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A raíz del brutal asesinato del alcalde de Chilpancingo, Guerrero, Alejandro Arcos Catalán, el clima de inseguridad ha generado que cuatro alcaldes soliciten formalmente medidas de protección, según lo reveló el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, en una conferencia de prensa realizada en Palacio Nacional.
El secretario confirmó que las solicitudes de seguridad fueron recibidas el día de ayer, sin embargo, no detalló cuántas provinieron de Guerrero y cuántas de Guanajuato, ambos estados con altos índices de violencia.
Este pedido de protección se produce tras el brutal asesinato de Arcos Catalán, cuyo cuerpo fue hallado desmembrado el pasado domingo, un acto que ha conmocionado a la opinión pública y generado tensiones en los ámbitos de gobierno local.
El asesinato de Alejandro Arcos Catalán marcó un punto crítico en la violencia que se vive en la región. El alcalde fue decapitado y su cabeza fue exhibida sobre el techo de un automóvil, mientras que su cuerpo fue encontrado en el asiento del copiloto del mismo vehículo.
Pese a la brutalidad del ataque, García Harfuch aseguró que Arcos Catalán no había presentado ninguna solicitud formal de seguridad a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), lo que ha generado cuestionamientos sobre las medidas preventivas disponibles para los funcionarios públicos en zonas de alto riesgo.
La solicitud de seguridad por parte de los alcaldes en cuestión refleja el temor que se ha instalado entre las autoridades locales ante la escalada de violencia. Si bien no se detallaron los nombres de los solicitantes ni las circunstancias específicas, el hecho de que se hayan hecho peticiones de protección de manera inmediata tras el asesinato de Arcos Catalán subraya la magnitud del problema en estados como Guerrero y Guanajuato, dos de los territorios más golpeados por el crimen organizado y la violencia.
Guanajuato ha sido, en los últimos años, escenario de sangrientas disputas entre cárteles por el control del tráfico de drogas y otras actividades ilícitas. Por su parte, Guerrero sigue siendo un foco rojo de violencia, no solo por la presencia de grupos delictivos, sino también por la falta de un control efectivo del gobierno en varias zonas.
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