
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dejó a su suerte a las madres buscadoras, revictimizadas por la violencia institucional en los Ministerios Públicos, Comisiones y Gobiernos federales y locales, dado que, acusan, no existe acompañamiento ante las violaciones a sus derechos cuando se les niegan los avances en las carpetas de investigación, la atención a la seguridad cuando excavan, sin ayuda de las autoridades, los parajes, barrancas y “puntos rojos” donde los restos de sus familiares fueron abandonados por los criminales que los asesinaron.
Víctimas indirectas relatan el acompañamiento simulado, debilidad para señalar a instituciones inoperantes y nulidad de protección a sus derechos de la titular de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra. Además, un exintegrante del Consejo Consultivo de la institución acusa que el afán de la funcionaria negar una crisis de desapariciones en México, está basada en complacer al oficialismo, acciones en las que, dice, no disimula su intención por servir al partido Morena y a sus dirigentes en las cámaras altas.
Desde 1952, hasta el seis de mayo del 2025, existen 128 mil 69 personas desaparecidas y no localizadas en México, según el conteo de la Comisión Nacional de Búsqueda. El estado de Jalisco lidera el listado, con 15 mil 238 ciudadanos que no regresaron a su hogar; seguido del Estado de México, con 13 mil 961 y Tamaulipas, que acumula 13 mil 463 hombres y mujeres de los que se desconoce su paradero.
Durante el sexenio de Felipe Calderón, 16 mil 962 fueron reportadas como desaparecidas y no localizadas; en el mandato de Enrique Peña Nieto 32 mil 679; en el periodo de Andrés Manuel López Obrador, 56 mil 876, mientras que en el mandato de Claudia Shenibaum, hasta el seis de mayo del 2025, se acumulan ocho mil 867.
En los últimos siete meses, el Estado de México se posicionó como la entidad con más denuncias de personas desaparecidas y no localizadas, con mil 419 casos; le sigue la Ciudad de México, que registra mil 71 y Tlaxcala, con 738.
El aumento de las desapariciones en México ocurrió durante el periodo del primer piso de la Cuarta Transformación, con López Obrador, 54 por ciento más de personas que no regresaron a casa que con su antecesor y 108 por ciento arriba que en el periodo de la guerra contra el narco de Calderón.
Pérdidas millonarias en la Comisión de Búsqueda
En medio de la alza de las desapariciones, la Comisión de Búsqueda sufrió pérdidas importantes, de 295 millones 254 mil 58 pesos de presupuesto que se le otorgó en 2024, a 247 millones 390 mil 885 pesos en 2025, es decir, 17.6 por ciento menos en un año.
Este no fue el único recorte en los últimos años, en 2020, la dependencia recibió 262 millones 820 mil 50 pesos, pero al año siguiente, en 2021, se le inyectó únicamente 138 millones 455 mil 52 pesos, una reducción de 61.9 por ciento, hacia esa debilidad de presupuesto, Piedra no se ha pronunciado. Para el 2022, a la Comisión únicamente se le otorgaron cinco millones 190 mil 724 pesos más que el año anterior y aunque para el 2024 se contaron con 295 millones 254 mil 58 pesos, 69 por ciento más de dinero, un año después ese beneficio fue recortado.

CNDH omisa ante violaciones de derechos de las buscadoras
Aún con el crecimiento de las denuncias de desaparición, la Comisión que dirige Piedra Ibarra reviró a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien criticó la problemática en México. La CNDHl rechazó una crisis de desapariciones en el país y que éstas sean consecuencia de una política de Estado. Además, mencionó que se trata de una postura descontextualizada, con señalamientos se apartan de lo que debiera ser un juicio serio sobre las condiciones actuales de la nación.
Integrantes de colectivos de buscadoras retratan el nulo acompañamiento de la CNDH, al ignorarlas desde el momento en que son violentadas en su intento por levantar una denuncia en las Fiscalías, la correcta integración de las carpetas de investigación con datos de prueba sólidos, hasta el rechazo de la Comisión de Búsqueda por calendarizar exploraciones donde posiblemente se encuentren restos humanos bajo la tierra. Aunque esos abusos son denunciados hacia la CNDH, afirman que Piedra y su institución prefiere guardar silencio para alinearse con al Gobierno.
