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El resultado del proyecto de la reinserción social no se refleja en las detenciones diarias ejecutadas por la policía; personas que realizan delitos de alto impacto y algunos líderes de cárteles, acumulan hasta cinco ingresos al sistema penitenciario, sin intención de no recaer en actividades delictivas

Aumentan 93% ingresos a cárceles en 3 años y bajan beneficiarios de Reinserción Social

Reclusorio Reclusorio Preventivo Varonil Oriente. (Graciela López Herrera)

De del año 2020 a 2023, la entrada de personas privadas de la libertad (PPL) a reclusorios capitalinos pasó de ocho mil 236 a 15 mil 895, un incremento del 93 por ciento; en ese lapso de tiempo, aún con la subida de casi el doble de presuntos criminales a los que un juez les ordenó que deben permanecer tras las rejas, el Instituto de Reinserción Social, encargado de encaminar a través de un sistema de cuidados a los expresos a una vida común, útil y funcional dentro de la comunidad, bajó en 34 por ciento la atención a sujetos provenientes de cárceles, de apoyar dos mil 498 en el primer año, a mil 49 en 2024.

Aunque el principal objetivo de los 10 reclusorios y centros de reinserción social es promover actividades que orienten a la PPL a dejar la vida delincuencial y construir una historia distinta, junto a otras instituciones como el Instituto de Reinserción capitalino, el presupuesto hacia estos programas ha sido inestable, con caídas de hasta el 25 por ciento en los periodos en los que las cárceles recibieron a más población, con una agenda de cuidados inconsistente, que en los penales está condicionada al apoyo de organismos no gubernamentales, y a los ocho millones de pesos utilizados en la “Atención a Personas Privadas de la Libertad en los Centros Penitenciarios de la Ciudad de México, que Participan en Actividades Productivas y Programas de Capacitación”, inversión que no crece desde hace cinco años.

Al mismo tiempo, el resultado del proyecto de la reinserción social no se refleja en las detenciones diarias ejecutadas por la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), en las que personas que realizan delitos de alto impacto y algunos líderes de cárteles, acumulan hasta cinco ingresos al sistema penitenciario, sin intención de no recaer en actividades delictivas.

El descenso en los apoyos a las PPL que salieron de reclusión comenzó en el año 2020, cuando dos mil 498 exreos se incorporaron al Instituto de Reinserción, con un presupuesto de cuatro millones de pesos; lapso en el que ingresaron ocho mil 236 personas a las 10 cárceles. En 2021 la población penitenciaria se mantuvo sin cambios significativos, con ocho mil 233, tiempo en el que dos mil 415 egresados participaron en actividades para reformar su comportamiento, tres por ciento menos que el ejercicio anterior.

Para el 2022 los hombres y mujeres encarceladas crecieron nueve por ciento conforme al año pasado, a ocho mil 985. De los cuales, los movimientos más notables ocurrieron en el Reclusorio Preventivo Varonil Norte, donde su población pasó de dos mil 489 a tres mil 15, 21 por ciento más; asimismo, el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente subió de dos mil 305 a tres mil 137, 36 por ciento arriba.

También el Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla que dobló su cifra de ingresos que mantuvo durante dos años, de 10 a 20 y el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, que aumentó ocho por ciento las entradas al penal, de 934 a mil 11.

A pesar de que en ese año el recurso económico al Instituto de Reinserción tuvo su inversión más alta con nueve millones de pesos, cinco millones más que en los dos periodos antecesores y se beneficiaron dos mil 678 personas, fue el último periodo en que los programas a transformar la conducta de los exconvictos tuvieron más aportaciones, ya que al año siguiente el dinero destinado disminuyó en seis millones de pesos.

Seguridad Ropa tendida de mujeres reclusas en el Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla (Graciela López Herrera)

Proyecto Integral de Reinserción Social bajó 82% en atención

Aún con más ciudadanos que deben de ser orientados para no reincidir en una vida delincuencial, el Proyecto de sistema de cuidados Integral de Reinserción Social (PIRS) que busca reforzar valores, hábitos positivos y desarrollar habilidades en personas liberadas redujo su capacidad de atención, con 82.9 por ciento menos personas favorecidas en tres años, desde que inició el programa.

Desde el 2022, cuando inició el PIRS, se apoyó a 398 exreos, es decir, de toda la población que ingresó al Instituto de Reinserción, únicamente 14.8 por ciento accedió al proyecto de vida que permite a las personas liberadas construir una sana relación con ellos mismos y con la sociedad a la que pertenecen.

En 2023 la entrada de personas que presuntamente cometieron un delito se disparó en los 10 penales, 77 por ciento en comparación con el 2022, al alcanzar 15 mil 895.

El Reclusorio Norte albergó la mayor cantidad de población, con siete mil 425 nuevos reclusos, cuatro mil 410 personas más que el año pasado. Después, el Reclusorio Sur, tuvo una subida del 36 por ciento, con 770 más ingresos; el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial (CEVAREPSI), que comúnmente mantiene pocas entradas dado que se especializa en tratar a personas con alguna enfermedad mental, registró 65 nuevos habitantes, mientras que en años pasados la cifra no rebasaba de 45 personas anuales.

El caso más notable ocurrió en el Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Oriente, que luego de mantener cero entradas en tres años, en 2023 acumuló 10. La población del Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla no dejó de crecer, en un año entraron 908 mujeres al encarcelamiento.

