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El bombardeo mutuo ha dejado expuestas las debilidades de los dos enemigos y una ventaja del tercer país en discordia: EU. Pero el riesgo de incendiar la región es muy alto

¿Por qué Trump ve ahora tentador arrastrar a EU a la guerra de Israel contra Irán? Claves y escenarios

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Superioridad bélica La bomba antibúnker estadouniden se GBU-57 (Archivo)

Israel eligió el pasado viernes 13 de junio para declarar la guerra a Irán ¿Por qué?

Hay al menos tres razones:

Una es matemática: el primer minuto del viernes 13 de junio concluyó el ultimátum de 60 días que impuso Donald Trump al régimen de Teherán para que renunciara a fabricar bombas nucleares. Como Teherán no obedeció la orden del presidente de EU, las autoridades israelíes se sintieron legitimadas para atacar a Irán, alegando que el régimen de los ayatolás lleva décadas amenazando con la eliminación del “Estado sionista ocupante de Palestina”.

Otro razón es técnica: el jueves 12 de junio (pocas horas antes de los bombardeos israelíes), el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aprobó una resolución en la que acusó a Irán de incumplir el Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP) al nergarse sistemáticamente a garantizar que su programa nuclear no tiene fines militares. Denuncia, por ejemplo, las negativas a las inspecciones de expertos o a explicar la presencia de partículas de uranio en lugares no declarados como “sitios nucleares”, lo que evidencia que Irán está enriqueciendo uranio de forma clandestina.

Y una tercera razón es puramente estratégica: el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, temió que Irán aceptase el ultimátum de Trump minutos antes de concluir, por lo que se animó finalmente a atacar al país persa.

A tenor de lo ocurrido, la reflexión de Netanyahu pudo haber sido esta: un acuerdo nuclear EU-Irán no sólo habría dejado sin argumentos cualquier ataque futuro contra su mayor enemigo, sino que podría abrir una inaudita distensión entre Washington y Teherán.

¿Por qué Trump se muestra ahora tentado a entrar en guerra?

Porque el republicano, antes que un presidente aislacionista, es un oportunista y acaba de descubrir que ha surgido la oportunidad de convertirse en el presidente de EU que derrotó militarmente a Irán y neutralizó la amenaza nuclear.

Por eso, de mantener hasta la semana pasada su promesa de que, mientras él sea presidente, Estados Unidos no va a embarcarse en “la guerra de otros”, ha pasado a sugerir que EU podría involucrarse en la campaña bélica israelí.

Este cambio de opinión ha ocurrido porque, tras cinco días seguidos de bombardeos en uno y otro sentido, Trump ha descubierto el talón de Aquiles no sólo de su enemigo iraní, sino de su aliado israelí.

En el caso iraní, ha comprobado que su sistema de defensa antiaérea era mucho más débil de lo que parecía y ha sido incapaz de impedir que los misiles israelíes impacten en decenas de objetivos (centrales nucleares, refinerías, bases militares, científicos nucleares, comandantes de la Guardia Revolucionaria y, aunque lo niegue, civiles).

Para la sociedad iraní, acostumbrada a la propaganda triunfalista del régimen, la facilidad con la que los cohetes israelíes impactan en la capital (como si vivieran en la indefensa Beirut) ha debido ser un durísimo golpe moral.

De igual manera, la sociedad israelí, acaba de comprobar que el famoso “domo de hierro” no es infalible como se pensaba. Decenas de misiles iraníes han logrado burlar la batería de cohetes antiaéreos y han impactado de norte a sur del país, incluidas las tres mayores ciudades: Tel Aviv, Jerusalén y Haifa, matando a una veintena de civiles.

Pero, para frustración de Netanyahu y de los halcones de su gobierno, también ha quedado al descubierto otro punto débil de las fuerzas israelíes: luego de casi una semana de intensos bombardeos, no han logrado destruir el corazón del polémico programa nuclear iraní, porque sus misiles no han podido impactar en la instalación más importante, a medio centenar de metros bajo tierra.

Y es aquí donde entra en juego Estados Unidos, ya que sus fuerzas armadas son las únicas en el mundo que cuentan con un arma capaz de penetrar en el mayor búnker subterráneo donde el régimen de los ayatolás enriquece uranio, con la clara intención de fabricar bombas nucleares (aunque lo siga negando).

Se trata de la instalación secreta llamada Fordow, donde decenas de centrifugadoras nucleares de última generación enriquecen uranio en el interior de una montaña, lo que la hace extremadamente difícil de atacar... aunque no imposible para la mayor potencia militar del planeta.

¿Que arma secreta de EU podría cambiar la guerra?

La GBU-57, también conocida como Massive Ordnance Penetrator (MOP), es la bomba antibúnker (no nuclear) más poderosa del arsenal convencional de Estados Unidos. Ni Rusia ni China tiene algo parecido.

