En la UNAM, biólogos, ingenieros, químicos, físicos, matemáticos y médicos desarrollan membranas para usos médicos, como una opción ante la limitada disponibilidad de tejidos y órganos para mejorar la salud o salvar vidas.El grupo de Ricardo Vera Graziano, integrado por investigadores y estudiantes de esta casa de estudios y colaboradores, crea membranas o andamios para crecimiento de células con biomateriales, que mimetizan las funciones de tejidos nativos (matriz extracelular).En el catálogo de este científico del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) figuran andamios celulares que, según pruebas experimentales en animales (ratas y conejos), podrían ayudar a pacientes mexicanos en la regeneración de piel, hueso, dientes, tejido cardiaco y venas.Estas membranas porosas son biocompatibles. En ellas se siembran células endoteliales que se hacen crecer para formar “venitas”; luego se implantan en ratas Wistar para hacer pruebas biológicas. Una fase subsecuente será probarlas en humanos.“De esta manera se puede reconstruir una venita para infantes con deficiencia severa: son niños que tienen venas atrofiadas y hay que cambiarlas para que su riñón pueda ser irrigado adecuadamente y funcione mejor”, explicó el universitario.En este proyecto se colabora con Atlántida Raya Rivera, del Hospital Infantil de México Federico Gómez. También, con la estudiante de maestría Andrómeda Monrroy Brera, se desarrollan andamios de poli(glicerol sebacato)-policaprolactona para la fabricación de venas y aorta, funcionales en el tratamiento de aneurismas.Con andamios de poliácido láctico-colágena, se podría reparar tejido del corazón dañado por un infarto al miocardio. Eso indican las pruebas in vivo hechas por Vera Graziano, Mónica Castillo (Universidad Autónoma de Sonora), la estudiante de doctorado Alida Ospina Orejarena y un grupo de médicos.A una rata Wistar se les indujo un infarto y en un área de la parte dañada se colocó un andamio con células de corazón especiales para la regeneración de tejido, y en otra zona del infarto no se implantó nada. Se dio un tratamiento con oxígeno hiperbárico y después de un tiempo "donde colocamos el andamio el infarto se redujo considerablemente", y en el área que no lo tenía no hubo reducción de tejido infartado.Para optimizar el desempeño de aquéllos en ingeniería de tejidos, se llevan a cabo estudios fisicoquímicos y biológicos. Por ejemplo, se hacen algunos morfológicos por medio de microscopía electrónica para ver su estructura, porosidad y diámetro de las nanofibras, pues ahí se sembrarán las células.Hay diferentes métodos para fabricarlos: sol gel, separación de fases, moldeo con disolvente y lixiviado de partículas, espumado con gas e hilado de mallas 3D sobre baño coagulante, entre otros.“En principio es sencillo. Sólo se necesita una jeringa (para inyectar una solución con un polímero disuelto), un colector (donde se depositan las nano fibras que forman una malla porosa) y una fuente de poder (para aplicar una diferencia de voltaje que hace que las fibras que salen de la aguja se vayan al colector)”, explicó.Órganos completos
“El sueño dorado es fabricar órganos humanos, se tiende lógicamente, a la reconstrucción total. Con una impresora en 3D se puede hacer una oreja completa, ya se han hecho andamios donde es factible crecer una ex vivo para trasplantarla a un paciente”, resaltó Vera Graziano.“Sin embargo, todavía estamos lejos de hacer un corazón o riñón. Mientras eso ocurre, aclaró que la impresora en 3D es complementaria a la técnica de electrohilado para hacer andamios con aplicaciones en ortopedia, neurología, dermatología, odontología y otras áreas de la salud”, dijo.
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