Mundo

Brasil ya tiene su asalto al Capitolio

Miles de bolsonaristas, frustrados por la inacción del ejército, toman violentamente el Palacio Presidencial, el Congreso y el Supremo. Lula tacha de “barbarie fascista” el intento de derribar la democracia y envía a las fuerzas del orden, que desalojaron la sede de los tres poderes, tras cuatro horas de vandalismo. Bolsonaro rompe silencio con tibia condena

desafío a la democracia

Bolsonaristas tomaron por asalto las sedes del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, en la plaza de los Tres Poderes, en Brasilia

Bolsonaristas tomaron por asalto las sedes del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, en la plaza de los Tres Poderes, en Brasilia

Correio Braziliense

La democracia en Brasil estuvo secuestrada este domingo durante casi cinco horas por miles de bolsonaristas, quienes, frustrados por la inacción de los militares a sus reclamos para que asesten un golpe de Estado y echen del poder a Lula da Silva, decidieron por cuenta propia asaltar las sedes en Brasilia de la Presidencia, el Congreso y el Tribunal Supremo.

Como una siniestra copia de lo que ocurrió en Estados Unidos hace dos años, cuando hordas de seguidores de Donald Trump asaltaron el Capitolio para impedir que se certificase la victoria del demócrata Joe Biden, los seguidores del expresidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, asaltaron las sedes de los tres poderes de la democracia brasileña y cometieron todo tipo de actos vandálicos, aunque, a diferencia de lo que ocurrió el 6 de enero de 2021 en Washington donde murieron cinco personas, entre ellas varios policías, en esta ocasión no hubo que lamentar víctimas mortales.

Bolsonaristas lanzan piedras a las fuerzas del orden, mientras otros radicales vandalzan las sedes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial

Bolsonaristas lanzan piedras a las fuerzas del orden, mientras otros radicales vandalzan las sedes del Ejecutivo, Legislativo y Judicial

EFE

Animados por las denuncias de Bolsonaro de que le robaron las elecciones de octubre del año pasado y por su negativa a reconocer la victoria de Lula, cientos de seguidores radicales dejaron el campamento que instalaron frente al Cuartel General del Ejército en la capital de Brasil, a nueve kilómetros de la plaza de los Tres Poderes, y comenzaron el violento asalto sin encontrar resistencia, lo que levantó de inmediato la sospecha de que el gobernador de Brasilia y su jefe se Seguridad, ambos del partido de Bolsonaro, no hicieron nada para evitarlo.

De hecho, el secretario de Seguridad de Brasilia, Anderson Torres, quien fue ministro de Justicia en el Gobierno de Bolsonaro, fue destituido fulminantemente de su cargo.

El Gobierno de Lula, a través de la Abogacía General del Estado, solicitó además al Supremo la prisión de Torres.

Toque de queda policial en Brasilia

Ante los graves altercados, Lula, quien se encontraba de viaje en el interior de Sao Paulo para conocer los daños de las fuertes lluvias de los últimos días, decretó la intervención federal en el área de seguridad del Distrito Federal de Brasilia; en otras palabras un toque de queda policial .

La medida, que estará vigente hasta el próximo 31 de enero, implica que las fuerzas de seguridad de Brasilia estarán bajo control directo del Gobierno federal.

Pasadas cuatro horas de vandalismo, agentes antidisturbios cargaron contra los manifestantes golpistas con gases lacrimógenos y establecieron un perímetro alrededor de la plaza de los Tres Poderes.

El dirigente progresista también prometió en un pronunciamiento encontrar y castigar a los autores de esta "barbarie fascista" que "destrozaron todo lo que encontraron a su paso" en Brasilia e identificar a los posibles "financiadores" de esos actos antidemocráticos.

200 detenidos

Tras ofrecer poca resistencia, el ministro de Justicia, Flávio Dino, anunció la detención de dos centenares de seguidores de Bolsonaro.

Agentes de la policía llevan preso a golpistas que cometieron actos vandálicos

Agentes de la policía llevan preso a golpistas que cometieron actos vandálicos

EFE

"Tenemos casi 200 personas detenidas en flagrante y las prisiones continuarán en las próximas horas", declaró Dino en una rueda de prensa en Brasilia.

