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Victoria de los conservadores en España; casi imposible que puedan gobernar

El PP gana por poco más de 300,000 votos al PSOE, que resiste la embestida de la derecha; ninguno de los dos grandes bloques suma mayoría absoluta. Vox se desploma; será fundamental la gestión de los pactos

elecciones 2023

El candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo (c), saluda a los simpatizantes en la sede de los populares en Madrid

El candidato del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo (c), saluda a los simpatizantes en la sede de los populares en Madrid

EFE

El conservador Partido Popular (PP) se alzó con la victoria en las elecciones generales de España que tuvieron lugar este domingo, obteniendo 136 escaños, un aumento significativo de 47 respecto a los resultados de 2019. El Partido Socialista (PSOE) quedó como la segunda fuerza política con 122 diputados, sumando dos escaños más que en los anteriores comicios.

A pesar de sus respectivos logros, tanto el bloque de derecha liderado por el PP como el bloque de izquierda encabezado por el PSOE no alcanzan por sí solos la mayoría absoluta de 176 escaños necesaria para formar Gobierno. Esto deja en el aire la posibilidad de formar un Gobierno estable y hace necesarios pactos y negociaciones entre las diferentes fuerzas políticas.

"Los españoles han dado la confianza al PP y nos han dicho que dialoguemos, y como líder del partido más votado, debo liderar el diálogo e intentar gobernar con la victoria electoral", dijo Alberto Núñez Feijóo, líder del conservador.

El resultado en votos sorprende, incluso más que el reflejado en los escaños: el PP supera al PSOE por poco más de 300,000 votos. Aunque es una victoria, resulta bastante ajustada, similar a la de José María Aznar en 1996, lo que deja un sabor amargo en la cúpula del PP, que confiaba en alcanzar la mayoría absoluta con Vox.

Los números son tan estrechos que la gobernabilidad queda en el aire: el bloque actual cuenta con 172 escaños y necesitaría al menos la abstención de Junts para investir a Pedro Sánchez, mientras que el bloque de derecha solo tiene 171, siempre y cuando el PNV se mantenga junto al PSOE.

El bloqueo, fuerte posibilidad

La situación política tras las elecciones en el Congreso es altamente compleja y difícil de resolver. Aunque existe el riesgo de bloqueo, el desastre de las elecciones de 2019 podría ser un antídoto para evitar esa tentación. En este momento, hay dos posibles mayorías, pero se avecinan semanas de complejas negociaciones.

Por un lado, está la opción más evidente, que es la alianza entre el Partido Popular (PP) con Vox, UPN y Coalición Canaria. Aunque gobiernan juntos en algunas islas, esta suma solo alcanza los 171 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta que el líder del PP, Feijóo, había esperado y que algunos sondeos anticiparon.

La otra mayoría posible es la del PSOE con Sumar, que ha logrado resistir con 31 escaños, aunque antes Unidas Podemos tenía 35. Aunque ha quedado en cuarta posición detrás de Vox, el PSOE podría sumar los votos del PNV, ERC, Bildu y BNG, lo que daría un total de 172 escaños. Aunque esta opción es factible para una investidura, sigue siendo complicada.

La llave crucial en esta fórmula estaría en manos de Junts, el partido de Carles Puigdemont. En este escenario, Sánchez no necesitaría el voto afirmativo de Junts para ser presidente, sino simplemente su abstención. Sin embargo, sigue siendo una mayoría complicada y hay incertidumbre sobre cuál de las dos opciones prevalecerá o si el bloqueo llevará a nuevas elecciones. "No haremos presidente a Pedro Sánchez a cambio de nada", afirmó Miriam Nogueras, cabeza de lista de Junts, en la noche electoral.

Los independentistas podrían tener un papel decisivo, pero su resultado en Cataluña fue desastroso, con ERC perdiendo seis escaños, Junts uno y la CUP los dos que tenía. En total, los independentistas perdieron nueve escaños en estas elecciones, mientras que el PSC tuvo un buen desempeño. Esto indica que la política de Sánchez, con un enfoque diferente hacia el conflicto político, incluyendo los indultos y la mesa de diálogo, ha sido recompensada nuevamente por los catalanes.

Sin embargo, esta misma política parece haber castigado a ERC, el otro gran partido del acuerdo. Curiosamente, esta política no afectó negativamente al PSOE en las elecciones generales, ya que hubo una inesperada y fuerte reactivación del voto socialista en la recta final de la campaña, aunque sí lo hizo en las elecciones municipales y autonómicas de mayo en el resto de España.

El PP obtuvo un avance significativo, consolidando su tendencia al alza desde las elecciones municipales y regionales de mayo pasado. Por su parte, el PSOE mejoró ampliamente sus resultados y sumó dos diputados más que en las elecciones de 2019, mostrando una sorprendente resistencia en el panorama político.

El bipartidismo, encarnado por el PP y PSOE, ganó fuerza en estas elecciones y obtuvo su mejor resultado en una década después de varios comicios en los que la irrupción de nuevos partidos como Podemos (izquierda), Ciudadanos (liberales) y Vox lo había llevado a sus peores números desde el inicio de la democracia.

La ultraderecha se estrella

El partido ultraderechista Vox se estrelló de forma significativa, perdiendo 19 escaños y quedando con 33 diputados en el Congreso. Por otro lado, la plataforma de izquierdas Sumar, liderada por la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se posicionó como la cuarta fuerza política con 31 escaños, cuatro menos que los que obtuvo Unidas Podemos en los comicios anteriores.

Entre las fuerzas independentistas, los catalanes de ERC sufren un duro revés, al caer de 13 a 7 representantes, y los de Junts per Catalunya pierden uno y se quedan con seis, mientras que los vascos de EH-Bildu superan por vez primera al Partido Nacionalista Vasco (PNV), con seis diputados frente a cinco de estos últimos.

Los gallegos del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) conservan su único escaño, Coalición Canaria logra uno y también los regionalistas navarros de Unión del Pueblo Navarro (UPN), de modo que el nuevo Congreso quedará muy fragmentado con once partidos diferentes.

El nuevo Congreso de los Diputados refleja una gran fragmentación política, con once partidos diferentes representados. El bipartidismo, representado por PP y PSOE, obtuvo un reforzamiento después de varios comicios con la irrupción de nuevos partidos que debilitaron su posición. La desaparición de Ciudadanos del mapa electoral también contribuyó a esta situación.

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