
El riesgo de acumular grasa en el organismo y en particular en el hígado, en el largo plazo puede ocasionar, en este vital órgano la aparición de cirrosis e incluso cáncer hepático.
Ello, debido a que con la acumulación de grasa, el hígado se inflama, lo que ocasiona la formación excesiva de tejido cicatricial (fibrosis), y con ello, el riesgo de desarrollar cirrosis, cuando el hígado cicatrizado tiene daño permanentemente, e incluso la formación de un tumor y el desarrollo de cáncer.
Al respecto, el doctor Alejandro Herrera Landero, coordinador de programas médicos en la División de Hospitales de la Coordinación de Unidades de Segundo Nivel del IMSS, resaltó que el hígado tiene más de 500 funciones, entre las principales está el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas; desintoxicación sustancias como alcohol y medicamentos, producción de bilis para la digestión de los alimentos, de albúmina (componente de la sangre) y de elementos de coagulación.
Ante la importancia de este fundamental órgano, señaló que las principales causas para la acumulación grasa en el hígado, denominado como enfermedad hepática esteatósica, están: la obesidad, diabetes, síndrome metabólico, consumo de alcohol en exceso, tener lípidos -colesterol o triglicéridos- elevados, sedentarismo y el uso de algunos medicamentos o herbolaria.
El consumo excesivo de alcohol en mujeres es ingerir más de 10 bebidas alcohólicas a la semana, o más de 15 en los hombres, lo cual es equivalente a la misma cantidad de cervezas o caballitos de tequila, por ejemplo, indicó.
Padecimiento silencioso, que evoluciona sin causar molestias
El doctor Herrera Landero sostuvo que este padecimiento es silencioso, ya que el hígado graso no suele dar ninguna sintomatología, e incluso las personas suelen llevan una vida normal, sin embargo, en el largo plazo, pueden presentar algún grado de debilidad o cansancio o malestar en el cuadrante superior del abdomen.
En casos avanzados con presencia de fibrosis o cirrosis, llega a acompañarse de signos de insuficiencia hepática como ictericia, hinchazón (edema), acumulación de líquido (ascitis), pérdida de peso, anorexia y/o picazón intensa (prúrito).
En este sentido, sostuvo que la atención preventiva y en forma temprana es clave para evitar complicaciones de salud ya que en el caso del cáncer pueden llevar a la muerte.
Factores de riesgo detectados en el primer nivel de atención
Refirió que en las unidades del Primer Nivel de atención del IMSS, cuando se detecta a un paciente con factores de riesgo por acumulación de grasa en el hígado, se lleva a cabo la evaluación clínica, cuestionarios de riesgo, estudios de laboratorio, ultrasonido y pruebas no invasivas.
Si en este primer abordaje se sospeche de enfermedad hepática esteatósica, el derechohabiente es enviado a hospitales en el Segundo Nivel de atención, con el objetivo de realizar estudios de imagen más especializados, además de elastografía, marcadores avanzados e incluso biopsia en pacientes seleccionados.
En cuanto al tratamiento, mencionó que el IMSS cuenta con diversas formas de abordaje: consejería nutricional para el cambio de hábitos, control de enfermedades asociadas como diabetes e hipertensión, exhortar a la abstinencia de alcohol y el otorgamiento de fármacos para complicaciones como ascitis, encefalopatía, es decir, alteraciones en la función cerebral por la acumulación de toxinas en el torrente sanguíneo y várices, entre otras.
Ante este panorama, el especialista resaltó la necesidad de adoptar estilos de vida saludable en las escuelas, -por los elevados índices de obesidad y sobrepeso en infantes y adolescentes-, que fomenten una alimentación equilibrada y actividad física, que inciden en la prevención de enfermedades crónicas a largo plazo como la cirrosis.
Entre los jóvenes y adultos, abundó, prevenir la acumulación de grasa en todo el organismo con acciones similares como: alimentación balanceada, actividad física regular por al menos 150 minutos a la semana, mantener un peso saludable, no automedicarse y evitar el consumo de alcohol y sustancias tóxicas.