
El ministro británico de Exteriores, David Lammy, anunció este martes la suspensión formal de las negociaciones con Israel para un nuevo acuerdo comercial bilateral y convocó a su embajadora en Londres, Tzipi Hotovely, en protesta por la intensificación de la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza, que considera “desproporcionada, cruel e indefendible”.
“Hemos suspendido las negociaciones con el Gobierno israelí para un nuevo acuerdo comercial. Vamos a revisar la cooperación” con las autoridades de ese país, dijo el jefe de la diplomacia británica en una declaración en la Cámara de los Comunes.
“Esto ha sido necesario por las acciones del Gobierno de (el primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu”, agregó y reiteró: el bloqueo de 11 semanas a la entrada de ayuda en Gaza ha sido “cruel e indefendible”.
Sanciones a colonos judíos terroristas
El secretario de Estado para Oriente Medio también instará a Israel a detener la expansión de los asentamientos y la violencia de los colonos en Cisjordania, de acuerdo con la nota.
Entre las medidas anunciadas este lunes por el Reino Unido también se incluyeron un paquete de sanciones a dos organizaciones, dos asentamientos ilegales y tres personas que, según el Foreign Office, han “apoyado, incitado y promovido la violencia” ejercida por los colonos israelíes contra las comunidades palestinas en Cisjordania.
Entre los individuos sancionados por el Reino Unido se encuentra la destacada activista de extrema derecha y exalcaldesa del asentamiento ilegal de Kedumim (Cisjordania), Daniela Weiss, considerada una de las principales figuras del movimiento de colonos israelíes.
“Obsesión antiisraelí”
El Ministerio de Exteriores de Israel respondió al anuncio del Reino Unido de suspender las negociaciones para alcanzar un nuevo acuerdo de libre comercio entre ambos países y lo acusó de tener “una obsesión anti Israel”.
En un mensaje en su cuenta de X, el Ministerio busca restar importancia a las negociaciones asegurando que “no estaban avanzando” y que “el acuerdo no serviría al beneficio mutuo de ambos países”. “Si por una obsesión anti Israel y consideraciones políticas domésticas, el Gobierno británico está dispuesto a dañar la economía británica, esa es su propia prerrogativa”.
Y ha agregado, desafiante: “La presión extranjera no desviará a Israel de su camino de defender su existencia y de seguridad contra sus enemigos”.