Cuando le preguntaban sobre su obra, la escritora Violeta García hablaba de Eros, la personificación del amor y el erotismo en la mitología griega, y de Tánatos, la personificación de la muerte, como los dos conceptos principales que abordaba tanto en la literatura como en la gráfica.
En sus últimos tres libros publicados —“Siniestro” (2019), “Suite Pabellón Psiquiátrico” (2020) y “Necromancia” (2022)—, títulos que le valieron reconocimiento dentro y fuera de México, Violeta exploró estos temas mediante la estética del horror, ahondando en el lado monstruoso del ser humano desde su interior. Sin embargo, para tener una visión completa de su literatura, es importante recordar también sus primeros trabajos, que, centrados en el realismo y con una ambientación netamente urbana, ya exploraban el erotismo y la muerte con la profundidad y calidad características de su pluma.
“Relatos Urbanos” es el título del primer libro de cuentos de Violeta García, publicado en 2009 por el Municipio de San Luis Potosí. Está conformado por catorce relatos divididos en dos secciones: “Crónicas de alcohol” y “Crónicas funerarias. Crónicas de alcohol” incluye cuentos como “Noche de sábado”, que retrata tanto los excesos y acciones absurdas en los que se envuelve un grupo de jóvenes durante sus juergas, como el sentimiento de hermandad que surge a través del alcohol, el tabaco, la rebeldía y la música, gracias a lo cual pueden hacer frente a la incomprensión que enfrentan en las calles y en sus hogares.
Otros relatos, como “Nancy boy”, “Un cuarto” o “Y no pudimos mirarnos”, tienen como protagonistas a jóvenes que aman y se relacionan con una pasión tan intensa que, en ocasiones, resulta destructiva. La violencia y la soledad son los temas principales en“Sweetness”, “Poción azucarada” y “Y ahí estás tú”. En toda esta primera sección, los bares de mala muerte, los locales para conciertos improvisados, la noche y las calles, juegan un papel tan importante como los propios personajes que se desenvuelven en ellos.
Por su parte, “Crónicas funerarias”, como su nombre lo sugiere, contiene relatos aún más oscuros e introspectivos. Aquí encontramos“09.”, —que junto al guion de teatro “Autoretrato en paisaje de tinieblas” (2018) es uno de los textos más personales de la autora—, envuelto en una atmósfera gótica y que, en ciertos momentos, de manera sutil, coquetea con lo fantástico, y que podría considerarse ya como uno de sus primeros acercamientos a este género. En el cuento, un joven narra su encuentro con una chica, ala que le une la fascinación por los cementerios y la muerte, así como su desesperada búsqueda por reencontrarla una vez que se ha marchado. La protagonista de “El final” es una mujer que debe lidiar con el fallecimiento de su esposo y los cambios que esta conlleva en su cotidianidad.“Metáfora y Oscurecer”, por el contrario, enfrenta a sus protagonistas no sólo a la muerte, sino a las disyuntivas que provoca la posibilidad de una nueva vida. “Rojo” y “Paisaje urbano” son relatos en los que los personajes deben asumir las consecuencias de la violencia ejercida hacia otros y hacia sí mismos.
Como mencioné líneas arriba, Eros y Tánatos están presentes en cada una de las historias que conforman “Relatos Urbanos”, pero también lo están la intensidad, la fuerza y la pasión propias de la juventud; esa etapa de la vida en la que la búsqueda de identidad es probablemente lo más importante y a la que, en mi opinión, no deben faltarle ni el sexo, ni las drogas, ni el rock and roll… o, en este caso, el gothic rock…
*Julián Mitre es autor de los libros El hijo deseado, De hombre a hombre no me ganas y El Tiznado; Ganador del Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila y miembro fundador de El concilio de Nibiru.