
Los hutíes de Yemen acusaron a los guardias fronterizos saudíes de haber matado a tres civiles y herido gravemente a otros mientras estaban detenidos en la región saudí de Jizán, según reportó la agencia de noticias Saba, administrada por el propio grupo.
Jamal Amer, ministro de Asuntos Exteriores hutí, hizo llegar una denuncia formal a altos representantes de las Naciones Unidas, en la que calificó este hecho como parte de un “patrón repetitivo de crímenes brutales”. En el documento, solicitó que la ONU abra una investigación internacional sobre lo ocurrido.
La queja fue enviada directamente al secretario general António Guterres, así como a los presidentes de la Asamblea General, del Consejo de Seguridad, del Consejo de Derechos Humanos y al Alto Comisionado de Derechos Humanos, Volker Türk, detalló la agencia Saba.
Amer aseguró que las víctimas fueron sometidas a actos de tortura “inhumanos y degradantes”, y que algunos presentaban quemaduras y heridas graves que habrían sido provocadas por los soldados saudíes durante su detención.
El funcionario también insistió en que este caso no es un hecho aislado, sino parte de un patrón sistemático de abusos por parte de fuerzas saudíes contra civiles yemeníes en las zonas limítrofes, lo que representaría una violación al derecho internacional y a la Carta de la ONU.
Estas acusaciones surgen en medio de un proceso de acercamiento diplomático entre Arabia Saudita y los hutíes, quienes controlan gran parte del noroeste de Yemen, incluida la capital, Saná. Según Amer, ambas partes venían avanzando en una hoja de ruta para poner fin al conflicto y al bloqueo que sufre Yemen desde hace casi diez años.
Sin embargo, advirtió que esta nueva escalada y las violaciones constantes contra la población civil podrían poner en peligro los esfuerzos de paz y reactivar el conflicto armado, con consecuencias negativas para la estabilidad de toda la región.
El diplomático hutí urgió a la ONU a investigar de forma inmediata y a fondo estos hechos, exigir responsabilidades y tomar medidas para evitar nuevos abusos.
Yemen vive una guerra civil desde 2014, cuando los hutíes, respaldados por Irán, tomaron Saná y derrocaron al gobierno reconocido internacionalmente. Un año después, Arabia Saudí lideró una coalición militar en apoyo al gobierno depuesto. Aunque en 2022 se pactó un alto el fuego que sigue vigente, no se ha alcanzado aún una solución definitiva al conflicto.
(Con información de EFE)