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Nikki Haley desafía a Trump y luchará por la candidatura republicana en 2024

Reconoce implícitamente que el expresidente no ganó las elecciones en 2020 a Biden. Demócratas acusan a la exembajadora en la ONU de ser otra “extremista”

Elecciones en Estados Unidos

La entonces embajadora de EU ante la ONU,Nikki Haley, en una visita a Donald Trump la Casa Blanca en 2018

La entonces embajadora de EU ante la ONU,Nikki Haley, en una visita a Donald Trump la Casa Blanca en 2018

EFE

La exembajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, anunció este martes formalmente su candidatura a la nominación republicana a la Presidencia del país para las elecciones de noviembre de 2024.

Haley, de 51 años, hizo su anuncio en un video publicado en su redes sociales que acompañó de un mensaje escrito que dice es "el momento para una nueva generación".

En la grabación insistió en que "es momento para una nueva generación de líderes, que redescubran la responsabilidad fiscal, aseguren nuestra frontera y fortalezcan nuestro país, nuestro orgullo y nuestros propósitos".

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En otro momento, la exgobernadora de Carolina del Sur, indicó que "la gente mira a EU y ve vulnerabilidad, la izquierda socialista ve la oportunidad de reescribir la historia, China y Rusia están en marcha".

"Todos piensan que podemos ser intimidados, pateados. Deberían saber esto sobre mí: No soporto a los matones. Y cuando respondes, les duele más, si llevas tacones. Soy Nikki Haley y me postulo para presidenta", afirmó en el video sobre imágenes de políticos demócratas y de Xi Jinping y Vladimir Putin, aunque algunos analistas ya anticiparon que faltaba otro varón entre los mostrados: su antiguo jefe, Donald Trump.

Crítica velada contra Trump

De esta manera Haley se convierte de momento en la única personalidad republicana que ha dado un paso al frente para disputar la candidatura presidencial republicana al expresidente Trump (2017-2021), que ya informó hace meses de su intención de presentarse.

Aunque Haley había dicho en el pasado que no iba a buscar enfrentarse a Trump si éste volvía a postularse, en los últimos tiempos su mensaje ha cambiado y ha defendido la idea de que el país "debe mirar hacia un camino diferente", precisamente cuando el expresidente no vive sus mejores tiempos.

"Los republicanos han perdido el voto popular en siete de las últimas ocho elecciones presidenciales. Eso tiene que cambiar", agregó Haley en el video, en un reconocimiento implícito de que no hubo fraude en las elecciones de 2020, como sigue denunciando Trump.

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El exmandatario, que también fue derrotado en 2016 el voto popular por Hillary Clinton por tres millones de diferencia (aunque ganó por el voto electoral), aún no se ha pronunciado sobre su rival y antigua aliada.

Bajo el mandato de Trump, Haley fue una de las estrellas de su Administración por sus duros discursos y su imagen de independiente.

Durante la campaña por la nominación republicana de Donald Trump en 2016, fue una de las personas que más abiertamente rechazó y criticó los comentarios del magnate neoyorquino.

De hecho la relación entre Trump y Haley ha estado salpicada por ácidos intercambios de críticas tácitas, concentradas en las duras propuestas migratorias del millonario neoyorquino y su resistencia a condenar grupos supremacistas blancos, como el Ku Klux Klan (KKK).

Partidaria de "disminuir el volumen" porque "cuando el sonido es más bajo, puedes de hecho escuchar lo que alguien está diciendo", como ella misma comentaba en una entrevista, Haley opina que Trump contribuyó a diseminar "palabras irresponsables" por todo Estados Unidos.

Siguiendo el consejo de "mantén a tus enemigos cerca", tras ser elegido presidente, Trump la nombró embajadora de Estados Unidos ante la ONU.

Nikki Haley mientras habla en una reunión del partido Republicano

Nikki Haley mientras habla en una reunión del partido Republicano

EFE / Caroline Brehman

Del Tea Party

Miembro del movimiento ultranacionalista "Tea Party", Haley optó en 2010 al puesto de gobernadora del estado de Carolina del Sur, y recibió el apoyo del antiguo gobernador de Massachusetts y ex candidato presidencial, Mitt Romney, y de la gobernadora de Alaska, Sarah Palin.

Durante el tiempo que fue gobernadora ocurrió una de las mayores matanzas de tintes racistas de la historia de Carolina del Sur, cuando en 2015 asesinaron a 9 afroamericanos en una iglesia baptista del estado.

Haley lideró entonces el movimiento para retirar la bandera y promovió una comisión del Senado estatal que decidió que la bandera no ondearía más en el edificio oficial.

Pese a esto, Haley siempre ha defendido que Estados Unidos no es un país racista, aunque su propia familia sufrió discriminación, ha contado en alguna entrevista: "Mi madre siempre me dijo que no había que enfocarse en las diferencias, sino en las similitudes", apuntaba este martes en el vídeo.

Casada con un veterano de la guerra de Afganistán, Nimrata Nikki Randhawa Haley, su nombre completo, nació en Bamberg (Carolina del Sur) en enero de 1972 en un hogar de emigrantes sijs, originarios del Punjab en la India.

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“Que Dios nos ampare”

En una rueda de prensa telemática, el presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison, recordó que Haley "alabó y trabajó para Trump" cuando fue embajadora estadounidense ante la ONU, entre 2017 y 2018.

Además, "abrazó algunos de los postulados más extremistas" del movimiento MAGA, siglas del lema trumpista "Make America Great Again" (Hagamos EU grande de nuevo).

"Al fin de cuentas, no importa si se presenta Nikki Haley o Donald Trump. Los dos forman parte del movimiento extremista MAGA", opinó el político demócrata.

Harrison también criticó que como gobernadora de Carolina del Sur (2011-2017), Haley impulsó una ley que prohibía el aborto, sin excepciones para violación o incesto; apoyó eliminar el programa público de salud Medicare, y recortó impuestos para beneficiar a las grandes empresas.

"Ella dice que quiere hacer en todo el país lo que hizo en Carolina del Sur. Que Dios nos ampare", ironizó el demócrata.