Cronomicón

Gobernadores de Jalisco / Universidad de Guadalajara

Espejo Histórico: General José Silverio Núñez (1858)

Nació en Puebla, aunque existe una versión que sitúa su nacimiento en el sur de Jalisco en 1820. Se enlistó, desde muy joven, en el ejército y participó en la guerra de 1847 contra los norteamericanos. Siendo teniente del Batallón de Aguascalientes en 1854, se adhirió al Plan de Ayutla.

General José Silverio Núñez

En 1857, el gobernador de Jalisco, Anastasio Parrodi, lo comisionó para someter a los asesinos del general Manuel Álvarez, gobernador de Colima. El 7 de septiembre recuperó Colima y el 9 asumió los mandos civil y militar del Estado. Entregó el gobierno el 8 de enero de 1858 y puso su espada a las órdenes de la Coalición de Estados que se conformó para combatir el golpe a los militares conservadores que secundaron el Plan de Tacubaya. Durante el mes y semanas en que Guadalajara fue sede de los poderes constitucionales, Silverio comandó las fuerzas que resguardaban la ciudad y la integridad del Presidente y sus ministros.

Esta enorme responsabilidad los puso en una difícil situación. Se rumoraba que uno de sus hombres de confianza, el Coronel Antonio Landa, simpatizaba secretamente con los insurrectos y aguardaba el momento oportuno para defeccionar. De ser ciertos los rumores, como al final lo fueron, Juárez y sus ministros peligraban. Al ser cuestionado sobre la lealtad del Coronel, Silverio Núñez respondió que: “tenía mucha confianza en el coronel Landa porque era un caballero, y que no había más motivos para desconfiar de éste que de sí” (Olveda, 2006:123).

Que equivocado estaba en General en confiar en su protegido. El 13 de marzo de 1858, Landa y su 5° Batallón se pronunciaban a favor del Plan de Tacubaya. Contreras Medellín informó a Juárez de lo que estaba ocurriendo en el antiguo edificio de la Universidad. Alarmado, el Presidente le ordenó al hombre que juraba meter las manos al fuego por Landa ir a corroborar la noticia. A pie y sin ninguna escolta, el General recorrió las dos cuadras que separaban el Palacio de la Universidad.

Plan de Ayutla

El Coronel se encontraba en la Plazuela adyacente al viejo edificio de la Universidad. Le ordenó que dispusiera a su tropa en formación; como primer signo de insubordinación le contestó: “general estoy pronunciado”. El desengaño resultó terrible para Núñez; dominado por la cólera intentó estrangularlo; un soldado cuya encomienda era apresarlo le disparó a quemarropa al pecho. Providencialmente, un reloj de oro que portaba entre sus ropas recibió la bala. Otro soldado le dio un golpe con su rifle y cayó al suelo.

En un cambio de guardia, el Palacio había sido tomado por los insurrectos y Juárez y sus ministros capturados. Landa se dirigió al inmueble haciéndose acompañar, en calidad de prisionero por Núñez. Avergonzado por no haber aprendido en su momento a su protegido, pidió ver al Presidente para disculparse. En presencia del Benemérito atestiguó como un custodio lo trataba con displicencia; un nuevo disgusto; con voz de mando, lo regañó diciéndole: “!soldado! este ciudadano es el primer magistrado de la nación, y debe tratársele con respeto” (Olveda, 2006:132).

Comenzó al poco rato una cruenta batalla urbana, de San Francisco y San Agustín dispararon los cañones libarles contra las posiciones de los conservadores; estas respondieron con fuego de artillería. Núñez participó en las pláticas en las que Pantaleón Morett, a nombre de los insurrectos, negoció la liberación de Juárez y de sus ministros.

Benito Juárez

Fue gobernador y comandante general del Estado de Jalisco del 17 al 23 de marzo de 1858. Asumió el cargo tras la llegada de Anastasio Parrodi y de las fuerzas que aún comandaba, después de su derrota en Salamanca. Durante su breve gubernatura, intentó fortificar la ciudad ante el inminente ataque de los conservadores encabezados por Luis. G. Osollo; y ayudó a Juárez y a sus ministros a abandonar la plaza con rumbo a Manzanillo. Lo destituyeron de su cargo las autoridades impuestas por los generales conservadores que tomaron la plaza (Cambre, 1949: 70).

Nuevamente es hecho prisionero; y logró fugarse en el viaje hacia México. Parte hacia Colima para presentarse ante Santos Degollado; donde recibió el grado de Mayor y asumió nuevamente el gobierno de ese Estado, del 25 de abril al 3 de junio.

Participa en la campaña de Jalisco y Colima, tocándole perseguir a Miguel Miramón tras la batalla de Atenquique. En el ataque a Guadalajara por las fuerzas liberales, es herido mortalmente por una bala cuando se encontraba en el zaguán de la casa de los Foncerrada. Fue trasladado al Hospital de Belén donde falleció horas después, el 4 de octubre de 1858.

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