
La Franja de Gaza se ha convertido en “el lugar con más hambre del planeta”, según alertó este viernes la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que advirtió que el 100 % de su población está en riesgo de hambruna, en medio de una ofensiva militar israelí que ya deja más de 54.000 muertos y un territorio devastado tras casi ocho meses de guerra.
“Gaza es el único lugar en el mundo donde toda la población corre riesgo de morir de hambre”, declaró Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. “Estamos ante una de las operaciones humanitarias más obstruidas de la historia reciente”.
Desde que Israel levantó parcialmente el bloqueo, se han autorizado 900 camiones con ayuda humanitaria, pero solo 600 lograron ingresar a Gaza, y muchos menos pudieron distribuirse debido a los riesgos de seguridad y saqueos. Laerke describió escenas en las que los cargamentos son asaltados por multitudes desesperadas: “Es trágico, frustrante y profundamente inhumano”.
La situación se agravó aún más el viernes, cuando “individuos armados” saquearon un almacén en un hospital de campaña en Deir al-Balah, robando suministros médicos y alimentos destinados a niños desnutridos, según un vocero de la ONU.
Israel y el bloqueo humanitario
El embajador israelí ante la ONU, Daniel Meron, negó rotundamente las afirmaciones del organismo internacional y acusó a sus agencias de “manipular los hechos” y de actuar como cómplices de Hamas. “La ONU alimenta a Hamas, nosotros nos aseguramos de que la ayuda llegue a quienes la necesitan”, escribió en su cuenta de X.
Israel sostiene que ha facilitado la entrada de ayuda y culpa a las condiciones de seguridad impuestas por Hamas del retraso. No obstante, las escenas del martes, cuando soldados israelíes abrieron fuego contra civiles que buscaban comida, dejando al menos un muerto y decenas de heridos, han intensificado la presión internacional para que Tel Aviv facilite el acceso y detenga la ofensiva.
El operativo de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF), grupo logístico respaldado por Estados Unidos y aprobado por Israel, ha sido fuertemente criticado por la ONU y otras organizaciones. Según GHF, hasta ahora han entregado 1.8 millones de raciones, pero el método de distribución masiva, sin entregas directas, expone a los beneficiarios a saqueos y violencia.
Tregua bloqueada
Mientras tanto, las negociaciones de alto el fuego siguen empantanadas. Hamas anunció que estudia la última propuesta promovida por EE.UU., pero afirmó que el plan no responde a las demandas legítimas del pueblo palestino, como la retirada de tropas y el fin definitivo del conflicto.
Israel, por su parte, aceptó en principio el borrador, pero el primer ministro Benjamin Netanyahu enfrenta presiones internas. Sus socios de ultraderecha, como el ministro de Seguridad Itamar Ben-Gvir, amenazan con derribar el gobierno si se firma una tregua sin la destrucción total de Hamas. “Es hora de entrar con toda la fuerza, sin vacilar, y destruir a Hamas hasta el último hombre”, exigió el ministro.
En el terreno, los ataques continúan. El viernes, al menos 14 personas murieron en un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Jabaliya, al norte de Gaza, y el jueves otras 45 perdieron la vida, entre ellas 23 en el campo de Bureij, según fuentes médicas palestinas.
Macron propone reconocer Estado palestino
El presidente francés, Emmanuel Macron, sumó una nueva voz crítica desde Singapur, advirtiendo que el abandono de Gaza y el “cheque en blanco” a Israel destruirían la credibilidad de Occidente. “No podemos aceptar un doble rasero. Reconocer un Estado palestino no es solo un deber moral, es una necesidad política”, afirmó.
La cancillería israelí respondió con dureza, acusando a Macron de estar en una “cruzada contra el Estado judío” y defendiendo que “no hay bloqueo humanitario”, calificando esa afirmación como “una mentira flagrante”.
Nuevas investigaciones científicas advierten que la exposición prolongada al humo de explosiones, la contaminación del agua y la falta de alimentos tendrá efectos permanentes en la salud de los sobrevivientes. Estudios recientes vinculan la malnutrición en Gaza con daños cardíacos, neurológicos y reproductivos, incluso meses después de que cesen los combates.
Con el acceso a ayuda aún restringido, la infraestructura en ruinas, la diplomacia paralizada y los combates en curso, la Franja de Gaza se adentra en una de las crisis humanitarias más severas del siglo XXI, sin que la comunidad internacional logre aún articular una respuesta eficaz.