
Cinco ciudadanos mexicanos fueron formalmente inculpados por autoridades federales de Estados Unidos tras el naufragio de una embarcación que transportaba migrantes frente a las costas de San Diego, California.
El accidente, ocurrido el pasado lunes, dejó un saldo de al menos tres muertos, entre ellos un adolescente indio de 14 años, mientras su hermana, de 10, sigue desaparecida y se presume fallecida. Sus padres también resultaron gravemente heridos; el padre permanece en coma.
La Fiscalía del Distrito Sur de California responsabiliza a los cinco mexicanos de haber orquestado y ejecutado el cruce ilegal a bordo de una lancha tipo panga, utilizada comúnmente para el tráfico de personas.
El fiscal federal Adam Gordon confirmó que los detenidos enfrentarán procesos por delitos graves vinculados a la migración irregular y el fallecimiento de los ocupantes.
Por su parte, la secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Kristi Noem, anunció que solicitará formalmente la pena de muerte para los acusados.
Acusaciones por muerte y tráfico de personas
Jesús Iván Rodríguez-Leyva, de 36 años, y Julio César Zúñiga-Luna, de 30, fueron arrestados en la playa estatal Torrey Pines el mismo día del naufragio. Ambos están acusados de “introducción de extranjeros con resultado de muerte” y “tráfico de personas con fines económicos”, cargos que contemplan la cadena perpetua o incluso la pena de muerte, además de multas de hasta 250,000 dólares.
Horas más tarde, las autoridades detuvieron a otros tres implicados: Melissa Jennelle Cota (33), Gustavo Lara (32) y Sergio Rojas-Fregoso (31), también mexicanos. A ellos se les imputa el delito de transporte de migrantes sin documentos, por el que podrían recibir hasta 10 años de prisión y sanciones económicas de hasta 500,000 dólares.
Según los registros judiciales consultados, ninguno de los cinco inculpados cuenta aún con representación legal, y no se ha proporcionado información de contacto en los documentos oficiales.
Fiscalía responsabiliza a mexicanos
“La muerte de estos niños es consecuencia directa de la codicia de quienes lucran con el tráfico humano”, declaró el fiscal Adam Gordon. “Estos acusados mexicanos pusieron en riesgo deliberadamente vidas inocentes a cambio de dinero”.
El gobierno estadounidense no ha revelado el punto de partida ni el destino de la embarcación naufragada. Sin embargo, confirmaron que el bote tipo panga, una embarcación abierta usada frecuentemente para cruces ilegales, iba sobrecargado.
Tras el accidente, ocho de los nueve migrantes que estaban desaparecidos fueron encontrados con vida. La situación de los demás pasajeros no ha sido detallada.