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Allende la turbulencia que atraviesa y los intentos por desestabilizar a la máxima casa de estudios “la Universidad no se paraliza”, sentenció el rector Leonardo Lomelí

Otorga UNAM 14 doctorados honoris causa

Recibir un doctorado honoris causa lleva un compromiso que implica redoblar esfuerzos y seguir colaborando “en la construcción de un mundo más justo, más igualitario y sustentable

En el patio del Palacio de Minería, el rector Leonardo Lomelí Vanegas entregó 14 doctorados honoris causa a personalidades nacionales y extranjeras que “han realizado una labor extraordinaria para mejorar el bienestar de la humanidad”, afirmó. Tras aseverar que la Universidad Nacional saldrá avante de las situaciones difíciles que ha experimentado recientemente y de las amenazas que inquietan e intentan dividir, señaló que la UNAM no se paralizará y dará una respuesta clara y contundente ante las turbulencias y la incertidumbre.

Acto seguido, el rector impuso toga, birrete, muceta, y entregó medalla y diploma a: Dani Rodrik, Alejandro Portes, Antonio María Hernández, Soledad Alejandra Velázquez Zaragoza,y Una Canger. De igual forma a Susana López Charretón, Julio Frenk Mora, María Emilia Lucio y Gómez Maqueo, Moisés Eduardo Selman Lama, José Sarukhán Kermez, Rafael Yuste, Estela Susana Lizano y Dag Hanstorp.

Luego de recibir su investidura vía remota, Michelle Bachelet Jeria, desde la Casa Central de la Universidad de Chile, agradeció el reconocimiento y subrayó que no es solo para ella, sino para el pueblo chileno, porque los dos países “siempre han tenido una relación de solidaridad”.

En compañía de la secretaria General de la UNAM, Patricia Dolores Dávila Aranda; la presidenta en turno de la Junta de Gobierno, Margarita Beatriz Luna Ramos; y el presidente de la Junta de Patronos, Mario Luis Fuentes Alcalá, el rector Lomelí enfatizó que la autonomía de nuestra Universidad no es aislamiento ni un privilegio, sino “un atributo que nos permite servir con libertad y rigor”. “En virtud de ello, siempre defenderemos la pluralidad, el intercambio libre de ideas, la manifestación de posturas, la expresión de las necesidades y el cumplimiento de la ley. Desde las diferencias, no cedemos ante la agresión injustificada ni la descalificación”.

Consecutivamente, el académico al frente de la UNAM se dirigió a las y los recipiendarios del doctorado honoris causa para esgrimirles como frutos del diálogo fecundo entre humanidades, ciencia y cultura, adujo que sus múltiples contribuciones confirman que la racionalidad no se limita a interpretar, sino que también aporta la certeza necesaria para actuar.

Más tarde, Patricia Dolores Dávila leyó el mensaje que el exrector José Sarukhán Kermez preparó en nombre de los galardonados nacionales, prosa en la que resaltó que las universidades, en especial las públicas, tienen un papel “irremplazable en la formación de buenos profesionistas que hagan un cambio civilizatorio”. En este sentido, continuó, recibir un doctorado honoris causa lleva un compromiso que implica redoblar esfuerzos y seguir colaborando “en la construcción de un mundo más justo, más igualitario y sustentable, no desde la arrogancia del saber, sino desde la escucha, el diálogo y la acción colectiva”. Kermez sostuvo que “no hay ninguna universidad en el mundo que sea a su país lo que la UNAM es a México”.

Finalmente, en representación de los galardonados extranjeros, Una Canger, lingüista danesa y estudiosa del náhuatl, apuntó que el doctorado honoris causa honra a los galardonados y representa la riqueza y la importancia cultural y social de México, un país que “nos abrió los brazos en los momentos más oscuros de nuestra historia y por ello siempre le tendremos gratitud y cariño”, manifestó.

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