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Muere un bebé prematuro en Ontario, que concentra la mayoría de contagios; autoridades alertan sobre focos no vacunados en comunidades religiosas

Canadá enfrenta repunte alarmante de sarampión con más de 2,700 casos

Sarampión
Amenaza viral El sarampión es un virus respiratorio altamente contagioso, que se transmite por gotas al toser, estornudar o incluso al respirar. (EFE)

El resurgimiento del sarampión en Canadá ha alcanzado un punto crítico, con 2,755 casos reportados a nivel nacional, de los cuales 2,429 han sido confirmados por las autoridades sanitarias. La crisis sanitaria ha cobrado un tono aún más grave tras el fallecimiento de un bebé prematuro infectado con el virus, cuyo caso ha elevado la alarma sobre los riesgos crecientes para la salud pública.

Aunque las autoridades no han confirmado el sarampión como causa directa de muerte, la Oficina del Médico Jefe de Ontario, donde se ha concentrado la epidemia con casi 2.000 casos, reconoció que el bebé contrajo el virus durante el embarazo. La madre no había recibido la vacuna triple viral (MMR) contra sarampión, paperas y rubéola.

“El sarampión pudo haber contribuido tanto al nacimiento prematuro como al fallecimiento del infante, aunque también había otras complicaciones médicas graves no relacionadas con el virus”, explicó el doctor Kieran Moore, responsable de salud pública en Ontario.

Comunidades no vacunadas

En marzo, Moore ya había advertido que el brote estaba afectando desproporcionadamente a comunidades menonitas, amish y otros grupos anabautistas, donde persiste un alto nivel de escepticismo frente a la vacunación. Estos focos han sido identificados como vulnerabilidades estructurales en la cobertura inmunológica del país.

Después de Ontario, Alberta es la provincia más golpeada, con 632 casos confirmados, según los datos actualizados al 2 de junio por el gobierno federal.

Virus que vuelve a ser amenaza

El sarampión es un virus respiratorio altamente contagioso, que se transmite por gotas al toser, estornudar o incluso al respirar. Reconocido por su erupción cutánea característica, el virus representa una amenaza seria para personas no vacunadas, especialmente bebés menores de 12 meses —que aún no reciben inmunización— y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

Las complicaciones pueden ser graves: neumonía, encefalitis, parto prematuro y, en raros casos, la muerte. Antes del establecimiento de campañas masivas de vacunación en los años 70, el sarampión cobraba centenares de vidas cada año en Canadá. Aunque fue declarado erradicado en 1998, los casos importados desde otros países han mantenido latente su reaparición.

El resurgimiento de la enfermedad no es exclusivo de Canadá. En Estados Unidos también se ha observado una ola creciente de contagios, con comunidades religiosas conservadoras como los menonitas en la frontera entre Texas y Nuevo México particularmente afectadas.

El clima de desinformación ha sido alimentado por figuras públicas, como el actual secretario de Salud del gobierno de Trump, Robert F. Kennedy Jr., quien ha difundido falsas afirmaciones sobre la vacuna MMR, incluyendo que contiene restos fetales y representa un riesgo para los niños.

En medio de este panorama, los especialistas advierten que podríamos estar entrando en una etapa “post-inmunidad colectiva”, donde la disminución de las tasas de vacunación podría anular décadas de avances sanitarios. La muerte del infante en Ontario, de confirmarse como relacionada al sarampión, sería la primera del brote actual y una señal clara de que las consecuencias ya no son teóricas.

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