Luego de meses de una campaña de ataques a embarcaciones de pabellón, origen, destino o afiliación israelí por parte de los rebeldes hutíes de Yemen sobre el mar Rojo, algunos puertos de Israel como el de Eliat se enfrentan a un inminente colapso financiero dada la imposibilidad de transitar por las rutas comerciales marítimas. Los ataques de la insurgencia hutí han provocado pérdidas para las operacions portuarias que decrecen las ganancias en un 90%, esto desde noviembre de 2023.
De acuerdo con fuentes y medios locales israelíes, en los últimos 20 meses, el puerto de Eliat ha acumulado una deuda casi “insostenible” que amenaza su solvencia, al tiempo que enormes gastos mensuales tales como impuestos municipales y salarios insuflan caos en la ecuación. Datos de la autoridad portuaria aseguran que, de cerrar definitivamente el atracadero, unos 170 trabajadores perderían sus empleos.
“El puerto de Eliat tiene una importancia nacional estratégica para Israel, ya que es la puerta sur del país en el mar Rojo para el comercio marítimo con el Oriente Lejano, India, Australia, y constituye un importante punto de apoyo económico para la ciudad y sus residentes”, manifestó Gideon Golber, director ejecutivo del fondeadero.
The Times of Israel aseguró que el cierre del puerto representaría un “enorme éxito internacional” para los hutíes, algo que “ninguno de nuestros enemigos ha logrado jamás”.
El mismo diario reportó que la administración del puerto ha mantenido los salarios del personal, que representan entre 4,165 y 20,000 dólares al mes, pese a la pérdida monumental de ingresos. A decir de Golber, los hutíes han dejado la actividad del enclave “prácticamente paralizada”; el director también aseveró que, ante la inacción de las autoridades gubernamentales, el puerto ha solicitado al ministro de economía, Nir Barkat, emitir una orden temporal que obligue a importar automóviles desde el oriente a través de Eliat, tal y como se hacía hasta 2016. La medida, según los mandos del puerto, implicaría el uso del canal de Suez, con costos de unos 800 mil dólares por barco, mismos que serían compartidos por Eliat y Gobierno de Israel.