“El abandono de las autoridades es absoluto, después de 27 meses, no he tenido una búsqueda en el sitio donde desapareció mi hijo y su celular se apagó. En el predio ya hay casas, la tierra fue removida, si había indicios de él en ese lugar, ya se perdieron. En las búsquedas nos dan un área poligonal enorme que tenemos que excavar entre cuatro personas en máximo dos días; no llevamos servicios de limpia porque nadie nos dijo que tenemos derecho a eso. Les respondemos que llevamos 20 personas para que seamos más ojos y manos, y nos dicen que no hay vehículos para trasladarlos, cuando les digo que llevo mi automóvil, su contestación es que no puedo llevar un vehículo que no sea oficial”, dijo a Crónica Elizabeth Mancha, quien busca a su hijo Axel Mauricio, joven que fue visto por última vez en el 2022 en Tampico, Tamaulipas.
“Nos dicen que no tienen personal, jamás hemos tenido el acompañamiento del comisionado, nunca se nos mencionó que tenemos el derecho a servicios primarios, no hay información a las víctimas. Al personal se le debería de capacitar en el tema humano, nos convertimos en un número de una carpeta, en el incremento en una estadística, que además miente. Si tienen un proyecto, deben de prepararse, con programas, porque lo sentimos como una burla, es un engaño y no estamos para que nadie juegue con nuestro dolor. Cuando me han negado lo que les pido, les respondo que únicamente les exijo que cumplan con sus funciones, porque se postularon para estar en ese puesto y a mí nadie me preguntó si quería ser víctima”.
“Si tuviéramos buenos elementos, los colectivos de buscadoras no existirían, pero la grave situación que vivimos nos obliga a introducirnos en este mundo tan doloroso. En el momento en que dejas de trabajar, las autoridades se olvidan que existes y no nos queda que seguir la lucha nosotros. Nunca soñamos en hacer senderismo o rappel; es un riesgo introducirse a zonas de difícil acceso y le perdemos el miedo, abandonas tu vida, la familia te deja y te quedas sola. No tendrían que existir los desaparecidos, ni una Fiscalía especializada en desaparición de personas o la Comisión de Búsqueda”.
La madre buscadora agregó que ella ha proporcionado todos los indicios que se encuentran en la carpeta de investigación de su hijo, como personas con las que se relacionaba y geolocalización de su teléfono celular. Aún con los acercamientos con autoridades federales y la difusión del caso en redes sociales, el colectivo no ha tenido acercamiento con la CNDH.
Otra buscadora, Inés Lázaro, del colectivo “Una Luz en el Camino”, relata que cuando su hijo no regresó a casa, acudió al Centro de Apoyo al extinto Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA), donde la carpeta de investigación que tardó más de un mes en abrirse y que siete años después sigue vacía por aparente falta de interés de las autoridades por rastrear el teléfono, registro de llamadas y videos del C5 de su última ubicación, deficiencias de las Fiscalías que la CNDH no se ha atrevido a señalar.
“La persona con la que levanté la denuncia en CAPEA se fue de vacaciones y hasta después de un mes la abrieron, se negaron a darme la sábana y se perdió mucho tiempo, no hicieron nada. Comencé a buscar a mi hijo sola, en la pandemia me dijeron que ya no fuera, porque no había personal. Les pedí que vieran las cámaras (del C5) y no lo hicieron, la carpeta estaba perdida”.
Con la exigencia del colectivo hacia la Fiscalía, fue que la carpeta de investigación de su hijo “apareció” en el Ministerio Público.
Las problemáticas entre las Fiscalías de la capital y la de Morelos han retrasado el análisis de un pie izquierdo que las buscadoras encontraron, qué según Inés, podría ser de su hijo, ya que posee clavos y una placa, que también tenía el cuerpo del desparecido.