Ciento 33 presuntos criminales más que en 2022 entraron al Centro Varonil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, de 20 en el primer año a 133, con subida de 565 por ciento en 12 meses. La Penitenciaría creció de 17 a 72 ingresos en ese lapso, 32 por ciento más y el Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Norte, que había mantenido cero incorporaciones en 2020 y 2021 y sólo una en 2023, tuvo ocho en 2023.

Aún con más población recluida con la necesidad de transformar su comportamiento, el Instituto de Reinserción Social tuvo su peor partida presupuestal, con únicamente tres millones de pesos, 66 por ciento de recorte en comparación con lo recibido en 2022. En consecuencia, sólo mil 644 personas recibieron atención, 38 por ciento menos que el ejercicio anterior.

Seguridad Reclusorio Preventivo Varonil Norte. (Galo Cañas Rodríguez)

Sólo el 14.2% en programa integral de cuidados en 2023

En el PIRS, la población favorecida bajó a 235, 40 por ciento menos y sólo el 14.2 por ciento se benefició con esas tareas de cuidados que implican Taller Integral, Un Domingo Más en Libertad, Feria de la Libertad, Festival Iberoamericano de la Libertad, actividades multidisciplinarias y programas sociales.

Si bien en el 2024 se redujeron las entradas a las cárceles, algunos penales tuvieron subidas importantes. La Penitenciaría creció su nueva población en 886 por ciento, de 72 en 2023 a 710 en el año siguiente; el Centro Varonil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla acumuló 444 ingresos, cuando el año pasado sólo tuvo 133; el CEVAREPSI subió sus incorporaciones en 86 por ciento, de 65 a 121 en ese periodo de tiempo.

Los casos más relevantes son el del Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Oriente, que en un sólo año incrementó mil 12 por ciento sus entradas, de ocho a 89. Su penal homólogo, pero el localizado en el oriente subió mil 580 por ciento, de 10 a 168 PPL que se alojaron en ese reclusorio.

El Centro Femenil de Readaptación Social (Tepepan) se había mantenido con 17 nuevos ingresos en cuatro años, pero en 2024 se disparó mil ochenta por ciento, al llegar a 59 mujeres PPL.

Pese a que el Instituto recibió siete millones de pesos en presupuesto, dinero que se mantuvo igual en 2025, la población beneficiada bajó 36 por ciento, con mil 49. En el primer semestre del 2025, fueron beneficiadas 540 personas, 78 por ciento menos que en todo el 2020; 79 por ciento de reducción que en el ejercicio 2022.

En 2024 el padrón volvió a disminuir a 202 exPPL, donde el 19.2 se mantuvo en labores de creación y promoción de espacios de orientación, apoyo y desarrollo personal, laboral, cultural, educativo, social y de capacitación. Hasta el 21 de julio del 2025 se consideró para el proyecto a 68 ciudadanos, sólo el 12.5 por ciento accedió.

Aún con cuidados, hasta cinco ingresos al sistema penitenciario

Ciudadanos detenidos por delitos de bajo impacto, así como integrantes de cárteles tienen la posibilidad de salir una y otra vez de la cárcel, algunos acumulan hasta cinco ingresos al sistema penitenciario, que aún con haber experimentado la privación de la libertad, no les importa reincidir en la “puerta giratoria”. Aún con los programas de reinserción que se ofrecen en los reclusorios, pareciera que no tienen efecto en estas personas.

Algunos ejemplos como Hugo “N”, alias “El Huguito”, quien desde los 16 años tuvo su primer arresto por robo a transeúnte y poco tiempo después, nuevamente fue aprehendido; sin embargo, las autoridades nunca pudieron encarcelarlo, lo que le permitió escalar rápidamente en la organización que nació en el barrio de Tepito hasta convertirse en uno de los líderes tras la detención del “Pistache” y participar en la masacre en Plaza Garibaldi en 2018.

En octubre del 2024, luego de su detención, la Fiscalía capitalina logró que “El Huguito” permaneciera en el Reclusorio, luego de que en su audiencia de revisión de medidas cautelares, estuvo a punto de que una jueza le permitiera llevar su proceso en libertad.

Sergio Ivan “N”, alias “El Monstruo de la Unión”, relacionado a delitos como cobro de derecho de piso, extorsión, venta y distribución de droga y desaparición, no existieron los elementos suficientes para mantenerlo preso.

David Omar “N”, alias “El Piwi”, de esa misma célula, acusado de homicidio, cuenta con tres ingresos al Sistema Penitenciario de la Ciudad de México en los años 2020 y 2021 por delitos contra la salud y en el 2011 por robo agravado, asimismo, tiene dos presentaciones ante el Ministerio Público en 2020 por extorsión y posesión de droga, sin que la reinserción social haya influido en su comportamiento.

José Armando “N”, alias “El Metra”, operador del grupo delictivo “La Unión Tepito” y que de la mano del “Moño”, asesinaba a personas con la finalidad de desquitar rencillas o negocios que no resultaron a su favor. Al hombre se le relaciona con el homicidio de dos sujetos, de 65 y 20 años de edad, quienes perdieron la vida en la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo.

Axel Esli “N”, de La Unión Tepito, controlaba a los extorsionadores y la venta de drogas en las zonas de la Roma, Condesa y Polanco. El sujeto ya había sido detenido en 2018, sin embargo, a los 10 meses quedó en libertad tras pagar una fianza.

En las cárceles se ofrecen talleres de resiliencia, cambios que generan cambios; “Construyendo mi Futuro”; “Camino a la Felicidad”; conductas de riesgo la violencia y la Ley, no fue suficiente para que abandonaran la comisión de delitos.

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