
Hay soldados que acechan desde las nubes. Combatientes silenciosos en la guerra moderna. Algunos alcanzan casi los 20,000 m de altura y desde ahí escuchan hasta las llamadas en nuestros móviles, reconocen terrenos en operaciones militares o arremeten con mortíferos ataques de artillería. Los drones de guerra son vehículos no tripulados de combate aéreo (UCAV, en inglés) y en este s. XXI constituyen un arma militar determinante.
A casi un año de la invasión rusa a Ucrania, estos artefactos confirman su papel esencial. Nunca en la historia bélica se habían utilizado tanto como hasta ahora. Por eso se explica el anuncio del pasado 10 de febrero del presidente ruso Vladímir Putin, sobre el lanzamiento de un programa nacional para producir drones a gran escala y así potenciar su poder militar.
Nacidos de la tecnología de punta, los drones de guerra son más baratos que los aviones de combate convencionales y sin el riesgo de exponer la vida del piloto. Actúan casi en secreto. De ahí su rol fundamental, de ahí el deseo de los gobiernos por hacerse de los modelos más avanzados. Rusia y Ucrania se baten también en una carrera por los mejores drones de combate y cuyo triunfo representaría una ventaja decisiva.
Al menos 20 países disponen de drones de combate operativos. El mercado está influido por EU e Israel, que disponen de la tecnología más aventajada. Países como Irán, Turquía, Rusia, Taiwán o China, también se han empeñado en fabricarlos y en competir en un mercado global cada vez más eufórico.
Aunque información del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que rastrea las transferencias mundiales de armas, indica que China ha entregado al menos unos 282 drones de combate a 17 países en la última década, lo que lo convierte en el principal exportador mundial de aeronaves armadas.
EU cuenta con los vehículos aéreos no tripulados más avanzados del mundo, pero sólo entregó 12 drones de combate en el mismo período. Todos ellos a Francia y Reino Unido.
La primacía de China en la exportación se debe a un gran esfuerzo financiado por el Estado. Para el presidente chino Xi Jinping los drones son capaces de “cambiar profundamente los escenarios de guerra”.
Putin se ha sumado a esta afirmación. Está convencido de que los sistemas no tripulados son "el auténtico catalizador de la tecnología de punta” en terrenos como aviación, navegación, radioelectrónica o inteligencia artificial.
El Ministerio de Defensa ruso ha estado trabajando con contratistas nacionales para desarrollar drones armados desde 2013. Y ahora el líder del Kremlin quiere aumentar exponencialmente la producción para no depender de su compra a otros países. “Dicho arsenal debe estar presente en cada unidad, pelotón, compañía y batallón", dijo durante una reunión con la plana mayor del Ministerio de Defensa.
Putin ha adquirido drones de manufactura iraní de largo alcance diseñados para evitar contramedidas electrónicas. Para agredir a Ucrania, adquirió drones iraníes como los “kamikaze”, pequeños, portátiles y fáciles de maniobrar. No se les detecta fácilmente, se pueden disparar a distancia y son desechables.
En julio de 2022, en la Casa Blanca, el asesor de seguridad nacional de EU, Jake Sullivan, afirmó que Irán estaba vendiendo cientos de drones a Rusia y que entrenaría a las fuerzas rusas para usar y desplegar estos UCAV en su “operación especial” en Ucrania.
Es un hecho que la venta de drones de Irán a Rusia se ha incrementado. A finales de 2022, Moscú adquirió 18 drones de largo alcance. De acuerdo con el diario The Guardian, Irán entregó el armamento al Ejército ruso después de que oficiales y técnicos rusos realizaran una visita especial a Teherán el pasado mes de noviembre.
Hoy día, Rusia necesita urgentemente drones de combate prescindibles, similares a los drones turcos TB2 que Ucrania despliega actualmente. Así podría adentrarse lo suficiente en territorio enemigo para desactivar los sistemas ucranianos.
EU fue uno de los primeros países en suministrar UCAV a Kiev, transfiriendo cientos de sistemas no tripulados tácticos Switchblade.
Pero los combatientes ucranianos han manifestado que no han contado con drones militares igual de efectivos como los empleados por los rusos. Muchas veces ha usado modelos civiles relativamente fáciles de detectar y derrotar.
Según un comunicado de la agencia Reuters del pasado 30 de enero, Ucrania gastará en 2023 casi 550 millones de dólares en drones. Y ya firmó 16 acuerdos de suministro con fabricantes ucranianos, mencionó el ministro de Defensa, Oleksii Reznikov.
Ucrania ha recibido importantes suministros de vehículos aéreos no tripulados. Como ejemplos están el Bayraktar TB2 turco, equipado con misiles, y el dron de reconocimiento Black Hornet de fabricación noruega y que pesa menos de 33 gramos.
Ahora Kiev busca impulsar la producción nacional con compañías de drones de asalto. Reznikov dijo que el Ministerio de Defensa había recibido solicitudes que proponían 75 drones diferentes fabricados en el país.
A Ucrania le urgen drones que puedan asistir a su artillería y la de los aliados, y así poder atacar objetivos lejanos.
Con el reciente decreto de Putin, Rusia aspira a ser autosuficiente en drones de combate. Puede conseguirlo con la asesoría de Irán que a su vez podría asociarse con Moscú y hacer un frente común para oponerse a los intereses de EU y su intervencionismo.
Más allá de eso, inquieta saber que en el empleo bélico de aeronaves no tripuladas abundan los errores, matanzas de inocentes y objetivos que se identifican erróneamente
Lo dejó dicho el biólogo estadounidense Edward O. Wilson antes de morir: “El verdadero problema de la humanidad es el siguiente: tenemos emociones del paleolítico, instituciones medievales y tecnología propia de un dios. Y eso es terriblemente peligroso”.
Si nos apegamos a la preocupación de Wilson, podemos sugerir que el avance en el uso de drones militares representa un escalón arriba en la evolución performativa de la guerra. Dota a los países de un poder inmenso, pero al servicio de impulsos trogloditas.
Es un hecho consabido que la tecnología siempre ha estado al servicio del progreso. A la vez, de aquello que pone a la humanidad en peligro. En el caso de los ejércitos de drones, al servicio de un peligro que atraviesa el mundo como un gran escalofrío.
Copyright © 2023 La Crónica de Hoy .