Cronomicón

Melomanías: Miles Davis: La furia camaleónica y la evolución del Jazz (II)

En los siguientes 5 años, Miles luchó contra sus adicciones y logró sobreponerse. En esa época publicó cinco discos bajo el sello Prestige, llamados: Miles, Cookin’, Relaxin’, Workin’ y Steamin’; estos álbumes marcaron el inicio de otro subgénero del Jazz: el Hard Bop.

Para estas grabaciones, Miles armó un quinteto, el trío clásico más la adición de una trompeta y un saxofón, que eran tocados por él y nada menos que John Coltrane. De nuevo revolucionaron el Jazz, pues en este nuevo estilo, tomaban raíces del blues y góspel, le devolvían las improvisaciones al Jazz, pero la magia era creada por el contraste del sonido brillante de Coltrane contra la aparentemente sencilla introspección de Miles Davis.

Para otra serie de cinco discos, colaboró con Gil Evans de nuevo y tomó un camino mucho más apegado a la música clásica, tocando piezas de Léo Delibes, George Gershwin, Joaquín Rodrigo y Manuel de Falla.

En 1959, modificó su estilo de nuevo y publicó el que está considerado como su mejor disco: Kind of Blue; su éxito fue instantáneo, se tocó y aún se toca en la radio, ha sido el disco de Jazz más vendido de todos los tiempos y recientemente recibió su cuarto disco de platino, además de que el Congreso Americano le otorgó el honor de convertirse en tesoro nacional.

En este disco el saxofón es tocado por John Coltrane, y junto a Miles Davis, compositor de todas las piezas, crearon las bases de lo que se conocería como Jazz modal, en donde la nota dominante se va modificando y cada modo se convierte en una escala distinta, en su percepción y logra un efecto diferente en el público.

La nueva década inició, los sesenta, y Miles Davis la recibió con su primera nominación a un Grammy por el soundtrack grabado para una película francesa. Ya convertido en el gran maestro reconocido por todos, comenzó otra fase de experimentación, pero esta vez en sus músicos y la elección de talentos; por sus distintas agrupaciones de los siguientes años, pasarían muchos jóvenes que después de un tiempo con él simplemente se convertirían en estrellas por sí mismos. Es el caso de Herbie Hancock, Chick Corea, John McLaughlin, Keith Jarrett, George Benson, Jaco Pastorious, Jean Luc Ponty y un etcétera sin final.

También en esta década llegó el Post-Bop, otra subgénero del Jazz, liderado por Coltrane, pero seguido por Miles Davis, que básicamente es la música que se mantuvo dentro de los cánones del Jazz y no cedió a la influencia del Free Jazz, o jazz libre, en donde ya se exploran territorios en donde el ritmo y la melodía caminan cada quien por su lado, sin aparente relación tonal o armónica.

Con los 70 llegaría la fase eléctrica de Davis, una más de sus geniales locuras que surgió a raíz de que escuchó lo que hacía gente como Jimi Hendrix y Sly and the Familiy Stone, para dar paso a un nuevo estilo: el Fusion Jazz, o en este caso, Rock Jazz, que es algo muy cercano al rock progresivo del tipo de los primeros años de Pink Floyd, por los destrozos que logra en la sala de juego del ritmo, pero con gran coherencia y sentido. El álbum Bitches Brew es una muestra de la gran capacidad de Miles Davis, de nuevo, para reinventarse musicalmente y lograr una joya rockera que abre brecha por campos desconocidos. Uno de sus últimos álbumes: Tutu, lo sitúa en el Olimpo.

Miles Davis dejó este mundo en 1991; su estela sigue viajando frente a nuestros ojos.

lg

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