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Académicas impulsan proyecto social con trabajadoras sexuales de La Merced

Especialistas de la ENTS han puesto en marcha una empresa social con el objetivo de disminuir los daños psicosociales a los que han sido expuestas

Mesa redonda sobre el rol de la mujer en la ciencia
Mesa redonda sobre el rol de la mujer en la ciencia Mesa redonda sobre el rol de la mujer en la ciencia (La Crónica de Hoy)

-¿Recuerdas a Mary?

—Sí, ¿por qué?

—Falleció hace poco.

—Es una pena. La recuerdo, era muy bonita.

Chicas como “Mary” cayeron en las garras de la explotación sexual en La Merced, casos similares a los de ella no son una sorpresa: una chica del sureste del país, enamorada por quien sería su proxeneta y forzada a prostituirse; “enganchada” por el arrebato de sus hijos o por su drogadicción, relata María Elena García, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, quien desde hace 16 años ha trabajado con diferentes comunidades de La Merced, primero con grupos en situación de calle y posteriormente con trabajadoras sexuales.

Hace más de una década, la especialista egresaba de la institución e hizo de este barrio de la ciudad el centro de su trabajo. Ahora, con un equipo de egresadas y estudiantes de la ENTS, ha puesto en marcha un proyecto de intervención social llamado Lady Meche, que consiste en proporcionarles oportunidades de empleo a algunas de estas mujeres con el objetivo de disminuir los daños psicosociales a los que han sido expuestas por su actividad.

Estos daños sociales, mentales y emocionales son el producto de la violencia, exclusión, discriminación, despojo de su identidad, problemas de salud y falta de seguridad social a los que gran parte de las trabajadoras sexuales han sido expuestas, muchas veces desde la infancia. La iniciativa busca proporcionar a las participantes un trabajo formal con un ingreso estable y digno, refieren las universitarias, y ha generado mayor interés en aquellas cuya edad se encuentra por arriba de los 30 años, quienes son consideradas de “mayor edad” y tienen menor trabajo en la prostitución.  

En conferencia, las universitarias que coordinan el programa señalaron que como producto de la iniciativa, han puesto en marcha una empresa social —incubada y apoyada por la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM— que buscará generar utilidades para las mujeres participantes, mediante la producción y venta de artículos cosméticos.

“Empleamos una metodología de reducción de daños en mujeres que continúan en actividad porque la estrategia no es de reinserción o rehabilitación laboral, sino para detener los estragos negativos que dejó la vida de violencia y explotación”, refiere García Mendoza. Explica que esto puede tomar años y que tiene un impacto más positivo cuando las mujeres buscan entrar en el proceso de forma voluntaria.

“No condicionamos a que abandonen su actividad para obtener otro empleo, puesto que debe ser un proceso de construcción de demandas, para posteriormente desarrollar sus habilidades en otras áreas”, señala por su parte, Brenda Martínez, colaboradora del proyecto.

En los dos primeros años de trabajo se tuvo un primer contacto con cerca de 300 mujeres, como resultado de escucharlas, añade la universitaria, hicieron una interpretación diagnóstica de sus necesidades que coincidió con la posterior colaboración del CID, para finalmente buscar la puesta en marcha de una empresa social de venta de cosméticos, y que actualmente también se encuentra en un proceso de recaudación de fondos en donadora.mx.

Actualmente, cerca de 30 mujeres podrán iniciar su participación en la empresa a partir de diciembre. “Hemos tenido una excelente respuesta en mujeres con más de 35 años, cuyo ingreso obtenido por la prostitución disminuye y se preocupan más por su futuro y el de sus hijos”.

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