Desde hace 20 años, Francisco Córdova ejerce una actividad que cualquier persona desde niño quiere ser, bombero. Aunque reconoce que hay momentos difíciles, como la pérdida de alguien durante una emergencia, el mejor pago es el agradecimiento de aquellos a los que socorren. Fue a los ocho años cuando inició con su inquietud, al formar parte del grupo de apoyo juvenil en la Cruz Roja delegación Jalisco, de ahí, su sueño se convirtió en realidad, salvar vidas portando uniforme y casco de bombero.
“Me deja mucha satisfacción saber que al ser bombero puedes ayudar a más gente sin esperar nada a cambio… es triste cuando fallece alguien, y eso nos deja ver en qué fallamos y de qué manera podemos mejorar nuestro servicio”, señaló Francisco, quien es teniente de la Base 1 de la Unidad de Protección Civil y Bomberos en el municipio de Guadalajara.
En el marco del Día Nacional del Bombero que se celebra cada 22 de agosto, el Ayuntamiento tapatío llevó a cabo un homenaje no solo a los tragahumo en activo, sino aquellos que fallecieron en su deber y a los que están próximos a jubilarse, como Francisco Javier Dávila Delgadillo y el comandante José Manuel Martínez Jiménez.
Además, en la Catedral Metropolitana se realizó una misa para agradecer por la protección brindada durante sus llamados de emergencia. Mientras que los bomberos de Zapopan hicieron lo propio en la Basílica de “La Generala”.
Por su parte, los elementos del Estado, tuvieron una comida donde se entregaron reconocimientos a los miembros con más antigüedad y actos heroicos.
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