Juan Javier Cruz Balderas, agresor sexual de Luciana Ordaz, estuvo preso sólo un día en el Reclusorio Oriente y fue puesto en libertad por un juez que determinó que la víctima tenía suficiente protección con el “Código Águila”.
Luego de que Luciana denunciara a sus agresores presentando pruebas de intimidación y hostigamiento, la Fiscalía capitalina se tardó casi 8 meses en realizar un operativo para la detención de los presuntos abusadores, también familiares de la víctima; Juan Javier Cruz Balderas fue capturado por agentes de la Policía de Investigación, mientras que el otro agresor, Juan Javier Cruz Coello, padre de Cruz Balderas, sigue prófugo.
La tranquilidad de Luciana duró sólo unas horas pues durante una audiencia el juez Carlos Trujillo Rodríguez determinó que la víctima no corría peligro y que estaba más que segura con la medida de protección que se le dio, el famoso Código Águila, un código cuyos beneficios no son eficientes, así lo han asegurado decenas de mujeres a este diario.
Luciana y su hermano Luis Alberto, mejor conocido como Rey Grupero, aseguran que el detenido pagó para ser liberado pues se presentaron pruebas suficientes que demostraban el acoso y agresiones que sufrió Luciana por parte de los acusados.
Luciana no sólo teme por su seguridad sino también por su vida ya que ha recibido amenazas de muerte por diferentes personas, incluida Rebeca Almada, la novia de Juan Javier Cruz Balderas.
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