Uno de los grandes retos para miles de personas en el país, conviven a diario con heridas que parecen no sanar. Más allá del dolor físico, el mal manejo del exudado -el líquido que brota de las heridas crónicas- provoca incomodidad, mal olor, deterioro de la piel alrededor de la herida y aislamiento social.
La doctora Priscila Cantú, de Clinical Lead Essity, Health & Medical México, explicó que el exudado, que, en muchas ocasiones es percibido como un problema, en realidad es una parte esencial del proceso de cicatrización, ya que ese fluido transporta nutrientes, factores de crecimiento, ayuda a la eliminación de células muertas y mantiene un ambiente húmedo que favorece la regeneración de los tejidos.
Sin embargo, cuando su producción es excesiva, como en el caso de heridas crónicas, entre ellas úlceras venosas, pie diabético o lesiones por presión, puede dificultar la cicatrización, ya que favorece el crecimiento de microorganismos y hace que la herida se estanque en una fase inflamatoria crónica.
“Un exudado bien gestionado es uno de nuestros mayores aliados, porque ayuda a reducir el tiempo de cicatrización. Su función va mucho más allá de lo visible: nutre, limpia y crea las condiciones necesarias para que el tejido se regenere correctamente.
En este sentido, refirió que con base en la última guía clínica de 2025 del Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP) de España, se advirtió que el mal manejo del exudado incrementa los costos sanitarios y el sufrimiento del paciente, de ahí la importancia de realizar un buen manejo para disminuir los problemas relacionados con el daño de la piel y mejorar la calidad de vida de las personas con este tipo de lesiones.
Al respecto, la doctora Priscila Cantú destacó que a fin de procurar un adecuado manejo del exudado, Essity ha desarrollado Cutimed Sorbion, un apósito de alta tecnología que incorpora la innovación Hydration Response, tecnología que gelifica el líquido absorbido y, gracias a ello, ofrece 44.7% más de absorción y 55% más de retención en comparación con otros superabsorbentes, alcanzando una capacidad máxima de 2,500 ml en su mayor tamaño.
Explicó que los superabsorbentes facilitan el uso de terapia compresiva, estándar obligatorio en el tratamiento de úlceras venosas de miembro inferior, lo cual permite que haya una menor frecuencia de cambios de apósito, lo que reduce la intervención médica y el uso de insumos.
Estos beneficios impactan en la cicatrización y además ha quedado demostrado un buen manejo del exudado con los apósitos mencionados que pueden generar hasta un 28% de ahorro en el costo total del tratamiento.
“Un buen manejo del exudado evita que el paciente sufra ansiedad o afectación de su autoimagen por las posibles fugas del exudado producido en sus heridas”, señaló la doctora Cantú, de ahí que con esta nueva tecnología no solo se logra un mejor control del exudado, sino que hay un impacto positivo en el bienestar emocional del paciente, al tiempo de que se logran reducir los costos para el sistema de salud.
Subrayó que las heridas que no cicatrizan presentan desequilibrios bioquímicos, altos niveles de enzimas proteolíticas y un pH alcalino, condiciones que dificultan la regeneración de los tejidos, lo que hace imprescindible controlar eficazmente la humedad y proteger la piel perilesional, a fin de acelerar la curación y prevenir complicaciones, lo que también reduce la carga emocional en pacientes que viven con lesiones crónicas, reiteró.
En un estudio realizado en Europa, el 87% de profesionales relacionados con el manejo de heridas resaltaron el uso de superabsorbentes como Cutimed® Sorbion en el control del exudado frente a espumas, gasas y compresas, debido a su capacidad de absorber grandes volúmenes y retenerlos, evitando fugas.