En el contexto del aniversario número 43 de la ratificación de la Convención para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), se destaca la importancia de analizar los avances y desafíos en cuanto a la participación política de las mujeres en México. Este instrumento internacional ha sido crucial para fomentar un marco institucional que promueva la igualdad de género de manera sin precedentes.

La CEDAW ha formulado 39 Recomendaciones Generales para orientar a los Estados parte en el camino hacia la igualdad sustantiva. En el caso específico de México, si bien se reconocen los avances legislativos para garantizar la igualdad y combatir la discriminación, aún persisten preocupaciones, especialmente en lo que respecta a la violencia contra las mujeres. Es por ello que se han propuesto nuevas recomendaciones para prevenir y eliminar esta problemática.

Uno de los aspectos más relevantes es el referente a la representación y participación política de las mujeres. Las reformas constitucionales en materia de Paridad entre los Géneros han marcado un hito importante al establecer la obligación de observar este principio en la elección de representantes populares y en los nombramientos de titularidades en los tres niveles de gobierno.

A pesar de estos avances, persisten desafíos significativos. El Informe 2022 del Instituto Nacional Electoral (INE) sobre Violencia Política contra las Mujeres en Razón de Género reveló un alarmante aumento en las quejas y denuncias entre 2020 y 2023. Además, es crucial avanzar en la representación de mujeres históricamente discriminadas, como las mujeres con discapacidad, indígenas, afromexicanas, migrantes, de la diversidad sexual y de género.

La diversidad de voces de las mujeres es fundamental en todos los ámbitos de la vida pública, desde lo comunitario hasta lo legislativo e institucional. Es por ello que se hace un llamado a los entes públicos a seguir avanzando en materia de igualdad y a garantizar que las agendas promovidas por las mujeres sean verdaderamente feministas y libres de odio y discriminación.

En definitiva, la paridad es solo un punto de partida en el camino hacia la plena participación de las mujeres en la vida política y pública de México.