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"Llevamos cinco días afuera de la COMAR para que nos atiendan"

Una familia nicaragüense espera un permiso laboral para quedarse a trabajar en México

migración

Algunos han apartado su lugar hasta cinco días, incluso teniendo niños no desisten en su intento de tener residencia en la nación.

Algunos han apartado su lugar hasta cinco días, incluso teniendo niños no desisten en su intento de tener residencia en la nación.

Crónica

Decenas de personas esperan en las banquetas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) para ser atendidos por las autoridades mexicanas y ser acreedores a un permiso que les permita trabajar en México. Algunos han apartado su lugar hasta cinco días, incluso acompañados de niños no desisten en su intento de tener residencia en la nación, pues es mayor su necesidad de trabajar y lograr una mejor calidad de vida que la que tenían en su país de origen.

Los migrantes declararon que la comunidad mexicana brinda excelente hospitalidad, pero reconocen que a veces son engañados por las autoridades, pues les dan supuestas recomendaciones donde les comentan que es preferible irse a otro sitio a descansar, pero los refugiados están conscientes de que esa instrucción es para que pierdan el codiciado lugar en la fila. Es el caso de Elizabeth, quien viajó con su esposo e hija desde Nicaragua para establecerse en México, sin embargo tiene que estar alerta a sugerencias que probablemente podrían estropear el sueño de laborar en este país.

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"Los mexicanos son muy amables y te abrazan, un jefe al que le lavaba los trastes nos quería mucho a mi familia y a mí, pero hay otros que no como los policías que, aunque no nos dicen que nos vayamos, sí nos recomiendan ir a descansar y regresar luego, pues supuestamente no saben en qué momento atenderán, eso es para que nadie se espere aquí afuera pero pierdes tu lugar en la fila. Llevamos 5 días y no nos hemos movido", declaró la mujer.

Acostados entre la tierra, encima de unos cartones a los que la pareja llama cama, revelaron las injusticias que la COMAR presenta ya que la comisión no considera niños a quienes tengan más de cinco años, por lo que no pueden recibir atención más rápido como un menor de cuatro años o menos edad. También alabaron a los refugios para migrantes con los que México cuenta, a éstos los comparan con hoteles porque tienen acceso a comida abundante, televisión, agua caliente, camas cómodas y ropa limpia.

Mientras los padres narraban su recorrido, la niña mostraba los cartones que adecuaron sobre la tierra para dormir, aunque no es comparable con el refugio al que acuden en Iztapalapa.

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“Ahí nos tratan muy bien, tenemos televisión, baño, ropa y la comida que queramos; nos respetan y además mi hija puede jugar; es estar como en un hotel o en una casa, estamos muy agradecidos con las personas que trabajan en el refugio”

"Mi hija tiene siete años y no la consideran niña, entonces tenemos que esperar en la fila como todos; no entiendo por qué si es lo mismo, pero lo que sea para avanzar en la fila y tener el permiso”, dijeron.

Creyentes en su misión de que en algún momento logren acceder a las oficinas de la COMAR, garantizaron que al obtener el permiso para permanecer en el país, irán a entregarlo al sitio en donde tienen pactado el trabajo de maquiladores y reparación de máquinas; pues ese requisito es el único que les falta. El patrón de ese lugar que se ubica cerca de Salto del Agua les garantizó un empleo, pero con la documentación en regla para poder afiliarlos a un seguro médico.

“Nosotros le sabemos a todo lo de la maquila y a arreglar las máquinas, pero el patrón nos dijo que para darnos el seguro le llevemos el permiso. Saliendo de aquí es lo que vamos a hacer, trabajar y hacer nuestra vida aquí”, finalizaron.