El expresidente estadounidense Donald Trump reafirmó este jueves su inocencia en el último día del juicio civil por fraude en Nueva York. A pesar de que inicialmente se le había negado participar en los alegatos finales, el juez Arthur Engoron permitió que tomara la palabra después de un breve receso de 15 minutos.

Desde su posición en la mesa junto a sus abogados, Trump declaró: "Soy inocente", y arremetió nuevamente contra la fiscal general Letitia James, quien presentó los cargos de fraude no solo contra él, sino también contra sus dos hijos mayores y otros dos funcionarios de la Organización Trump.

El expresidente no escatimó críticas hacia James, calificando la situación como una "caza de brujas" y una maniobra de interferencia electoral. "No hay un solo testigo en nuestra contra", dijo sin levantarse de la silla.

"Lo que pasó aquí, señor, es un fraude para mí", insistió Trump al fiscal, y argumentó razones políticas para ello: "Quieren asegurarse de que no vuelva a ganar y esto es en parte una interferencia electoral".

Christopher Kise, abogado de Trump, durante la primera parte de la audiencia, arremetió contra la fiscal general, alegando que ninguna institución financiera ha emitido informes de mala conducta contra su cliente. Kise enfatizó que en lugar de elogiar a Trump como un exitoso empresario, tienen a la fiscal general persiguiéndolo.

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Controversia en la multa propuesta

La fiscalía, encabezada por James, ha buscado imponer una multa significativa a Trump y los demás acusados. Inicialmente, se solicitaban 250 millones, pero la cifra se incrementó a 370 millones hace una semana. Kise cuestionó esta cantidad, argumentando que se basa en pura "especulación" y destacó que ninguna institución financiera ha informado de actividad sospechosa o fraudulenta por parte de Trump.

El juez Engoron, previo al juicio, ya consideró responsables de fraude a todos los acusados en un dictamen que marcó un hito en el proceso legal. Kise, al elogiar a Trump, también cuestionó la cantidad de la multa propuesta, señalando que la persecución contra el expresidente no solo afecta a él, sino que tiene implicaciones para todas las corporaciones de Nueva York.

El expresidente, además de enfrentar una cuantiosa multa, se encuentra ante la posibilidad de un veto de por vida en el sector inmobiliario del estado.