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¿Cómo la crisis climática hace más pobres a los pobres?

El cambio climático roza proporciones alarmantes y preocupa su impacto en la población pobre del mundo. La emergencia por el clima es también un desafío social y económico

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Los cambios en el clima obligan a las personas a abandonar sus hogares en busca de supervivencia

Los cambios en el clima obligan a las personas a abandonar sus hogares en busca de supervivencia

Imagen tomada de theoxygenproject.com

El nuestro es un planeta cada vez más en hervor. Recién se registró el día más caluroso de la historia. Este jueves, se anunció que vivimos el junio con mayores temperaturas que se conozca. La Organización Meteorológica Mundial ya advirtió que subirán las temperaturas.

¿Cómo prepararse para lo que viene? a medida que el planeta se sobrecalienta llegan más eventos extremos como sequías, olas de calor, inundaciones y tormentas, que además se tornarán más comunes y severas. El panorama es intimidante, y más para quienes menos tienen.

Cambio climático: daños al empleo y a la economía

La crisis climática tiene profundas implicaciones económicas en general, y sobre todo para la población pobre. Empezando por que la degradación ambiental y los fenómenos climáticos extremos afectan la agricultura, principal fuente de sustento para muchas personas en países en desarrollo.

La disminución de los rendimientos agrícolas debido a sequías, inundaciones o aumento de las temperaturas afecta negativamente la seguridad alimentaria y los ingresos de los pequeños agricultores.

Además, se presentan impactos negativos en sectores económicos clave, como el turismo y la pesca, que generan empleo en muchos países. Los eventos climáticos extremos y la degradación del medio ambiente reducen la disponibilidad de recursos, dejando a las comunidades locales sin fuentes de ingresos sostenibles.

El Grupo Banco Mundial está conformado por 189 países miembros; trabaja en la búsqueda de soluciones sostenibles para reducir la pobreza y generar prosperidad. Este organismo sostiene que el cambio climático influye ya en los rendimientos de los cultivos. Al mismo tiempo, las actividades agrícolas y forestales y los cambios en el uso de la tierra son responsables de alrededor del 25 % de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, el sector agrícola es fundamental para enfrentar el desafío climático.

Por eso es que los países en desarrollo tienen poca oportunidad de desarrollarse. Necesitan apoyo urgente para invertir en el freno al cambio climático y permitir a miles de millones de personas tener vidas más seguras, prósperas, inclusivas y sostenibles.

Migrantes en desplazamiento forzado

Uno de los impactos más evidentes de la crisis climática es el desplazamiento humano forzado. Las catástrofes naturales cada vez más frecuentes obligan a las personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad y supervivencia.

Por ejemplo, en Perú los pescadores se desplazan a lo largo del litoral en función de la disponibilidad de recursos marinos. Los agricultores de Piura migran temporalmente para diversificar sus ingresos durante las sequías.

En la sierra, las personas migran por olas de frío, congelamiento y heladas, por la escasez de agua provocada por el retroceso de los glaciares, por cambios en las precipitaciones y sequías, y también por las inundaciones en el norte. En la selva, los agricultores se desplazan principalmente de manera preventiva y temporal durante la temporada de lluvias para mitigar la inseguridad alimentaria.

El Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC) es la principal fuente mundial de datos y análisis sobre desplazamiento interno. En su más reciente reporte indica que el desplazamiento interno afecta a un total de 60.9 millones de personas en 151 países y territorios. De esta cifra, 32.6 millones de personas han sido desplazadas por desastres naturales en 148 países y territorios.

Durante la última década, los eventos relacionados con el clima provocaron un promedio de 21.5 millones de “nuevos desplazamientos” cada año; es decir, más del doble que los desplazamientos causados por conflictos y violencia. El término “nuevos desplazamientos” se refiere al número de movimientos de un desplazado. Es decir, una persona podría verse obligada a desplazarse más de una vez; de ser el caso, cada movimiento se entiende como un nuevo desplazamiento.

