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Perú desafía a la CIDH y libera a Fujimori, tras 16 años en la cárcel

El expresidente, condenado a 25 años de prisión, es excarcelado por orden del Tribunal Constitucional y sin oposición del gobierno de Boluarte

Liberación

El expresidente Alberto Fujimori acompañado de sus hijos, Keiko y Kenji

El expresidente Alberto Fujimori acompañado de sus hijos, Keiko y Kenji

EFE

Alberto Fujimori, de 85 años y con problemas de salud, es un hombre libre desde la tarde de este miércoles, luego de pasar más de 16 años en la cárcel, tras ser extraditado en 2007 desde Chile y no ser arrestado, ese mismo año en México, motivo que generó la destitución del jefe de la interpol en Tijuana y una breve crisis diplomática entre el gobierno de Felipe Calderón y el del peruano Alejandro Toledo.

Luego de 14 años de haber sido condenado a 25 años de prisión -con una extradición incluida desde Chile en 2007-, el hombre que gobernó al Perú en la última década del siglo pasado abandonó la prisión de Barbadillo, en Lima, con unas gafas nasales que proveen de oxígeno, un día después de que se conociera que el TC dispuso "la inmediata libertad del favorecido" al restituir los efectos del indulto que le otorgó en 2017 el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski.

La escena fue muy similar a la de diciembre de 2017, cuando fue indultado en la víspera de la Navidad. Aquella vez se internó en una clínica, donde permaneció casi cien días, pero debió retornar a prisión tras revocarse el fallo.

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Tumulto y expectativa

Un centenar de simpatizantes convirtió la salida del penal de Barbadillo en un mitin naranja. La cara del peruano-japonés que instauró una dictadura en los años 90 estaba por todas partes. En pancartas, banderas, polos e incluso en unas latas de cerveza. “¿Quién nos salvó del terror? El Chino lo hizo”, dice una gigantografía pegada en una pared contigua que da a una mecánica.

En el momento de su salida del centro penitenciario, el expresidente llevaba puesta una mascarilla y, justo después de atravesar la puerta, abrazó a su hija, Keiko Fujimori, la líder del partido fujimorista Fuerza Popular, y a su hijo Kenji.

Saludó a algunos de los presentes cercanos a la familia, a la defensa y al partido, y entró en un vehículo gris con sus hijos y su nuera. Cuando el ex jefe de Estado dejó atrás el último control del penal, decenas de seguidores que lo esperaron durante toda la jornada lo recibieron con vítores, música y fuegos artificiales.

Pero la expectativa de su liberación era tal, que el coche se quedó retenido durante cerca de 30 minutos sin apenas poder avanzar por las calles próximas, rodeado de seguidores, policías y prensa que rodearon el vehículo.

Medios locales indicaron que el expresidente se encaminó hacia el domicilio de Keiko Fujimori, en el barrio residencial de San Borja. La liberación de Fujimori se retrasó durante varias horas, debido a un problema biométrico.

El Tribunal Constitucional (TC) ordenó este martes la libertad inmediata de Fujimori y la resolución, que fue firmada por tres de sus actuales seis miembros, con el voto dirimente del presidente del organismo, Francisco Morales, declaró "fundado el recurso de reposición en el extremo de la ejecución directa e inmediata de la sentencia del 12 de marzo pasado, recaída en el presente proceso".

El Constitucional tomó esta decisión después de que un juzgado de la región sureña de Ica declaró el viernes pasado improcedente una primera resolución suya que restablecía el indulto.

Sin embargo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) publicó este miércoles una resolución en la que requiere al Estado peruano que se abstenga de liberar al exgobernante, con el fin de garantizar la justicia para las víctimas de violaciones a los derechos humanos.

La resolución, firmada por el presidente de la CorteIDH, Ricardo Pérez Manrique, requiere a Perú que no libere a Fujimori hasta que la Corte Interamericana "cuente con todos los elementos necesarios para analizar si dicha decisión cumple con las condiciones establecidas en la Resolución de la Corte de 7 de abril de 2022".

En abril de 2022, la CorteIDH ordenó a Perú abstenerse de aplicar una sentencia del TC que ratificaba este indulto, pues era contraria a las sentencias del tribunal internacional en los casos de las masacres de La Cantuta y Barrios Altos, por los cuales el expresidente fue condenado a 25 años de cárcel.