
El Desnivel Mixcoac fue abierto a la circulación ayer a las 05:00 horas, sin evento de inauguración. Y los automovilistas que utilizan con frecuencia esta vía descubrieron al momento de pasar un letrero con la leyenda “Paso a Desnivel en operación CDMX”. La funcionalidad de la obra se verá en las siguientes semanas, pues en el primer día sólo hubo caos.
Desde la avenida Insurgentes y el cruce con Río Mixcoac todo parecía operar con normalidad, sin embargo, conforme pasaron los minutos, la movilidad se complicó.
Tal era el desconcierto de los ciudadanos que algunos carros estuvieron a punto de impactarse por intentar hacer el cambio de carriles. Otros optaban por tocar el claxon y los más intrépidos aventaban lámina para salir de la congestión vehicular; el resto simplemente veía a los policías de Tránsito intentar desfogar de la manera más rápida el Desnivel Mixcoac.
Desde el Parque Lineal se podía observar a los trabajadores con palas en mano afinando los detalles del Deprimido.
Incluso, en el piso se veían las estructuras metálicas de los semáforos que todavía faltaban por instalar.
Los jardineros plantaban los pequeños arbustos que al cabo de unos cuantos meses se encontrarán en su etapa adulta y adornarán la senda de los residentes de la zona.
A las 09:30 horas Insurgentes parecía fluir con normalidad, pues gracias al nuevo mobiliario y a las señalizaciones, los autos tomaban las intersecciones correspondientes para ir a sus destinos.
“Disculpe, ¿cómo salgo hacia Eje 8? No sé si puedo meterme al túnel y salir hacia donde voy”, preguntó una mujer a un hombre que vendía papas y cigarros.
Los carros continuaron metiéndose en el carril confinado del Metrobús; los conductores peleaban por no dejarlos pasar o avisarles que esa acción ya no está permitida.
“Es que aún no saben que el deprimido ya está abierto. Debieron hacer volantes o dar alguna información para que se fueran familiarizando con las entradas y salidas, pero la verdad es que sí se ve un poco menos de tráfico y de carros”, comentó el hombre mientras vendía su mercancía.
Después de que la hora pico pasara, todo parecía apuntar a que el tráfico no volvería a generarse, pero al avanzar sobre Río Mixcoac con dirección a avenida Universidad, el caos comenzaba a notarse.
Desde Barranca del Muerto hasta la salida de la calle Pino el caos se produjo en toda la colonia.
En el cruce de Barranca del Muerto, los semáforos funcionaban a la perfección pero el problema estaba metros más adelante.
Debido al desfogue de los autos que provenían de la colonia Florida, era imposible que los conductores desesperados dejaran pasar a los provenientes de Insurgentes, por lo que la lateral se colapsó.
A pesar de que los elementos de Tránsito señalaban el alto a los vehículos, la desesperación hizo que automovilistas comenzaran a salir de sus autos para saber qué pasaba.
“¿De qué sirvieron los dos años de trabajados si iban a salir con estas jaladas?, ¿cómo pretenden que salgamos sin chocar?”, comentó un hombre que se encontraba enojado por el retraso.
A la altura de la calle Moras y Patricio Sanz, los carros no podían dar vuelta de manera fácil pues terminarían estrellándose contra el mobiliario de los cruces seguros; necesitaban cerrar el paso de los vehículos para lograr incorporarse a Río Mixcoac.
Eso también era un problema, porque los provenientes del doble túnel detenían la circulación para salir hacia avenida Universidad.
“Necesitamos saber a dónde vamos, para saber qué rutas tomar o al menos unos semáforos para que no se entrecrucen los carros unos con otros”, comentó un automovilista.
Mientras los cláxones se escuchaban a varios metros de distancia, personal de la Secretaría de Movilidad y elementos de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina analizaban las posibilidades para aminorar el caos que se generó el día de ayer en la colonia Florida.
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