“Me hicieron la prueba del ADN pero no me han dado resultados, la Fiscalía de la Ciudad me dijo que han tenido problemas con la de Morelos y que por eso no les mandan las respuestas pero ¿Nosotras qué culpa tenemos?”.
Lourdes Romero busca a su cuñado Leonel Báez, mesero que desapareció en 2019 cuando salió de su empleo en la tienda Sanborns, en la colonia Lindavista, de la alcaldía Gustavo A. Madero. La mujer se suma a las víctimas de revictimización en los Ministerios Públicos, malos tratos que la Comisión de Derechos Humanos federal y capitalina ha desatendido, pues los funcionarios que aparentemente atienden el caso, nunca se han acercado con la familia.
“En el MP me dijeron que por ser hombre no lo tenía que buscar, que me dejó por otra, pero es mi cuñado, no mi esposo. Me respondió que seguramente estaba en un acapulzaco”, acusó.
La mujer ha organizado varias exploraciones en el cerro de Guerrero, en la misma alcaldía, sin acompañamiento integral de riesgos. Expone que el Comisionado de Búsqueda, Enrique Camargo, se retira pocos minutos después de que inicia el rastreo en el campo.
“No hubo seguimiento con la Comisión de Derechos Humanos, tampoco fue a las reuniones que tuvimos con la Fiscalía. En el acompañamiento psicológico te dicen que no te pongas así, que nos tranquilicemos”.
El descaro de Piedra abandonó a las buscadoras: exintegrante de la CNDH
Adalberto Méndez, uno de los seis exintegrantes del Consejo Consultivo de la CNDH, que renunció a causa de desacuerdos con Piedra, mencionó a Crónica que el afán de la funcionaria a alinearse a los designios del Gobierno ha potencializado el abandono de las víctimas y ha negado convenios de colaboración con la ONU para detener la problemática.
“La titular desconoce el derecho internacional, le falta la capacidad para lidiar con una cuestión de carácter internacional. En las reuniones con colectivos de madres buscadoras y la Secretaría de Gobernación, la CNDH brilla por su ausencia. Rosa Icela dijo que no existía ninguna excusa para no hacer el trabajo y que había que estar presente en las mesas con las víctimas, en respuesta a los colectivos por la ausencia de la CNDH. Eso ratifica la falta de experiencia y empatía de Rosario, además su falta de liderazgo frente a esta situación”, subrayó.
“En 2024, el rey Felipe de España condecoró a las madres buscadoras de Jalisco, han encontrado reconocimiento mayor fuera del país, porque en México, con un sistema de desprotección a los Derechos Humanos federal completamente inservible. La muerte de la madre Teresa González en Jalisco habla de los efectos nocivos de desmantelar políticas públicas medianamente funcionales, como el mecanismo de protección a defensores de Derechos Humanos, que coordinaba la CNDH con Gobernación, fue insuficiente pero medianamente funcional, había botones de pánico para activar mecanismo institucionales de las Fiscalías, hoy ese apoyo es nulo. Si estos organismos no están coordinados, deja a Gobernación sin la posibilidad de otorgar el apoyo”.
Y criticó que la designación del titular de la CNDH es obsoleta y anacrónica, por lo que se debería de instalar un colegio electoral con exámenes de conocimiento y análisis de trayectoria, no de quien goza de mayor popularidad partidista.
“La elección se diseñó bajo el régimen de Carlos Salinas de Gortari. Lo que pasa con Rosario no es nuevo, sucedió en el Gobierno del PAN con la elección de Raúl Plascencia y Luis Raúl González con el PRI, la diferencia es que Piedra es una descarada, actúa con completa impunidad y ni siquiera trata de disimular su alineación con el Gobierno en turno. Los anteriores fueron terribles, pero desempeñan un papel mostrando cierta independencia”, puntualizó.
Acusó que la intención de Piedra que tuvo en el pasado para desaparecer a la CNDH: “el modelo que menciona Rosario no es compatible con el estándar mexicano, duplicaría las funciones de la Fiscalía. El modelo de Comisión es funcional, lo que no sirve es el mecanismo de elección del titular”.