
La psoriasis es una enfermedad de la piel, la cual se caracteriza por la descamación cutánea, con escamas blancas y enrojecimiento en cierta zona, que se puede presentar en cualquier parte del cuerpo, aunque suele llamar más la atención cuando esto ocurre en cara, cuello, pliegues de brazos, piernas e incluso antebrazos, condición que afecta a dos millones 500 mil personas en el país.
Al respecto, la doctora Minerva Gómez, ex presidenta de la Academia Mexicana de la Dermatología (AMD) y de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), explicó que las áreas rojas de la piel, que asemejan a un “parche” y que están cubiertas con escamas blancas, son muy características de la psoriasis, tiene hasta un 40% por ciento de causas, el origen genético, aunque también está relacionado con aspectos como factores externos por: traumatismos, estrés, obesidad, luz solar, factores ambientales y del clima, que suele acrecentarse en invierno.
Esta enfermedad inflamatoria, detalló, se debe a un trastorno que provoca el crecimiento acelerado de las células de la piel “lo cual ocasiona áreas gruesas y escamosas que generan picazón y dolor, además de que las escamas se agrietan y producen sangrados”.
Entre los factores que se pueden modificar para reducir el riesgo de presentar psoriasis, dijo, están hábitos de consumo de alcohol y tabaco, en ocasiones se asocia en pacientes con sobrepeso, aunque también se ha presentado en casos de personas que se han visto afectadas por infecciones bacterianas de garganta -por estreptococo-), así como el consumo de medicamentos que contienen litio, antihipertensivos en personas con problemas de presión arterial alta, antipalúdicos o antiinflamatorios.
Aunque esta enfermedad en la piel no tiene cura, reiteró la especialista, no es contagiosa y, “es de suma importancia hacer hincapié en este sentido, porque muchas personas piensan que es algo contagioso y en consecuencia suelen distanciarse de quienes tienen psoriasis”, muchas de las veces, sin darse cuenta, del enorme impacto que causa en estos pacientes, porque merma su autoestima y confianza en querer convivir de manera normal con el resto de quienes las o los rodean, precisamente por el miedo al rechazo.
Con el adecuado tratamiento, dijo, esta afección en la piel puede ser bien controlada y evitar impacto en el paciente que puede evolucionar a complicaciones orgánicas que de evolucionar sin control, desafortunadamente le puede conducir a la muerte.
En este sentido, señaló que la psoriasis se puede asociar a comorbilidades como: artritis, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y trastornos psiquiátricos entre otros, por lo que es muy importante acudir con un especialista en dermatología para determinar la situación de cada paciente.
A su vez, el doctor Ricardo Quiñones, director del Instituto Dermatológico de Jalisco, indicó que hay una psoriasis, que podría clasificarse como leve, que es cuando el área afectada de la superficie cutánea es menor al 10%; y la moderada a severa, cuando se excede este porcentaje.
En el primer caso los tratamientos consisten en lociones, cremas, ungüentos y champús y para la psoriasis de moderada a severa, además se requiere de un tratamiento sistémico con medicamentos por vía oral o inyectados de tipo biológico, estos últimos creados a partir de biotecnología con efectos muy específicos que buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Jorge Espinoza de los Monteros, paciente de psoriasis, quien ha vivido y convivido con esta afección en la piel desde hace 40 años, -desde que él tenía 12 años-, resalta el miedo al rechazo que enfrentó a lo largo de su vida, desde la juventud, ya como profesionista ante sus compañeros de trabajo e incluso en relaciones amorosas que muchas veces no se concretaron.
Jorge destacó que el primer miedo de quienes lo rodearon en la juventud, fue el temor a que su enfermedad fuera contagiosa, por lo que tuvo que comenzar a usar mangas largas, dejar de usar shorts, y en consecuencia dejar actividades deportivas propias de la edad “yo me sentía mal, que mis amigos estaban con short, y yo con pantalón, por miedo al rechazo… o tenía que andar de manga larga, para que nadie viera mis brazos”, y después incluso, decirle adiós a las vacaciones en la playa, compartió.
“La psoriasis no se puede contagiar, eso es completamente falso… Lamentablemente mucha gente evita el contacto físico con nosotros al ver las lesiones, lo cual tiene un impacto emocional que puede afectar la autoestima cuando no se cuenta con un tratamiento integral; es decir que también cubra la parte emocional además de la terapia medicinal”, dijo.
Con los años, Jorge entendió su enfermedad, con la que ha vivido a lo largo de las últimas cuatro décadas y por todo lo que vivió, se atrevió a pedir a la gente, a los pacientes, a los médicos, mayor difusión de esta enfermedad, que no hace daño a quienes rodean a estos pacientes, no se contagia, y si hay más conocimiento y aceptación, pueden ayudar mucho en la salud emocional de estos pacientes.
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