Este tipo de desplazamiento se traduce en tensiones sociales y económicas en las áreas de destino. La falta de recursos y oportunidades en las regiones más afectadas suscita un flujo masivo de personas hacia zonas urbanas o países vecinos, lo que ejerce una presión adicional sobre los servicios públicos, la vivienda y el empleo. Por si eso fuera poco, los migrantes climáticos a menudo se enfrentan a la discriminación y la exclusión social, lo que dificulta su integración y aumenta su vulnerabilidad.

La inseguridad alimentaria devora a los pobres

La crisis climática amenaza la disponibilidad y el acceso a alimentos, lo que a su vez afecta gravemente a las personas pobres. Las variaciones en los patrones de precipitación y las temperaturas extremas impactan en la producción agrícola y la disponibilidad de agua, lo que lleva a la escasez de alimentos y a un aumento en los precios.

Según el último informe de la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC) publicado en colaboración con distintas agencias de la ONU, alrededor de 258 millones de personas de 58 países sufrieron inseguridad alimentaria aguda en 2022.

La crisis climática amenaza el acceso a alimentos, sobre todo el de los pobres

La crisis climática amenaza el acceso a alimentos, sobre todo el de los pobres

EFE

Y es la crisis climática uno de los factores que contribuyen a este problema. Según el documento de la GNAFC, los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos fueron responsables del hambre en 12 países con 56.8 millones de personas en 2022, frente a 23.5 millones en ocho países en 2021.

Las comunidades rurales y los agricultores de subsistencia son particularmente vulnerables, ya que dependen directamente de los recursos naturales para su sustento. La pérdida de cultivos y el agotamiento de los recursos hídricos debido a la sequía y las inundaciones dificultan aún más su capacidad para alimentarse y generar ingresos.

Además, la degradación de los ecosistemas afecta la diversidad de alimentos y la capacidad de adaptación de las comunidades a los cambios climáticos.

El cambio climático amenaza a la salud

El cambio climático está generando graves consecuencias para la salud, aumentando el riesgo de muertes relacionadas con olas de calor y cambios en la propagación de enfermedades.

En las próximas décadas, se espera un incremento en enfermedades relacionadas con el agua y los alimentos, enfermedades respiratorias no transmisibles, desnutrición, trastornos de salud mental y lesiones derivadas de eventos extremos.

El alcance y la magnitud de estas cargas futuras dependerán de los esfuerzos de adaptación y mitigación. Sin embargo, los adultos mayores, mujeres, niños, poblaciones indígenas y personas con condiciones de salud preexistentes son particularmente vulnerables, y las desigualdades socioeconómicas amplifican aún más los riesgos para estos grupos.

Los desafíos se ven agravados en países de bajos y medianos ingresos con sistemas de salud frágiles, aunque también se presentan riesgos desproporcionados para las personas desplazadas en países de altos ingresos, como se evidenció en las comunidades de Luisiana después del huracán Katrina en 2005.

Los sistemas de salud enfrentan la tarea de manejar los efectos de eventos extremos tanto en su personal como en su capacidad para brindar servicios de atención médica. Además, deben hacer frente a aumentos temporales en la demanda de servicios por parte de migrantes y personas desplazadas, que requieren atención para lesiones, enfermedades cardiovasculares y enfermedades infecciosas, así como un incremento sostenido en la demanda a largo plazo de atención médica.

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Símbolo apocalíptico

A veces se olvida que la emergencia climática acentúa una de las paradojas más crueles de nuestra era. Porque las comunidades y grupos más vulnerables son los que menos contribuyen al cambio climático, pero sufren de manera desproporcionada sus implacables consecuencias.

La crisis climática, símbolo apocalíptico actual, nos roba cada vez más el sueño. Y más a las personas pobres, porque socava aspectos clave de sus vidas. No solo les resta en lo material, en los hábitos o el patrimonio. Los está excluyendo de vivir sanos, de conservar sus lazos familiares y sociales, y su identidad cultural. Incluso de aspirar a morir en la tierra en que nacieron.

@kromafilm

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