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Así fue la cobertura mediática española del inicio de la lucha armada iniciada por el cura Hidalgo

Esto decían los periódicos de 1810 sobre el cura Hidalgo: ignoraron “El Grito”… luego lo criminalizaron

Miguel Hidalgo y la prensa. Las actividades militares de Hidalgo comenzaron a aparecer en la prensa días después del inicio del conflicto armado el 16 de septiembre.
Miguel Hidalgo y la prensa Las actividades militares de Hidalgo comenzaron a aparecer en la prensa días después del inicio del conflicto armado el 16 de septiembre.

Combates en mar, combates en tierra. La madrugada del 16 de septiembre de 1810, el mundo estaba en guerra: las tropas de Napoleón marchaban a lo largo de toda Europa, poniendo en jaque a las principales potencias europeas, Reino Unido, Prusia, España y las naciones germánicas, todas temerosas del yugo bonapartista, proeza que sólo repetiría más de un siglo después el Tercer Reich de Adolfo Hitler.

Del otro lado del Atlántico, los españoles americanos y naturales, como se les llamaba a los habitantes de los distintos virreinatos del continente, gozaban de una relativa calma, que estaba por culminar con el advenimiento de luchas independentistas en toda la región, mientras José Bonaparte, conocido como “Pepe Botella” ocupaba el trono ibérico.

Fue la madrugada de aquel día, un domingo, en el que el cura Miguel Hidalgo, con un estandarte de la Virgen de Guadalupe, llamó a la insurrección de los novohispanos, jurándole lealtad a Fernando VII, legítimo rey de España. El llamado “Grito de Dolores”, sin embargo, fue ignorado por la prensa mexicana, más enfocada en los asuntos europeos.

Los periódicos de la época, principalmente la Gazeta del Gobierno de México [sic], consultados por LA CRÓNICA DE HOY en la Hemeroteca Nacional de la UNAM, daban una cobertura prioritaria al estado bélico en el que se hallaba Europa, el rapto de buques estadounidenses por parte de los franceses –ya entonces, los norteamericanos comenzaban a meter sus narices en los conflictos globales-, los actos de guerrilla en Valencia, Murcia, Aragón y Toledo, así como las alianzas entre naciones europeas contra los galos y los llamados de Fernando VII a sus súbditos de la América Española a mantenerse fieles y apoyar los esfuerzos de guerra a través de envíos de materias primas al Viejo Continente.

No fue hasta el 28 de septiembre, dos semanas posteriores al “Grito de Dolores” y siete días después a la Toma de Celaya, que los periódicos novohispanos comenzaron a darle importancia al cura Hidalgo y sus seguidores, en la guerra doméstica que se empezaba a gestar: “hombres inmorales y de perversas costumbres”, les dijeron.

Así se imprimieron las primeras noticias de la insurrección encabezada por Miguel Hidalgo días después del Grito de Dolores la madrugada del 16 de septiembre de 1810.
Periódico de la Nueva España Así se imprimieron las primeras noticias de la insurrección encabezada por Miguel Hidalgo días después del Grito de Dolores la madrugada del 16 de septiembre de 1810.

Esto decía la prensa de 1810 sobre el cura Hidalgo y la lucha de Independencia

Ignorados inicialmente por los diarios novohispanos, fue hasta que las tropas insurrectas arribaron a la ciudad de Celaya, que se entregó a sí misma de forma aparentemente pacífica el 21 de septiembre, que el nombre Miguel Hidalgo comenzó a escucharse a lo largo de todo el territorio de la Nueva España, quien nombrado tras aquellos sucesos como capitán general del Ejército Insurgente, envió cartas a las autoridades para hacerles saber la Independencia respecto a Europa.

