
El tiempo corre en contra de Hamás a medida que se acerca la fecha ambigua de “tres o cuatro” días que impuso Donald Trump el martes a modo de ultimátum, para que aceptara su plan para Gaza o se atuviera a las consecuencias.
Los líderes de la milicia que tiene aún en su poder a medio centenar de rehenes, de los que apenas quedan vivos una veintena, sigue estudiando en Qatar el plan estadounidense de 20 puntos, que ya ha sido aprobado por Israel y que asegura, además de un alto el fuego y la liberación de los rehenes en 24 horas, una retirada gradual de las tropas israelíes tras el desarme de Hamás, a cambio de una amnistía para que no sean abatidos.
La milicia islamista aspira a obtener cambios en un plan que plantea su rendición y desarme, le ofrece pocas garantías y solo recoge un plazo: el de 72 horas para entregar a Israel los 48 rehenes que siguen en Gaza.
Según responsables del grupo islamista citados por medios de Arabia Saudí con buenas fuentes en las autoridades de ese país —como el canal Al Hadath y el diario Asharq Al Awsat—, Hamás reclama que se concreten los contornos imprecisos de los 20 puntos del plan de Trump, que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya ha aceptado. Sobre todo en cuestiones que Hamás considera cruciales, como un calendario con fechas claras del repliegue del ejército israelí de la Franja o las garantías de que la ofensiva de Israel acabará realmente y no dará paso a una reanudación de los ataques.
Israel rompió el alto el fuego unilateralmente
Los palestinos no olvidan que en marzo, poco después del regreso al poder de Donald Trump, su aliado Netanyahu rompió unilateralmente el acuerdo que alcanzó Hamás e Israel bajo los auspicios del entonces presidente Joe Biden, y desde entonces no ha pasado un día en la que las fuerzas israelíes no haya bombardeado la Franja de Gaza y haya matado a decenas de palestinos, la mayoría en campos de refugiados.
Este miércoles, el ministro de Defensa, Israel Katz, anunció que sus tropas ya casi han completado el cerco a su capital y cerrado la calle Al Rashid, única vía de escape de la urbe, donde decenas de miles de personas podrían quedar atrapadas. Con la amenaza de nuevas masacres que ello supone —y la presión de los mediadores árabes para que rubrique la propuesta de Estados Unidos—, Hamás está sometida a una fuerte presión, militar y diplomática.
Larga lista de obligaciones
Desde hace meses, los responsables del grupo han aceptado no formar parte de un futuro Gobierno del enclave. Sin embargo, el documento presentado el lunes por Trump, flanqueado por Netanyahu, en Washington, ni siquiera prevé que la Autoridad Nacional Palestina —que administra parcialmente otro territorio palestino ocupado, Cisjordania—, participe inicialmente en esa administración.
El documento condiciona esa posible y futura participación a una larga lista de obligaciones, de nuevo sometidas al criterio de Israel. Entre ellas, renunciar a llevar a ese país ante los tribunales internacionales, acabar con la “incitación” contra su país en los medios de comunicación; es decir, renunciar a cualquier crítica contra él, y reconocer a Israel como Estado judío (Con información de EFE y El País).