o sección de figuras religiosas, museo, siglo 18
La construcción es con base en la repetición, una tras otra obsesivamente. “Operar con pensamiento abstracto transformable en un concepto concreto”. Tres tamaños distintos, múltiples formas para un mismo símbolo. La imagen religiosa sintetizada, transformada en un icono banal casi con tintes publicitarios, relegando su valor primario como objeto de culto o reliquia de museo en mero suvenir, artículo de construcción industrial como imagen de fácil lectura.
Retrato
Hoy día, el significado de la pintura en el contexto del museo ha cambiado. La masificación de la imagen y el estatus que puede representar para algunos el acceder a un museo, han ocasionado que las piezas pasen de ser el significante de un mensaje, relato o técnica a un indicador de trascendencia que, si bien merece atención, no merece reflexión.
Pintura Libre
Para este proyecto escogí como punto de partida la pintura religiosa novohispana, de la cual encontramos algunos ejemplos en el Museo, la pintura seleccionada es un cuadro de mediano formato que representa a la Santísima Trinidad y lo que se busca es abstraer de esta pintura los elementos visuales que le otorgan dramatismo, como son los colores brillantes y el movimiento de las telas despojándola de los personajes y elementos reconocibles.
El Bodegón
El fenómeno: eso que se encuentra fuera de nosotros. Las cosas: esos pedacitos de materia que están a nuestro alrededor o que por lo menos podemos verlos. Los hay de todo tipo: objetos creados por otras personas o por la naturaleza. Tienen vida o sólo están quietos esperando. Entender que lo otro sigue siendo o pasando, independientemente de nuestra presencia, es consecuencia de estar observando. Al quitarle elementos a esa imagen que entra en nuestros ojos (entrecerrarlos podría ser una manera) podemos ser magos y convertirla en otra cosa.
Hay ideas que no están definidas
Uno no sabe cuándo empiezan y cuándo terminan, se encuentran en una zona gris que no está bien delimitada, como una pintura en claroscuro donde no se sabe en qué momento la forma se separa del fondo. Hay también ideas que sin explicación se encuentran en el pensamiento, hay una falta de palabras para describirlas, falta de recursos técnicos o, en su caso, falta de espacio. También hay otras en las que sólo se muestra un fragmento, como en el paisaje.
Resignificación de la pintura, Reconstrucción de la imagen”
Cuándo: Hasta el 19 de julio
Dónde: Museo de la Ciudad (Calle Independencia 684)
Costo: Entrada gratuita
lg
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