Durante la toma de aquella localidad de Guanajuato, se cometieron actos de pillaje y saqueo de propiedades de europeos, lo cual provocó la condena de la prensa nacional, que aún relataba los sucesos en páginas interiores, lejos de la portada:

“Los inauditos y escandalosos atentados que han cometido y continúan cometiendo el cura de los Dolores Dr. D. Miguel Hidalgo, y los capitanes del regimiento de dragones provinciales de la Reyna D. Ignacio Allende y D. Juan Aldama, que después de haber seducido a los incautos vecinos de dicho pueblo, los han llevado tumultuariamente y en forma de asonada, primero a la villa de S. Miguel el grande, y sucesivamente al pueblo de Chamacuero, a la ciudad de Celaya, y al valle de Salamanca, haciendo en todos estos parages [sic] la más infame obstinación de su inmoralidad y perversas costumbres”, refirió la Gazeta del Gobierno de México el 28 de septiembre de 1810, al citar las palabras del virrey, en una época en la que las noticias, sobre todo si provenían de Europa, tardaban semanas o meses en saberse.

Gazeta del Gobierno de México (1810) . Los textos referían señalaban a Miguel Hidalgo por sus crímenes y los saqueos realizados a comunidades acaudaladas de la Nueva España.
Gazeta del Gobierno de México (1810) Los textos referían señalaban a Miguel Hidalgo por sus crímenes y los saqueos realizados a comunidades acaudaladas de la Nueva España.

“(Hidalgo y compañía están) robando y saqueando las casas de los vecinos más honrados para saciar su vil codicia; y profanando con iguales insultos los claustros religiosos y los lugares más sagrados”, aseveró Francisco Xavier Venegas, virrey de la Nueva España que apenas llevaba un par de semanas en el cargo, pues su mandato inició el 14 de septiembre.

El uso del estandarte guadalupano, también fue condenado por las autoridades virreinales, al considerar que era un sacrilegio usar la “sacrosanta imagen de N. S. de Guadalupe, patrona y protectora de este reyno [sic], para deslumbrar a los incautos”.

Ese mismo 28 de septiembre, mientras se condenaba a los Insurgentes en la prensa virreinal, a cientos kilómetros de la capital, las tropas de Hidalgo tomaron la Alhóndiga de Granaditas, quizá el primer punto de inflexión de toda la contienda armada.

El 2 de octubre de 1810, tras los hechos en Guanajuato, el cura Miguel Hidalgo por primera vez llegó a la portada de la Gazeta del Gobierno de México, en una noticia en la que se reportaba como La Real y Pontificia Universidad de México, antecesora directa de la UNAM, donde estudió entre los años 1770 y 1773 como bachiller, se desentendía de él, alegando que jamás formó parte del estudiantado de la institución.

El mes siguiente, el 22 de noviembre de 1810, el Semanario Económico de México, otro diario de la época, publicó una carta del escritor Roque Adelai Cobric, quien escribió una serie de epístolas a su hijo de carácter patriótico y anti insurgente, en la que calificaba al cura Hidalgo como un “apóstata”, líder de una horda de malvados, y celebraba la victoria realista de las tropas del “inmortal” Félix Calleja en la Batalla de Aculco.

“Ellos (los Insurgentes) creían que México (es decir, la Ciudad de México) era tan débil y estaba tan desarmado como Valladolid, y otros pueblos miserables que se les sujetaban, azorados con el fantasma de su fuerza tumultuosa y desordenada, y se dexaban [sic] arrastrar de los echizos [sic] del pillaje y la disolución más atrevida”, expuso Adelai Cobric, quien comparaba la victoria de Calleja a los antiguos triunfos de los soldados romanos.

Los ataques y calumnias contra Hidalgo no terminarían ahí. A partir de los siguientes meses, hasta su fusilamiento el 30 de julio de 1811, el llamado “Padre de la Patria” fue denostado por la prensa y las autoridades virreinales y eclesiásticas, junto a los súbditos a la Corona Española, que lo consideraban un criminal y líder de una turba maligna e inmoral.

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