
El virus H3N2, uno de los subtipos de influenza más agresivos, circula con rapidez en Reino Unido y Estados Unidos y pone en jaque la efectividad de las vacunas actuales.
La gripe H3N2, una de las variantes más agresivas de la influenza, ha encendido las alertas sanitarias en Reino Unido, donde ya se reportan casos récord, escuelas cerradas y hospitales saturados, mientras el virus avanza también en regiones de Estados Unidos.
¿Qué es la Gripe H3N2, una variante de influenza?
Ya es noticia la alerta por casos récord, escuelas cerradas y hospitales saturados en Reino Unido debido al ascenso de contagios por la variante de gripe H3N2.
De acuerdo con información difundida por el Centro Nacional de Información Biotecnológica (NIH), el Influenzavirus A subtipo H3N2 (A/H3N2), clasificado como una variante de influenza, circula con rapidez en Reino Unido y en algunas zonas de Estados Unidos.
Mejor conocida como gripe H3N2, esta variante afecta principalmente la nariz, la garganta y los pulmones, y suele generar síntomas y malestar mucho más intensos que un resfriado común.
Gripe H3N2: el virus de influenza que evoluciona más rápido
De acuerdo con el artículo titulado “Virus de influenza H3N2 en humanos: mecanismos virales, evolución y evaluación”, publicado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica de Estados Unidos, el virus de la influenza H3N2 ha sido uno de los subtipos más agresivos y problemáticos desde su aparición en humanos en 1968, causando pandemias, epidemias severas y una alta mortalidad.
A diferencia de otros virus de influenza, el H3N2 evoluciona muy rápido, lo que le permite escapar constantemente del sistema inmunológico humano.
Esta evolución ocurre principalmente mediante:
- Cambios genéticos y antigénicos (deriva antigénica).
- Adición de sitios de glicosilación en la hemaglutinina (HA), que “ocultan” al virus de los anticuerpos.
- Aumento de la carga eléctrica positiva de la HA, mejorando su capacidad de unirse a las células humanas.
- Cambios en la preferencia de receptores, pasando de α2,3 a α2,6, predominantes en las vías respiratorias humanas.
- Nuevas funciones de la neuraminidasa (NA), que además de liberar virus, también puede facilitar su entrada a las células.
En el artículo publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina se detalla que, debido a estos cambios, las vacunas contra H3N2 suelen tener menor eficacia, como ocurrió en la temporada 2016–2017, cuando la protección fue de apenas 28 a 42 %. Esto ha obligado a la OMS a modificar con frecuencia la cepa incluida en la vacuna, con al menos 28 cambios desde 1968.
Los métodos tradicionales para evaluar la respuesta inmunológica, como la prueba de inhibición de la hemaglutinación (HAI), han perdido precisión, ya que los virus H3N2 modernos se comportan de forma distinta. Por ello, los científicos han tenido que adaptar estas pruebas, utilizar glóbulos rojos de cobayo, añadir oseltamivir y recurrir cada vez más a ensayos de microneutralización (MN), que ofrecen mediciones más confiables.
También se ha observado que los virus H3N2 recientes crecen mal en huevos y en líneas celulares clásicas, lo que afecta tanto la investigación como la producción de vacunas. Por esta razón, se han desarrollado líneas celulares modificadas (MDCK-SIAT1) que replican mejor las cepas actuales.
La influenza es una enfermedad respiratoria que infecta entre 5 y 15 % de la población mundial cada año, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que estima que las infecciones ocasionadas por este virus provocan entre 250 mil y 500 mil muertes anuales.
¿Por qué están aumentando los contagios y que pasa con las vacunas contra la gripe H3N2?
De acuerdo con los autores del artículo, James D. Allen, miembro del Centro de Vacunas e Inmunología, y Ted M. Ross, del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Georgia, Estados Unidos, el caso del virus H3N2 exhibe una debilidad estructural en el modelo actual de vacunación contra la influenza: se persigue a un virus que siempre va un paso adelante.
La necesidad de actualizar la vacuna casi cada año no es solo un tema de logística, sino una evidencia de que el enfoque reactivo —y no preventivo a largo plazo— sigue predominando frente a una amenaza altamente cambiante.