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Boris Johnson, acorralado tras informe sobre el “partygate”, que señala “graves fallas”

El primer ministro británico admite que “pedir perdón no es suficiente”, pero se resiste a dimitir, como pidió el líder laborista. La expremier Theresa May advierte que “nadie está por encima de la ley”

polémica

El premier Boris Johnson sale del 10 de Downing Street para dar explicaciones al Parlamento

El premier Boris Johnson sale del 10 de Downing Street para dar explicaciones al Parlamento

EFE

El informe largamente esperado (aunque parcial) sobre las fiestas del gobierno de Boris Johnson, primer ministro de Gran Bretaña, mientras el resto del país vivía bajo estrictas restricciones sanitarias por el coronavirus, se publicó este lunes.

El reporte de la alta funcionaria británica Sue Gray —a la que se le designó revisar el escándalo conocido como “partygate”— sobre un total de 16 fiestas, incluida una en el cumpleaños de Johnson, denuncia fallas de liderazgo y consumo excesivo de alcohol, suficiente como para que la oposición laborista haya pedido ya que dimita Boris Johnson o que los parlamentarios conservadores lo echen del poder.

"Hubo graves fallas de liderazgo y juicio. No se debería haber permitido que se llevaran a cabo algunos de los eventos”, se lee en el reporte, que no revela los detalles de los eventos, debido a que existe una investigación paralela por parte de la Policía Metropolitana de Londres (Scotland Yard).

El informe denuncia que "en el contexto de la pandemia, cuando el Gobierno pedía a los ciudadanos que aceptaran restricciones de gran alcance en sus vidas, parte del comportamiento que rodea a estas reuniones es difícil de justificar", como "el consumo excesivo de alcohol, que no es apropiado en un lugar de trabajo profesional".

A modo de reproche, Gray recordó que “todos los ciudadanos se han visto afectados por la pandemia; todos han hecho sacrificios personales, algunos de los más profundos, al no haber podido ver a sus seres queridos en sus últimos momentos o cuidar a familiares y amigos vulnerables".

“Debemos mirarnos en el espejo”

Luego de la publicación del reporte, el mandatario conservador se disculpó en el Parlamento y dijo que “pedir perdón no es suficiente” por lo que anunció que creará la función de un "secretario permanente" que supervise el funcionamiento de las oficinas del primer ministro, aunque no ofreció más detalles. Sin embargo, en ningún momento señaló que fuera a dimitir, como dijo que haría si el informe no le dejaba otra opción ética.

"Si bien la Policía Metropolitana aún debe terminar su investigación, y eso significa que no hay detalles de eventos específicos en el informe de Sue Gray, yo, por supuesto, acepto los hallazgos generales de Sue Gray en su totalidad. Y sobre todo, su recomendación de que debemos aprender de estos eventos y actuar ahora. Debemos mirarnos en el espejo", continuó.

“Hombre sin vergüenza”

El líder de la oposición en el Reino Unido, el laborista Keir Stamer, animó este lunes a los diputados del Partido Conservador a que den pasos para destituir al primer ministro, el también "tory" Boris Johnson, con una moción de confianza interna.

Los ciudadanos británicos "piensan que el primer ministro debería hacer lo más honrado y dimitir, pero no lo hará, porque es un hombre sin vergüenza", dijo en la Cámara de los Comunes Starmer, que recalcó que el informe sobre las fiestas en Downing Street confirma que el jefe de Gobierno está bajo "investigación criminal".

"Las miradas de este país están sobre ellos", dijo Stamer, en referencia a los diputados conservadores, que pueden convocar un voto de censura contra el liderazgo de Johnson si 54 miembros del grupo parlamentario lo piden por escrito.

La puñalada de Theresa

La bancada del Gobierno escuchó en silencio al líder de la oposición, sin los habituales gritos de desacuerdo, cuando les pidió que "libren al país de un primer ministro totalmente indigno de sus responsabilidades".

Poco después, el diputado "tory" Andrew Mitchell se levantó del escaño para decir que si bien Johnson ha contado con su "total respaldo" durante los últimos 30 años, ha decidido retirarle su apoyo a la luz de las revelaciones sobre el escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia.

Pero el momento más crítico fue cuando tomó la palabra la exprimera ministra Theresa May para asestar una puñalada a su compañero de partido y sucesor.

La conservadora dijo que tanto ella como sus electores estaban “enojados” luego de que se conociera la información de que se llevaban a cabo fiestas en Downing Street en pleno confinamiento por la pandemia. “Nadie está por encima de la ley”, afirmó May, quien fue desalojada de Downing Street por una rebelión encabezada, precisamente, por Boris Johnson, cuyo pecado capital —la soberbia— le llevó a pensar que era un intocable.