Cronomicón

La novela de Montse Bizarro retrata una relación turbulenta y la lucha de una mente atrapada en la ansiedad y la obsesión

La neurodiversidad en mañana ya no hablaremos de nada

Montse Bizarro, autora española, debuta con su novela Mañana ya no hablaremos de nada y se acerca a las y los lectores desde el doloroso sendero que se surca a los 20’s, cuando los sentidos se intensifican y cada relación con el otro resulta casi una condena y una secuencia de pensamientos tortuosos.

En una narración que se intercala con poesía, la autora nos presenta a dos mujeres veinteañeras que, en algún punto, fueron pareja, pero cuya relación ahora es un estira y afloja que las lastima. Lo cierto es que ambas saben que lo que sienten la una por la otra no es amor, no puede ser amor, aunque ellas lo quieran llamar así. Y es que el “amor” que se profesan es doloroso, vulnerable y violento, marcado por una fragilidad emocional que las vuelve prisioneras de su propia mente.

Seguimos a una protagonista cuya mente es su mayor enemiga, ya que sus pensamientos se desenvuelven como una escalera de caracol que solo la conduce hacia la decadencia, guiándola a través de la ansiedad y la preocupación constante. En su narración nos encontramos con los consejos que le ha dado su psicólogo, pero que, por el uso de estupefacientes, es incapaz de seguir. Su percepción de la realidad está fragmentada, y la novela se sumerge en la mente de alguien que vive con una neurodivergencia no especificada pero evidente en sus patrones de pensamiento y comportamiento.

Montse Bizarro nos sumerge en una historia que explora la salud mental desde una óptica cruda y poética, mostrando cómo el amor, la obsesión y la autodestrucción pueden entrelazarse cuando la mente se convierte en un campo de batalla. A través de una prosa envolvente, la autora no solo visibiliza las dificultades de vivir con una mente que juega en contra, sino que también invita a la reflexión sobre los límites entre el afecto y la dependencia emocional.

Mañana ya no hablaremos de nada es una lectura que resuena profundamente con quienes han experimentado la intensidad de los pensamientos intrusivos, la ansiedad y la dificultad de navegar relaciones cuando la estabilidad emocional pende de un hilo. Es, en definitiva, una obra que nos recuerda que la neurodiversidad no solo se manifiesta en diagnósticos clínicos, sino también en las experiencias cotidianas de quienes viven atrapados en su propio laberinto mental.

 

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