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(Primera parte) Miles de familias son censadas tras cada inundación, a veces dos o tres veces al año, con la esperanza de recibir una indemnización gubernamental, pero jamás les dan nada. Así ha ocurrido en Iztapalapa.

Engañan a afectados por lluvias en Iztapalapa con seguros fantasma…

Doña Martha, una de las afectadas

Seguros fantasma... — Una colección de pegotes en sus puertas, de folios anotados, es prueba de la burla…

Miles de familias afectadas por inundaciones son censadas tras cada desbordamiento, a veces dos o tres veces al año, con la esperanza de recibir la indemnización de un supuesto seguro contratado a nivel gubernamental, pero jamás les dan nada.

“Son seguros fantasma, mientras nosotros seguimos tragando aguas negras”, dice doña Martha Hidalgo, de 75 años, habitante de la alcaldía Iztapalapa, y quien ya perdió la cuenta de los múltiples padrones de seguro a los cuales ha sido inscrita. “Pero nunca me han dado un quinto”.

Esta vez los pasos se dirigen justo allá, al oriente de la capital del país, zona damnificada -por enésima vez- durante la última tromba del 27 de septiembre. Una revelación de la alcaldesa, Aleida Alavez, fue la hebra a jalar; en un recorrido para constatar los daños, fue ahuyentada por vecinos, quienes le arrojaron lodo. Tras el reclamo, justificó: “El seguro no funciona de manera ágil, eso hace que el enojo de la población sea mayor. Se les debe lo de otras inundaciones. A la fecha no se les ha podido cubrir lo de la lluvia que nos ahogó el 2 de junio”.

Pero en la lista de seguros ficticios, no sólo está el del 2 de junio de 2025, cuando los bienes de más de 800 familias fueron arrasados, sino el de otros siniestros de años anteriores, según lo pudo constatar este reportero durante un recorrido por las colonias Vicente Guerrero, La Colmena, San Lorenzo Xicotencatl, Ejército de Oriente y Juan Escutia, ya colindante con Nezahualcóyotl. El objetivo era encontrar al menos a un afectado a quien ya se le hubiese pagado la compensación, pero no fue posible. En cambio, fueron numerosos los testimonios de personas cuya espera se ha extendido por años.

“A lo mejor esos seguros ni existen, es puro circo para pegar calcomanías y que se diga que están ayudando. Ha sido muy triste perder una y otra vez nuestros muebles y ver destruida nuestra casa, para que se vengan a reír así”, reprochó doña Gloria Moreno, de 73 años, residente de la colonia Vicente Guerrero.

-¿Nunca le han dado algo por el seguro?

-Nunca. Vienen a hacer montón, dizque a tomar datos de las pérdidas, pero nadie responde.

La señora Gloria, de las personas que no han recibido la ayuda prometida

Tanto las autoridades de la Ciudad de México, como de las distintas alcaldías, afirman: los seguros sí existen. Achacan la demora a trámites administrativos, documentos incompletos, padrones pendientes de depurar y deducibles por pagar.

La propia Clara Brugada, jefa de gobierno de la CDMX, detalló en una reciente conferencia: “Tenemos un seguro contratado por la ciudad, la gestión la tiene la Secretaría de Gestión Integral del Agua para afectaciones en vías primarias, y las alcaldías tienen seguros cuando se trata de calles secundarias. En autos, nosotros cubrimos el deducible de los seguros personales, hay veces que el seguro es pequeño y no cubre todo, ahí es donde apoyamos y entra el seguro de la ciudad”.

Con ayuda de afectados, Crónica pudo detectar la participación en los censos de los últimos dos años de por lo menos tres entidades financieras: Seguros Azteca, Quorum Adjusters y HECO Insurance Adjusters Services; aparecen en las cédulas de levantamiento de daños obtenidas por las familias.

“Quorum y HECO son despachos de ajustadores que se especializan en valuar daños, y que prestan sus servicios para distintas aseguradoras en México”, aseguró a este diario Carlos Andrade, especialista en el mercado de seguros.

“Aquí los que pagan la póliza son los gobiernos de la ciudad y de las alcaldías. También deben encargarse de deducibles. Los ajustadores proporcionan los datos de pérdidas a las aseguradoras, que deben pagar a los gobiernos y estos a su vez distribuir los recursos entre los ciudadanos”.

Gilberto muestra zonas dañadas en su vivienda por causa de las inundaciones

-¿Puede ser que los cheques no se emitan porque los gobiernos no pagan el deducible?

-Es difícil, se usa la figura del coaseguro, que es un mecanismo usado por las aseguradoras para compartir los costos de servicios con el gobierno. Habitualmente el porcentaje que corresponde al gobierno se descuenta cuando la aseguradora paga el monto de indemnización. ¿Quién se está quedando con ese dinero?

