Talibanes avanzan en su agenda misógina al prohibir a las mujeres ir a la universidad
La decisión del régimen tiene “efecto inmediato” y llega 15 meses después de que los extremistas ya prohibieran a las niñas tener educación secundaria.
afganistán
Las mujeres no podrán asistir a las universidades en Afganistán, según una orden publicada este martes por el régimen de los talibanes, en un nuevo movimiento de opresión del régimen islámico extremista, que ya prohibió a las niñas acceder a la educación secundaria.
Un comunicado publicado en los medios afganos aseguró que el secretario de Educación Superior de los talibanes, Shaikh Nida Muhammad Nadim, tomó la decisión tras una reunión del gabinete del gobierno de los fundamentalistas.
La carta dirigida a las autoridades de las universidades del sector público y privado instruye a los centros a prohibir todo tipo de educación para mujeres "con efecto inmediato y hasta nuevo aviso".
La decisión de este martes está precedida de la prohibición a la educación secundaria femenina impuesta desde que los talibanes llegaron al poder en agosto del año pasado.
LAS MENTIRAS DE LOS TALIBANES
Cuando tomaron el poder, en agosto de 2021, los talibanes prometieron repetidamente que habían cambiado respecto a su régimen anterior (1996-2001) y que ahora permitirían la educación de las jóvenes, eso sí, cuando encontraran un modelo de enseñanza que, aseguraron, se adecuara a la sharía, o ley islámica.
Pero este modelo no parece que vaya a llegar pronto y, en este tiempo, durante casi año y medio, estas restricciones se sumaron a otras en un continuo retroceso de los derechos humanos para las mujeres.
Restricciones tales como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas de un familiar hombre en trayectos largos.
LA IRA DE LAS MUJERES AFGANAS
"Me invade la ira, la desesperanza, una sensación de impotencia y culpa. Ningún paso adelante y un retroceso tan inmenso para Afganistán en los últimos 16 meses. Tenemos que encontrar formas nuevas y creativas de mantener la luz encendida, para que la lucha continúe", publicó en Twitter la activista afgana Shaharzad Akbar.
Hace escasamente dos meses que miles de jóvenes de todo el país presentaron las pruebas para los ingresos a las universidades, lo que suponía para miles chicas una de las últimas oportunidades para acceder a la educación superior.
Entre ellas se encuentra Fatima Amiri, una joven de la perseguida minoría chií hazara, que perdió uno de sus ojos en un ataque suicida en un centro educativo de Kabul y que aún con las heridas de aquel atentado presentó las pruebas de ingreso y logró un puesto en una de las principales instituciones de Kabul.
Estudiar informática "era mi sueño", contó Amiri a Efe cuando se conocieron los resultados de admisión.
Pese a que prometieron que habían cambiado, los talibanes han repetido el comportamiento de su anterior régimen, cuando, con base en una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali, prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.