Con una longitud de 6.6 metros y un peso de 13.6 toneladas, puede perforar hasta 61 metros de roca o concreto antes de detonar. Además cuenta con una espoleta inteligente, que activa la detonación en cuanto detecta el hueco del búnker y no al primer impacto. Su carcasa de acero reforzado también impide que la bomba explote al chocar contra la montaña.

Consciente de esta ventaja única, Trump ha empezado a alejarse del sector aislacionista del trumpismo y está contagiándose del ala más belicista. Una victoria militar podría engrandecer su leyenda, estará pensando.

Al comienzo del estallido bélico y todavía el pasado fin de semana, Trump exigía a Irán volver a las negociaciones, pero el martes cambió de tono radicalmente: pidió directamente una “rendición incondicional” de Irán y amenazó incluso con asesinar al líder supremo, Ali Jamenei:”Sabemos dónde se esconde, pero no lo mataremos, por ahora”, declaró. Cuando los periodistas le cuestionaron este miércoles si pretendía llevar a Estados Unidos a la guerra, respondió con sorna: “Podría hacerlo… o no podría hacerlo; nadie sabe lo que voy a hacer”.

Una vez más, su vocación de dictador hizo que se pasara por alto un detalle: el presidente de EU sólo puede declarar la guerra, si lo autoriza el Congreso, y aunque cuenta con mayoría republicana en las dos cámaras, no está nada claro que cuente con suficientes votos.

¿Qué ha dicho el régimen iraní sobre la amenaza de Trump de entrar en la guerra?

De momento, la posición iraní sigue siendo desafiante. El ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, anunció que hay misiles apuntando a las doce bases militares de Estados Unidos en Oriente Medio —en Jordania, Irak, Bahréin, Kuwait, Siria, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos— en caso de que Washington entre en guerra. Según dijo, todas esas instalaciones, donde están acantonados más de 40 mil soldados estadounidenses, están “a su alcance”.

¿Por qué un sector trumpista presiona para que EU no entre en la guerra?

La voz cantante la llevan dos aliados que ya no están en el primer círculo de asesores de Trump, pero que siguen siendo muy influyentes en las redes sociales: Tucker Carlson y Steve Bannon.

Carlson ha sido especialmente crítico con la idea de atacar instalaciones nucleares iraníes, advirtiendo que eso “provocará casi con certeza la muerte de miles de estadounidenses en bases en todo Oriente Medio” y que el costo económico y en seguridad nacional sería altísimo, como ocurrió en Irak y en Afganistán.

Bannon, por su parte, argumenta que involucrarse en esta guerra fracturaría la coalición política de Trump, que se basa en el lema “Estados Unidos Primero” y en evitar conflictos extranjeros innecesarios. Cree que la guerra desviaría la atención de prioridades internas como la seguridad fronteriza y la economía.

¿Qué opina el exilio iraní y por qué el ejemplo sirio es la clave?

El Consejo Nacional de Resistencia de Irán (CNRI), el mayor grupo iraníe en el exilio, apoya cualquier intervención que acabe con el “régimen de terror” que ha convertido a Irán en el segundo país con más ejecutados del mundo, pero también insiste en que el cambio debe venir desde el pueblo iraní, no impuesto desde fuera, para no repetir la catástrofe en Irak, tras la invasión estadounidense.

El modelo a seguir, insisten estos días, es Siria. La sorprendente y rápida caída del régimen de Bashar al Asad en Siria, desmontó el mito de su poderío y de que su aliado ruso, Vladimir Putin iba a socorrerlo en última instancia, lo que no ocurrió. Para los iraníes que anhelan la democracia, la caída del “tirano de Damasco” fue un catalizador psicológico y demostró que incluso las dictaduras más arraigadas (y apoyadas por Putin, como la iraní) pueden caer.

¿Si cae el régimen iraní se acaba la crisis en Oriente Medio?

En absoluto. Una cosa es el anhelo légitimo de democracia de la población iraní y de que se ponga fin a la brutal represión de la teocracia chiita, y otra cosa es permitir que el gobierno ultranacionalista israelí siga bombardeando impúnemente el Líbano y culmine su “limpieza étnica” de palestinos en los territorios ocupados, mediante el genocidio en marcha en Gaza y la construcción imparable de asentamientos ilegales en Cisjordania, para que vivan colonos judíos, armados por el gobierno israelí y con licencia para matar palestinos que protesten por la expulsión de sus tierras.

Mientras Occidente siga vendiendo armas a Israel y mientras EU use su poder de veto en la ONU para no castigar los crímenes de Israel (el único Estado de la ONU con un territorio ocupado y que mata a sus habitantes colonizados, alegando “legítima defensa”), Oriente Medio seguirá siendo la región más inestable y más maldita del mundo.

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