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El parlamento israelí ovaciona al presidente de EU por ser el artífice de un acuerdo histórico que se ratificará en Egipto

Trump proclama el comienzo de una “era dorada en Oriente Medio”

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Israel Donald Trump se da un baño de masas en el parlamento israelí este lunes, tras la liberación de los rehenes vivos (JALAA MAREY / POOL/EFE)

Con los rehenes israelíes ya rodeado de familiares, el presidente estadounidense, Donald Trump, se presentó este lunes en el parlamento israelí, proclamando que con la firma del fin del conflicto entre Israel y Hamás empieza una nueva era dorada en Oriente Medio, pese a que sigue pendiente que resolver el nudo gordiano desde hace décadas: la creación de un Estado palestino.

“Creo firmemente que este es el amanecer histórico de un nuevo Oriente Medio”, añadió el líder republicano mostrando su “profundo agradecimiento a todas las naciones del mundo árabe y musulmán que se unieron para presionar a Hamás para que liberara a los rehenes y los dejara ir”.

Este lunes Hamás liberó a los 20 rehenes con vida que todavía tenía bajo su poder y en Egipto, en la ciudad balneario de Sharm el Sheij, se celebra la llamada Cumbre de la Paz, en la que se ratificará el final de estos dos años de enfrentamientos en presencia de una treintena de países.

Su mensaje ante la Knéset, donde fue recibido con ovaciones y aplausos constantes, incidió en que “esto no es solo el fin de una guerra, sino el fin de una era de terror y muerte y el comienzo de una era de fe, esperanza y de Dios”.

Los poco más de 60 minutos de su discurso en Jerusalén fueron enmarcados en aplausos constantes, salvo por el momento en que dos diputados de la coalición árabe-judía Hadash Taal tuvieron que ser expulsados con gritos y pancartas a favor del reconocimiento de Palestina.

“Han pasado años desde que han conocido un solo día de verdadera paz, pero ahora esa paz no solo perdura para los israelíes, sino también para los palestinos y para muchos otros. La larga y dolorosa pesadilla ha llegado finalmente a su fin”, dijo.

Y añadió; “Mientras el polvo se asienta, el humo se disipa, los escombros son retirados y las cenizas se limpian del aire, amanece un nuevo día en una región transformada”.

El presidente estimó que “una nueva coalición de naciones orgullosas y responsables está emergiendo”, y en esa línea instó a la región a no dar la espalda a Israel y adherirse a los Acuerdos de Abraham, firmados en la Casa Blanca en septiembre de 2020, durante su primer mandato (2017-2021), y por los que Emiratos Árabes Unidos y Baréin, y posteriormente Marruecos y Sudán, establecieron relaciones diplomáticas con Israel.

Esas cuatro naciones que “dejaron de lado sus diferencias, superaron divisiones ancestrales y optaron por el diálogo ahora están entre las más exitosos de la región”, según dijo, y el resto “en lugar de construir fortalezas para mantener alejados a los enemigos, deberían estar construyendo infraestructura para acercar más su comercio”.

Trump fue el protagonista de la Knéset, donde se había reunido con familiares de los rehenes antes de hablar ante el pleno, y lo será también de la cumbre egipcia, que según el programa empezará y acabará cuando él llegue y se vaya.

El conflicto en Gaza ha dejado en este tiempo 1.200 muertos israelíes, los provocados por Hamás en el ataque del 7 de octubre de 2023, y más de 67.000 palestinos como consecuencia de la posterior ofensiva israelí, que también arrasó el enclave y ha desencadenado hambruna y desplazamientos forzosos.

Esa guerra, cuyo fin comenzó a vislumbrarse con el plan de paz presentado en la Casa Blanca a finales de septiembre, no fue sin embargo la única hostilidad mencionada en su intervención. Trump vio posible poder firmar un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear, pero pidió a su equipo “centrarse primero en Rusia”.

“La mano de la amistad y de la cooperación está tendida incluso para Irán, cuyo régimen ha causado tanta muerte en Oriente Medio. Les digo a ustedes que quieren llegar a un acuerdo. Aunque digan ‘No queremos un acuerdo’, puedo asegurarles que sí”, sostuvo en referencia a Teherán.

Los poco más de 60 minutos de su discurso en Jerusalén fueron enmarcados en aplausos constantes, salvo por el momento en que dos diputados de la coalición árabe-judía Hadash Taal tuvieron que ser expulsados con gritos y pancartas a favor del reconocimiento de Palestina.

El propio primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dejó claro a Trump su agradecimiento y el de su pueblo: “Usted está comprometido con esta paz, yo estoy comprometido con esta paz y juntos lograremos esta paz”, le dijo confiado en continuar juntos el camino “pavimentado” en los Acuerdos de Abraham.

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