Metrópoli

El maestro artesano Alejandro Camacho compartió su experiencia de más de 30 años en la creación y enseñanza del juguete tradicional

Buscan preservar el oficio del juguete tradicional a través de PILARES

Mesa “El oficio juguetero y el rescate de la memoria para nuevas generaciones”

Con el objetivo de preservar el oficio del juguete artesanal como una expresión viva de la cultura popular mexicana, el programa PILARES del Gobierno capitalino llevó a cabo una nueva edición de “Diálogos PILARES”, donde el maestro artesano Alejandro Camacho compartió su experiencia de más de 30 años en la creación y enseñanza del juguete tradicional.

Durante la mesa titulada “El oficio juguetero y el rescate de la memoria para nuevas generaciones”, Camacho explicó que los juguetes artesanales son, para muchos, el primer contacto con la identidad cultural. Alertó sobre el riesgo de que estos objetos pierdan su función y queden reducidos a piezas de museo.

“La cultura se hace, se siente, se vive. Si no, va a quedar solo como parte de la historia”, afirmó.

Su vocación nació tras el terremoto de 1985, cuando, como voluntario en un albergue del entonces Distrito Federal, creó una marioneta con cartón para contar historias a niñas y niños. A partir de esa experiencia, decidió dedicarse a la enseñanza del oficio. “Solo son tus manos y el lugar que tenemos”, recordó.

Camacho insistió en que la comunidad es quien da valor a estos objetos al integrarlos a su historia colectiva.

“Los juguetes son cosas que se convierten en juguetes cuando nosotros les damos la oportunidad de serlo”, dijo.

Además, hizo un llamado a reconocer el trabajo de los artesanos.

“Dejamos parte de nuestro tiempo, parte de nuestra vida y de nuestro corazón, eso somos los artesanos”. Señaló que en todo el país hay cientos de personas dedicadas a crear juguetes con el fin de provocar alegría, fortalecer vínculos y fomentar la imaginación.

El artesano, también reconocido por su labor en la creación de alebrijes, ha representado a México en ciudades como Chicago, donde exhibió 39 piezas. En esa ocasión, relató, muchos migrantes mexicanos se sintieron profundamente identificados con los alebrijes, pues les permitieron reconectar con sus raíces.

Tendencias