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Desigualdad de género agrava la pobreza en México

El estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) destaca que el 37% de las mujeres viven en situación de pobreza, con carencias sociales significativas

Pobreza en México

La falta de autonomía económica y el acceso limitado a servicios como la salud y la seguridad social agravan su situació

La falta de autonomía económica y el acceso limitado a servicios como la salud y la seguridad social agravan su situació

Un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) revela que la situación de pobreza en México afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Según el informe "Pobreza en México, con lupa", el 37 por ciento de las mujeres vive en condiciones de pobreza, lo que equivale a 24.8 millones de mujeres con ingresos insuficientes para cubrir necesidades básicas y enfrentando al menos una de seis carencias sociales.

El análisis del IMCO muestra que las mujeres en situación de pobreza enfrentan un mayor nivel de carencias sociales en comparación con los hombres en la misma situación y con las mujeres que no están en pobreza. Estas carencias incluyen rezago educativo, falta de acceso a seguridad social, carencia de vivienda propia e inseguridad alimentaria.

La dependencia económica de las mujeres en pobreza se ve reflejada en su menor participación laboral. Solo el 47 por ciento de las mujeres en esta situación tiene un empleo remunerado, nueve puntos porcentuales menos que aquellas que no están en pobreza, lo que impacta negativamente en su autonomía económica y acceso a derechos como la salud y la vivienda.

El acceso a la seguridad social también se ve afectado, ya que seis de cada 10 mujeres en pobreza carecen de este beneficio, siendo más propensas a trabajar en la informalidad. Aunque el 40 por ciento de las mujeres en pobreza son derechohabientes de algún sistema de salud pública, la mayoría lo son de manera indirecta, lo que limita su acceso a servicios de salud de calidad.

El IMCO propone profundizar en la medición de la pobreza con una perspectiva de género y promover un monitoreo y evaluación que utilice indicadores específicos para abordar esta desigualdad y sus efectos en las mujeres. Es fundamental implementar políticas públicas que atiendan estas brechas de género y promuevan la igualdad de oportunidades para todas las personas.