Cronomicón

En el marco del Día Mundial contra la Trata, la literatura vuelve a ser voz para quienes han sido silenciadas

“Las elegidas”, de Jorge Volpi: una novela que enfrenta el horror de la trata de personas

Cada 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas, una fecha que busca visibilizar una de las violaciones más atroces de los derechos humanos en la actualidad. En este contexto, es inevitable recordar que la literatura ha sido, desde siempre, un espacio de denuncia, memoria y resistencia. Las elegidas, novela del escritor mexicano Jorge Volpi, es una muestra poderosa de cómo la narrativa puede convertirse en un acto de justicia simbólica para las víctimas de explotación.

Publicada en 2004, Las elegidas forma parte del proyecto colectivo Novela del narcotráfico, en el que Volpi se propuso abordar distintas facetas del crimen organizado desde un enfoque literario, documental y profundamente humano. Lejos de centrarse únicamente en la violencia física o las rutas del narcotráfico, el autor se adentra en una de las expresiones más sórdidas y menos visibilizadas del crimen: la trata de mujeres con fines de explotación sexual.

La historia sigue a varias adolescentes de origen humilde, secuestradas y prostituidas por una red que opera con absoluta impunidad. Aunque la ficción se sitúa en un terreno ambiguo, es evidente su vínculo con casos reales como el de las hermanas González —mejor conocidas como “Las Poquianchis”—, pero también con historias contemporáneas y tristemente vigentes. Volpi construye una narración coral que alterna voces, testimonios y fragmentos de vidas quebradas, sin regodearse en el morbo, pero sin escatimar en crudeza.

Uno de los grandes méritos del libro es su estructura: el texto avanza con una fragmentación que simula el quiebre de las identidades de las víctimas. No hay capítulos tradicionales, sino escenas casi cinematográficas, pensamientos dispersos, recuerdos interrumpidos. El lector se convierte en testigo incómodo de un sistema que convierte a las personas en mercancía, en cuerpos transaccionables. La voz narrativa, aunque literaria, se sostiene en una investigación rigurosa que dota a la novela de una resonancia ética difícil de ignorar.

De la literatura al cine: otra forma de contar las secuelas

En 2015, la novela inspiró una adaptación cinematográfica homónima dirigida por David Pablos, que retoma no los hechos del libro, sino una subtrama: la historia de una de las víctimas después de haber sido vendida y utilizada por una red de tratantes. La película Las elegidas no reproduce literalmente el texto de Volpi, sino que toma su núcleo emocional y lo convierte en un relato autónomo, donde se examinan las consecuencias psicológicas, familiares y sociales de la trata.

Producida por Canana Films y distribuida por Netflix, la cinta fue ampliamente reconocida por su estilo sobrio y desgarrador, con actuaciones contenidas que aumentan el impacto emocional. Su enfoque es el de un drama íntimo que, sin caer en el melodrama, revela los silencios, las ausencias y las cicatrices invisibles de las víctimas. Si bien la película mantiene distancia del discurso explícitamente político, el horror de lo que narra habla por sí solo. Es una continuación del trabajo de Volpi: no denuncia tanto el crimen en sí, sino la descomposición del entorno que lo permite.

La literatura como espejo y resistencia

Las elegidas no es un libro fácil. Tampoco pretende serlo. Leerlo implica enfrentarse al horror que muchas veces preferimos no ver. Pero en ese ejercicio de empatía dolorosa se encuentra su mayor virtud. La novela no es solo una denuncia, sino también un intento de dignificar las voces que suelen ser silenciadas.

En un país donde la trata sigue siendo una realidad cotidiana —y muchas veces ignorada o minimizada por las autoridades y los medios—, obras como la de Volpi son más necesarias que nunca. Porque recordarnos que estas historias no son ficción, sino reflejo de vidas reales, es un paso imprescindible para combatir la indiferencia.

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