Bienestar

La alteración del reloj biológico, asociada al síndrome metabólico

© Malos hábitos y comidas a deshoras serían capaces descontrolar el ritmo del cuerpo, dice el investigador Ruud Buijs © Pueden causar diabetes e hipertensión

CUIDADO. Los malos hábitos en nuestra alimentación alteran el ritmo interno del metabolismo, señala el investigador. Foto: Alonso Gallegos (La Crónica de Hoy)

El cambio del estilo de vida y la ingesta de alimentos a deshoras pueden alterar el reloj biológico central del individuo, y consecuentemente este descontrol del ritmo interno del cuerpo humano puede estar asociado con la aparición del síndrome metabólico, señala el miembro del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM , Ruud Buijs.

La hipótesis que maneja el especialista, es que cuando se modifican las costumbres y se vuelve arrítmico el reloj biológico, se provocan cambios en el sistema nervioso central que pueden llevar al individuo a padecer las enfermedades propias del metabolismo como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemias –niveles anormales de lípidos- y obesidad abdominal.

El reloj biológico central está situado en el hipotálamo y se le conoce como núcleo supraquiasmático (NSQ). Es el encargado de preparar al individuo para su actividad durante el día y el sueño en la noche, regula la temperatura del cuerpo, la secreción de hormonas y al sistema nervioso central, además de que genera el ritmo de 24 horas para que el hombre esté equilibrado en su funcionamiento fisiológico.

Pero la función principal del NSQ es medir el tiempo, con lo cual se puede anticipar a cualquier actividad del organismo, ya sea comer, dormir o trabajar, agrega.

El doctor Ruud Buijs, quien ha realizado sus investigaciones en el Netherlands Institute for Neuroscience, en Holanda, y la Universidad de Xalapa, explica que si llevamos una vida regular notamos que podemos despertar antes de que lo haga la alarma que programamos para ello en algún aparato electrónico, debido a los cambios que experimenta nuestro cuerpo que nos preparan para ese momento.

Sin embargo, precisa, al cambiar nuestros hábitos cotidianos se altera nuestro ritmo interno, por lo que investigamos cómo se controla el metabolismo y la información que recibe el reloj central bajos estas condiciones y saber si está funcionando correctamente o no.

Puntualiza que actualmente la comida es abundante y la frecuencia de ingesta aumentó, además de que los horarios para ello se han disparado y en la noche se consume más; paralelamente la actividad física se redujo considerablemente y, a veces, se hace de noche, como también se trabaja en ese horario, entre otras muchas alteraciones.

Con estas condiciones, el doctor Ruud Buijs señala que el cerebro perdió su capacidad de sentir su ritmo interno y externo y como resultado, lo que percibe es un ambiente constante y arrítmico, debido a que la mente utiliza el sistema nervioso autónomo para transmitir las señales que regulan el equilibrio de todo el cuerpo, “por ello podemos presuponer que la principal causa del síndrome metabólico es un sistema nervioso desbalanceado y arrítmico”.

Estas características son notables en la población que cambia sus hábitos, dice el investigador y puso como ejemplo a los trabajadores nocturnos, quienes son los que sufren con más frecuencia alteraciones gastrointestinales, porque rompen con el ritmo que tenían para dormir por la noche y laborar durante el día.

Asimismo, encontró evidencias en las personas que fallecen, tras una larga historia de hipertensión, las cuales indican que su reloj biológico experimentó una severa disminución de su actividad y estos datos sugieren que esta enfermedad puede desarrollarse por esta causa.

En un artículo publicado en la Gaceta de Biomédicas, establece que esta observación se acompaña de los datos que señalan que los incidentes cardiovasculares suceden con mayor frecuencia durante las mañanas que a cualquier otra hora del día.

Copyright © 2007 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México