El ministro informó además que decomisaron "40 autobuses" que llegaron a la capital brasileña en las últimas horas con cientos de bolsonaristas radicales y que identificaron a los "financiadores" que hicieron posible esos viajes desde distintos puntos del país.

Asimismo, denunció que "todavía hay personas en Internet hablando de dar continuidad a los actos terroristas" y, en este sentido, anticipó que habrá operaciones policiales contra esos individuos. "¡Esto es terrorismo! ¡Es golpismo!", exclamó.

Bolsonaro recuerda la "violencia izquierdista" pasada

De nuevo como una repetición de lo que pasó en Washington hace dos años, cuando Trump se pronunció de mala gana sobre lo sucedido, el expresidente Bolsonaro guardó un escandaloso silencio de seis horas, tiempo en que llegaron mensajes de condena de todo el mundo y de apoyo a Lula y a la democracia.

Bolsonaro, quien se encuentra en Miami y es aclamado por los ricos brasileños que allí viven, dejó un mensaje en las redes sociales una tibia condena en la que no culpó a sus seguidores de extrema derecha, sino que recordó los hechos violentos que, según él, protagonizaron antaño grupos de izquierda, sin aportar dato alguno.

Lee también

"Las manifestaciones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla", manifestó el exmandatario en sus redes sociales.

El capitán retirado del Ejército, que dejó el poder el pasado 1 de enero, repudió en su mensaje "las acusaciones, sin pruebas" vertidas por Lula, quien este domingo recriminó a su predecesor "estimular" los actos golpistas de sus partidarios más radicales.

"A lo largo de mi mandato, siempre estuve dentro de las cuatro líneas de la Constitución y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad", manifestó el líder de la extrema derecha brasileña.

Bolsonaro, quien sigue sin reconocer abiertamente su derrota en las elecciones del pasado 30 de octubre, viajó a Estados Unidos dos días antes de la investidura de Lula (para no tener que soportar la humillación de la foto poniéndole la banda presidencial a su archienemigo ideológico). No tiene fecha prevista de regreso.

Repulsa internacional

Como cabía esperar, los gobiernos latinoamericanos reaccionaron en tromba contra el intento de subvertir la democracia en el país más grande y poblado de la región, donde el izquierdista Lula lleva apenas una semana de su tercer mandato.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aprovechó, una vez más, lo sucedido para culpar a la oligarquía neoliberal y señalarse como progresista.

"Reprobable y antidemocrático el intento golpista de los conservadores de Brasil azuzados por la cúpula del poder oligárquico, sus voceros y fanáticos. Lula no está solo, cuenta con el apoyo de las fuerzas progresistas de su país, de México, del continente americano y del mundo", señaló el mandatario en su cuenta oficial de Twitter.

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, recibió a José Biden, Presidente de los Estados Unidos, en el AIFA.

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, recibió a José Biden, Presidente de los Estados Unidos, en el AIFA.

Cuartoscuro

Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden, quien precisamente llegó este domingo a México en su primera visita a Latinoamérica y sabe en primera persona lo que es sentirse amenazado por los fanáticos, tachó de “escandaloso” el asalto en Brasilia al Congreso, el Supremo y el palacio Presidencial.

"Condeno el asalto a la democracia y a la transferencia de poder pacífica en Brasil", indicó el mandatario estadounidense en su cuenta de Twitter y agregó en referencia al gobierno de Lula que las instituciones democráticas de Brasil tienen el "apoyo total" de EU.

En la misma línea se expresaron todos los líderes latinoamericanos, desde los democráticos en Argentina, Chile o Colombia, pasando por los autoritarios en Cuba, Venezuela y Nicaragua. También mostraron su condena los gobiernos europeos, encabezado por el de España.

Por su parte, el Secretario General de la ONU, António Guterres, recordó que "Brasil es un gran país democrático" y que "la voluntad del pueblo brasileño y sus instituciones democráticas deben ser respetadas. Tengo confianza en que así será".