Cronomicón

Sociedad Fantásmica

Violeta García, mi maestra la bruja

Sociedad Fantásmica

La memoria funciona de manera extraña, por más que la ciencia estudie la mente humana y quiera borrar cualquier rasgo de subjetividad, al hablar de lo humano nunca podremos extirpar ese resto, ese pequeño pedazo que escapa a lo objetivo, aquello que no podemos explicar, ni representar con palabras, eso que Lacan llamará “lo real”, pues va más allá de los límites del lenguaje.

Hoy trataré de hablar y simbolizar mi experiencia con una persona que permanece en mi recuerdo, aunque es seguro que este esté cargado más de lo propio que del hecho mismo. La persona es Violeta García, pintora, escritora y maestra.

¿Por qué es importante hablar de ella? Ella tenía un don, tal vez por eso algunos la llamaban bruja, podía ver a través de ti, encontrar lo que te faltaba para direccionar tu talento y entonces hacia su magia para que tú hallarás la tuya. Es probable que al igual que conmigo, haya marcado e influido la vida de los demás para mostrarles un camino, ya sea hacia su deseo, su inspiración, su existencia.

Desde niña el gusto por los libros me apasionaba y siempre había tenido el deseo de ser escritora, pero cuando se vive en una sociedad donde el arte se considera un “hobbie” y no algo serio, uno va dejando esos sueños de lado y terminan acumulándose y empolvándose en el apartado de “deseos insatisfechos” porque hay cosas más importantes como estudiar y trabajar. Pero entonces tuve la suerte de cruzarme con Violeta.

Mi primer encuentro con ella fue en el Centro de las Artes, en San Luis Potosí, mi ciudad de origen, hace ya varios años. Recuerdo la emoción que sentía por asistir a mi primera clase de escritura creativa. Desde el inicio fue un encuentro significativo, ella chaparrita, con una taza en forma de calavera sobre el escritorio, toda de negro, nos dio a leer “Paseo Nocturno” de Rubem Fonseca, una historia sórdida que dejó a la mayoría atónita, ahí supe que ese era mi lugar.

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Con esa maestra, dark, rara y poco convencional, como decía Pizarnik “fuera de este mundo”, con esas historias que helaban la sangre, y con esa pasión que insertaba en cada discusión, buscando cada imagen, cada palabra, cada fibra del texto que lo hiciera una experiencia impactante, desolladora, apasionante.

Pero lo que siempre admiré de Violeta era que pudiera transformar, con una crítica aplastante pero también con paciencia y motivación, cosas difíciles de combinar, tu escritura.

Mes con mes, año con año, veía cómo, bajo su guía, podía experimentar con el lenguaje, pero más importante también conmigo misma, el poder convertir mi escritura en parte de mi cuerpo. El entender que cuando a uno la escritura lo toca, pero que es esencial tener un gran maestro que hace de este encuentro posible, ya no lo deja.

Así que desde que empecé a escribir, hasta la fecha, he podido experimentar el dolor, el placer, el desgarramiento, la excitación, la dicha, el miedo; con cada trazo, con cada palabra que se va formando, con cada historia que se va creando. La escritura para mí se volvió en parte de lo que soy. Ya no fue un “hobbie”, se volvió una necesidad.

Violeta ya no está con nosotros, pero todavía la siento, en mis textos, en mis ganas de escribir, en algunos de sus amigos que ahora son mis amigos, en su obra. Ella permanecerá con su magia, en la inspiración que pasaba a los demás de vivir el arte por convicción y principio yendo en contra de este mundo capitalista, en la valentía de atreverse a no ser convencional, en la amabilidad para ayudar a los otros a crecer y a creer en ellos mismos.

Por eso es importante seguir recordando a este tipo de personas, porque cuando pienso en Violeta, sé que hay esperanza, que todavía este mundo tiene remedio, que el arte no está muerto y que aún existen brujas que esparzan su magia en los demás para seguir creando y reescribiendo nuestras propias historias…

Mariana Martínez Galindo

*Mariana Martínez Galindo es Licenciada en Psicología y Maestra en Psicoterapia Psicoanalítica. Psicoanalista, Escritora y Fundadora del Proyecto Desempolvando lo Inconsciente.

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