Este diario también obtuvo un video grabado el pasado 6 de septiembre, en el cual Mucio Israel Hernández Guerrero, titular de la Dirección de Gobierno y Seguridad Ciudadana de Iztapalapa, atajó así el cuestionamiento de vecinos por indemnizaciones añejas sin solventar:

“Ya está el proceso concluido, no sólo en Iztapalapa, sino de todas las alcaldías, ya se pagó el deducible y a partir del 13 de septiembre se comenzarán a pagar los cheques. Nosotros les vamos a llamar, espero que sea una emisión completa. Ya hay un censo, un ajuste por las pérdidas: bajo, medio y alto. Los padrones se confeccionan con la participación de un ajustador, Protección Civil y Participación Ciudadana, los tres hacen un dictamen, lo suben a un sistema y eso consolida el nivel de riesgo y el pago. Contemplamos que el 13 de septiembre el 90 por ciento del padrón saldrá”.

El plazo prometido, como siempre, se venció. No hubo ningún pago. El 27 de septiembre otra lluvia torrencial inundó colonias. Y, como si se tratara de una carcajada burlona hacia las familias, inició un nuevo censo para activar el seguro, un pegote más en puertas y ventanas, otro folio inservible…

Una de las cédulas con la evaluación de daños en una de las viviendas afectadas por causa de las lluvias

En calle 1era. de Carlos M. Rincón, en la Vicente Guerrero, escuchamos los sollozos de doña Martha Hidalgo. Cuando sobrevino el aguacero del sábado 27 y su casa se comenzó a inundar, intentó rescatar algunas de sus pertenencias, pero el refrigerador se volteó y alcanzó a pegarle en el brazo izquierdo. Estaba sola. La rescataron en una lancha. Su yerno la llevó al hospital y terminó enyesada.

“Yo vendo Tupperware, tuve que trabajar para sacar adelante a mis hijos desde que murió mi esposo, yo tenía 29 años. Casi toda mi vida estuve en una fábrica de tapiz. Hace tres años tiré la toalla, porque ya no me dejaba el dolor de huesos y las molestias de la diabetes, pero sentí que era una carga para mi familia y por eso empecé a vender trastes, todas mis cositas de venta se echaron a perder, ahora no sé qué haré”.

Su casa parece un laberinto oscuro de ropa, muebles y objetos empapados, de recuerdos enlodados. Todo se perdió. No tiene ni dónde dormir. “No quiero tirar mis cosas, ya estoy vieja como para juntar dinero y volver a comprarlas. ¿Quién me las va a recuperar?, eso del seguro es una vacilada”, dice.

Su nieta Perla Ramírez se encargó de recibir al ajustador de HECO, el martes por la mañana. “La lavadora estaba en el patio, ya descompuesta, los del seguro no la quisieron registrar como pérdida, dijeron que tenía que estar dentro. Quieren ver todo como si la inundación ocurriera al momento. Me dio igual, de todas maneras nunca pagan. Mi esposo tiene una tienda, la tuvo que cerrar porque se le descompuso la vitrina y la nevera, tuvo que arreglarlas de su bolsillo, porque el seguro no dio nada, y eso fue hace año y medio”.

Este reportero constató los censos de casa en casa realizados por un ajustador con un chaleco de la compañía HECO y un formato en mano con el logotipo de Seguros Azteca. Iba acompañado de una representante de Protección Civil.

-¿Por qué censan y nunca pagan? -se le preguntó.

-No sabría decirle. Somos simples trabajadores, la parte más baja de la escalera, tiene que ir con la cabeza.

La chica de Protección Civil, sugirió: “Vaya a presentar un escrito en ventanilla única para que le digan qué pasó con los seguros”.

-¿Quién es el responsable? -se le cuestionó.

-El gobierno de la Ciudad de México contrata el seguro, pero el dinero lo tiene que poner la Secretaría de Gestión del Agua (SEGIAGUA), porque la falla fue del drenaje.

-Ha dicho la gente que los seguros son fantasma…

-Sí así lo quieren ver. Nos hemos encontrado gente que ya no quiere ser censada porque sabe que es una pérdida de tiempo. ¿Qué hacemos?

La inundación del sábado dejó grietas, desmoronamientos, filtración y separación de pisos y paredes en casa del joven Gilberto Gómez. “Le mostré todo al del seguro, pero se limitó a sacar fotos. Calculamos pérdidas por 80 mil pesos, de puros muebles, sin contar el daño estructural”.

“Nos piden copias del INE, comprobante de domicilio y CURP, como si de verdad fueran a responder. Se echan la bolita unos a otros: aseguradora, alcaldía, jefatura de gobierno. ¿Quién se está clavando ese dinero? Al menos lo deberían utilizar para obras que terminen de fondo con el problema. ¿Es la lana que están utilizando para conciertos gratuitos o tonterías populistas?”.

-¿Por qué se burlan de nosotros? -se acercó a preguntarles a los empadronadores doña María Vera.

-¿Quiere que la censen? -respondió el ajustador.

-No, quiero que me expliquen por qué nos toman el pelo…

La Crónica de Hoy 2025

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