Cronomicón

Ambientada en la Olimpiada de Múnich 1972, la película sigue a un equipo de transmisión de EU que se adapta a la cobertura deportiva y al secuestro de los atletas israelíes

CINÉFILO HD. Septiembre 5: El día que la comunicación mediática se revolucionó

Esta película es todo un documento histórico y social que vale mucho por varias razones: el momento histórico que relata el nacimiento de una narrativa mediática que no existía hasta ese momento y que tuvo que ser desarrollada en tiempo real sobre la cobertura de una tragedia.

En el mundo actual estamos acostumbrados a una comunicación instantánea, de manera escrita, de audio y video, basta un teléfono celular para hacer una cobertura de cualquier noticia por simple o impactante que sea. Ahora, imaginemos estar en 1972, cuando lo más rápido y mediático era la televisión, ser un equipo deportivo de medios con lo mejor de la tecnología de aquellos días y por cosas del destino estar situados a unos metros de una tragedia en desarrollo que impactaría a la sociedad y al mundo mismo, de eso trata esta historia.

"Septiembre 5" revela el momento decisivo que cambió para siempre la cobertura mediática y que sigue impactando las noticias en vivo hoy en día. Ambientada durante los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, la película sigue a un equipo de transmisión deportiva estadounidense que se adapta rápidamente de la cobertura deportiva y a la cobertura en vivo de los atletas israelíes secuestrados.

A través de esta lente, esta película ofrece una nueva perspectiva sobre la transmisión en vivo vista globalmente por aproximadamente mil millones de personas en ese momento.

En el centro de la historia está Geoff (John Magaro), un joven y ambicioso productor que lucha por demostrar su valía ante su jefe, el legendario ejecutivo de televisión RooneArledge (Peter Sarsgaard). Junto a la intérprete alemana Marianne (LeonieBenesch) y su mentor Marvin Bader (Ben Chaplin), Geoff asume inesperadamente el mando de la cobertura en vivo. A medida que las narrativas cambian, el tiempo avanza y se propagan rumores contradictorios, con la vida de los rehenes en juego, Geoff se enfrenta a decisiones difíciles mientras confronta su propio código moral.

Durante los Juegos Olímpicos de Verano de 1972, en Múnich, el equipo de ABC Sports preside la cobertura de los Juegos, que transcurrieron con gran entusiasmo y relativamente sin incidentes. Cuando Mark Spitz gana el oro en la prueba de natación contra un competidor de Alemania Occidental, el presidente Roone Arledge dramatiza la victoria haciendo un corte a la reacción de su competidor y planeando introducir el tema del Holocausto y la Alemania nazi durante una entrevista en vivo con Spitz. Cuando Marvin Bader, el jefe de operaciones cuestiona la decisión, Arledge le recuerda la importancia de enfatizar las emociones por sobre la política para lograr una transmisión efectiva.

Durante la noche, se oyen disparos a lo lejos. El equipo de ABC escucha las transmisiones policiales, ayudada por Marianne, la traductora local, y poco a poco se entera de que se está produciendo un ataque terrorista: el grupo militante Septiembre Negro ha irrumpido en el apartamento del equipo israelí y ha tomado a los atletas como rehenes, exigiendo la liberación de cientos de prisioneros palestinos. Al ver una oportunidad para una historia convincente, Geoffrey Mason, el jefe de la sala de control, organiza rápidamente a su equipo para que se ocupe de la crisis de los rehenes. Junto con Arledge, toma medidas pragmáticas para convertir la historia en una sensación apasionante, negociando franjas horarias más ventajosas e incluso falsificando una identificación para que un miembro de la tripulación pueda acceder a la ahora restringida villa olímpica.

Aunque la mayoría del equipo está entusiasmado y confía en que el conflicto se resolverá rápidamente y con éxito, un consternado Bader recuerda a Mason y Arledge que están en juego las vidas de personas reales y les advierte del impacto que podrían tener en la narrativa de los terroristas.

La crisis empeora debido a negociaciones fallidas y errores de una fuerza policial local no preparada. Innumerables estaciones de noticias compiten por las últimas noticias y visiones del enfrentamiento, incitando a Mason a volverse más competitivo para cubrir la historia.

En un momento, el equipo se da cuenta de que los terroristas están viendo su programa, lo que frustra un intento de rescate. La policía irrumpe en la sala de control y amenaza al equipo a punta de pistola para que apague la transmisión, pero Mason finalmente se niega.

Los terroristas, finalmente, son transportados con sus rehenes al aeropuerto militar de Fürstenfeldbruck, y Mason envía a Marianne allí para la cobertura, incluyendo cínicamente equipo de sonido en caso de que se produzca un tiroteo.

La historia es un ajedrez emocional sobre la ética profesional, lo fácil que se puede caer en el cinismo mediático y en el amarillismo. Es apasionante ver cómo de pronto cambia el tono de una transmisión deportiva a la cobertura de una posible tragedia, el nacimiento de una nueva narrativa donde la calidad moral de los comunicadores se pone en juego. Así mismo, vemos retratado un hecho histórico que marcó a los Juegos Olímpicos.

Un epílogo textual revela que el evento fue la primera vez que un ataque terrorista fue transmitido en vivo por televisión y fue visto por una audiencia de aproximadamente 900 millones, convirtiéndolo en una de las transmisiones más vistas de la historia.

Recomendable para los fans del cine de suspenso y de hechos históricos, pero en mi opinión es imperdible para estudiantes de comunicación, es toda una clase de historia sobre ética, moral, prudencia y hasta marketing sobre como cubrir y difundir una noticia.

¡Nos vemos en el cine!

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